Geoffrey Chaucer era un ávido lector de literatura italiana, y su obra se vio enormemente influenciada por sus más grandes exponentes en el siglo XIV: Giovanni Boccaccio, Dante y Francesco Petrarca. La crítica asegura con fundamento que Chaucer llegó a estudiar las obras de los tres poetas e, incluso, que muy probablemente haya conocido tanto a Petrarca como a Boccaccio.
La influencia del Decamerón de Boccaccio en los Cuentos de Canterbury es más que evidente. Esta extensa obra repite la estructura de relato marco y enmarcado de los Cuentos de Canterbury, en los que una narración de gran extensión incluye en su seno otros cuentos más cortos. Más allá de la estructura general de los Cuentos, muchos de sus relatos enmarcados tienen sus análogos, directa o indirectamente, con los cuentos incluidos dentro del Decamerón. Entre ellos se encuentran los cuentos del Caballero, del Fraile, del Terrateniente, del Monje, del Terrateniente, del Mercader, del Bulero, del Administrador y del Marinero.