Enobarbo conoce en Atenas a Eros, otro de los seguidores de Antonio. Eros trae noticias; César y Lépido han peleado contra Pompeyo y lo han derrotado, pero en vez de permitir que Lépido comparta la gloria de la victoria, César lo ha acusado de traición, al encontrar cartas que él había escrito a Pompeyo, lo encierra en prisión por el resto de sus días. Pompeyo, después de la derrota, ha sido asesinado, y Antonio maldice al oficial que lo hizo porque Pompeyo podría haber sido un buen aliado en la lucha contra César. Eros dice que hay más que le gustaría decir, pero Antonio llama a Enobarbo, el debe salir a verle. Ellos salen.