Genero
Novela de realismo mágico.
Configuración y Contexto
Piedras Negras, México, en el contexto de la Revolución Mexicana (1910 - 1920)
Narrador y Punto de Vista
La voz narrativa es la sobrina nieta de Tita De La Garza y cuenta como un narrador predominantemente en tercera persona focalizado en Tita. La primera persona abre y cierra la narración de la novela. Si bien nunca se aclara que sea un personaje femenino, su identificación con la protagonista da por supuesto que se trata de una mujer.
Tono y Estado de Ánimo
El tono general de la novela es dramático, aunque hay momentos fantásticos y cómicos.
Protagonista y Antagonista
La protagonista es Tita y la antagonista es Mamá Elena.
Conflicto Principal
El conflicto principal es la búsqueda de Tita de su verdadera pasión.
Climax
El clímax de la novela ocurre en el capítulo 11, cuando Tita le cuenta a John la verdad de su relación con Pedro. Su prometido le dice que debe decidir lo que le haga más feliz en la vida. Ahora, Tita es la dueña absoluta de su destino y debe elegir entre dos hombres.
Presagio
N/A
Atenuación
"Obviamente el arroz se le batió, la carne se le saló y el postre se le quemó. Nadie en la mesa se atrevió a mostrar ningún gesto de desagrado, pues Mamá Elena a manera de sugerencia había comentado:
—Es la primera vez que Rosaura cocina y opino que no lo hizo tan mal. " (p. 59)
En este intercambio, Mamá Elena atenúa su opinión sobre la comida elaborada por Rosaura, ya que es la primera vez que su hija se dedica a cocinar. Así, la mujer intenta revalorizar la figura de su hija en oposición a Tita, la verdadera cocinera del rancho. Frente a este comentario de Mamá Elena, los comensales se ven intimidados y afirman que efectivamente el plato estaba bastante bien.
Alusiones
Una de las alusiones más directas al contexto histórico emerge en el momento de confección de la sábana blanca para la noche de bodas de Pedro y Rosaura. Así, el narrador aclara "La revolución no permitía que uno viajara de una manera segura por el país." (p. 41). Esto exhibe la inestabilidad política que impera en el momento de los hechos de la novela.
Imágenes
Ver en esta guía la sección "Imágenes".
Paradoja
En la novela, la cocina como espacio hogareño es una paradoja. Por una parte, es el lugar donde Tita está confinada exclusivamente a labores domésticas destinadas especialmente a otras personas. Sin embargo, también es el espacio en donde la protagonista puede manifestar sus pasiones y sentimientos y se posiciona como una mujer capaz de crear y generar nuevas sensaciones a sus comensales.
Paralelismo
En la novela, puede establecerse un paralelismo entre las recetas de cocina y las acciones que detona toda la preparación y la degustación del plato terminado. Para más información, ver el apartado "Comida y cocina" en la sección "Temas".
Metonimia y Sinecdoque
Los pechos de Tita aparecen a lo largo de la novela repetidas veces. Por un lado, reducen la presencia de la protagonista únicamente a su condición femenina como objeto de deseo de su amado Pedro pero también representan la capacidad de Tita de alimentar, cuidar y dar amor a su sobrino Roberto.
Personificación
"Tita recordó que Nacha siempre le decía que cuando dos o más personas discutían mientras estaban preparando tamales, éstos quedaban crudos. Podían pasar días y días sin que se cocieran, pues los tamales estaban enojados. En estos casos era necesario que se les cantara, para que se contentaran y lograran cocerse." (p. 233)
En este episodio, la personificación de la comida se da a partir de la asignación de sentimientos y acciones propias de los seres humanos. Este recurso se utiliza para reforzar la profunda conexión entre la vida y la comida presente a lo largo de toda la obra. Así, los alimentos pueden transformar su naturaleza gracias a su capacidad de percibir las emociones humanas.