Cleopatra, Carmiana, Iras, y Aleja ingresan. Cleopatra solicita música, y Mardián el eunuco ingresa. Ella le pide a Carmiana que juegue billar con ella, pero a Carmiana le duele el brazo y le pide a Mardián que juegue. Cleopatra decide que irá de pesca en vez, y fingirá que cada pescado que atrape es Antonio. Carmiana recuerda una vez que Antonio y Cleopatra fueron de pesca juntos, y Cleopatra se une en el recuerdo: ellos se emborracharon, se acostaron y en la mañana lo vistió con sus ropas y ella usó su espada.
Seguimiento del Tema: Este/Oeste 4
Un mensajero llega de Italia, y Cleopatra se emociona, y le pide que le traiga noticias de Antonio. El empieza a decir algo, ella lo interrumpe, diciéndole que si él le dice que Antonio está muerto, él la mata de hecho, pero si le dice que Antonio está bien, ella lo recompensará grandemente con oro. Él le dice que Antonio está bien, pero ella lo interrumpe nuevamente, inquietándose de que “bien” es una palabra que la gente usa para referirse a los muertos; ella una vez más lo amenaza, y dice que si Antonio estuviese gozando de buena salud, el no tendría una cara tan amargada. De nuevo le dice que lo recompensará si le dice que Antonio está vivo, con buena salud, y amigo de César. Él le dice todas estas cosas, y después que ella lo ha interrumpido una vez más para recapitular lo que él ha dicho y añadir que Antonio también es libre, el mensajero contesta que Antonio, de hecho, no es libre. El está casado con Octavia. Cleopatra monta en cólera y le pega al mensajero, maldiciéndole e insultándole. El intenta convencerla, diciendo que él solo ha traído las noticias, no ha efectuado la boda. Ella le dice que si él se retracta, ello lo recompensará nuevamente, pero él le dice otra vez que Antonio está casado. Cleopatra saca un puñal, el mensajero huye. Carmiana le dice a Cleopatra que piense lo que hace, porque el mensajero es inocente. Cleopatra promete que no lo herirá y envía por él otra vez. Cleopatra reconoce que se ha equivocado:
"Estas manos se envilecerían si pegaran
A un inferior cuando no tengo otro motivo
Que el que me he dado yo misma". Acto 2, Escena 5, ll. 83-85
El mensajero ingresa otra vez, ella le pide que otra vez le diga si Antonio está casado. El dice que lo está, y ella le dice que no hay nada que pudiera hacerle más odioso en este momento, aunque ella reconoce que es una vergüenza que las malas noticias de Antonio pudieran dañar el personaje del mensajero, dado que probablemente es un hombre decente. Ella le dice que salga, deseándole la ruina financiera. Ella le dice a Alejas que vaya y averigüe cómo es Octavia y regrese a informarle, luego le dice a Carmiana que la compadezca, pero que no le hable, mientras ellas se van a su recámara.
Seguimiento del Tema: Mensajeros 4