César entra leyendo una carta de Antonio, flanqueado por Agripa, Mecenas y el ejército. César lee que Antonio lo llama un niño, le dice que tiene el poder de derrotarlo, y lo desafía a un combate hombre a hombre. César se ríe de este desafío. Mecenas le aconseja a César que tome ventaja de la ira de Antonio para batallar con él de inmediato. César da la orden que mañana se dará la última batalla, y que esta noche el ejército festejará.