En el afán de mostrar la influencia de este género literario en los Cuentos de Canterbury, el especialista Larry Benson proporciona una definición clara y simple del fabliau –fabliaux en plural– en su introducción al Riverside Chaucer. Allí explica que el fabliau es un cuento cómico breve, generalmente en verso, de carácter difamatorio y a menudo escatológico u obsceno. Su estilo, simple y directo, presenta escenarios que pueden ser fácilmente identificables como lugares reales y familiares, y sus personajes son ordinarios, comunes a la vida social. Los fabliaux, además, involucran trucos o artimañas por parte de sus personajes, que se desarrollan en la historia de forma realista.
En suma, las historias del género presentan una imagen animada de la vida cotidiana de las clases media y baja de la sociedad. Sin embargo, esa representación solo es real en apariencia: las tramas, aunque parezcan convincentes, con frecuencia suponen grados increíbles de credulidad por parte de las víctimas, además de un ingenio y un apetito sexual un tanto exagerado en sus protagonistas. Pensemos, en este punto, en “El cuento del Molinero”, donde la sexualidad desenfrenada de Nicolás el Espabilado y Alison lleva al primero a engañar de un modo demasiado evidente al ingenuo carpintero. Además de este caso, otros cuentos que exhiben la influencia de este género son los del Administrador, el Marino, el Alguacil y el Cocinero. En menor medida, podemos también incluir a los cuentos del Mercader y de la Comadre de Bath.