Resumen
Un gnomo se entera de que un químico encontró la manera de hacer rubíes falsos por medio de la alquimia. Él está indignado, ya que los grandes alquimistas no habían podido hacerlo durante la Edad Media y le parece aberrante que un simple científico del siglo XIX lo haya podido hacer.
Luego, se dirige a una gruta llena de piedras preciosas y llama al resto de los gnomos. Puck, un pequeño duende alado, había robado el rubí artificial y lo había llevado a la gruta, para que todos lo puedan ver. Los gnomos le agradecen a Puck y él les cuenta cómo lo obtuvo. Les cuenta que todas las cortesanas en París portan collares adornados con estas piedras, también los príncipes italianos y las primadonas visten joyas adornadas con ellos. Puck revela que ingresó en un gabinete rosado donde dormía una hermosa mujer y le arrancó un medallón que llevaba en el cuello, y de allí robó el rubí. Los gnomos ríen al escuchar la anécdota y expresan su opinión sobre la piedra artificial. Dicen que es vidrio o un producto de un maleficio, cábala o química.
El gnomo más viejo calla a los demás y anuncia que les contará cómo se hizo el rubí. Todos los gnomos lo rodean y el viejo comienza a relatar que un día los encargados de las minas de diamantes entraron en una gran huelga y salieron por los cráteres de los volcanes. Él salió por un cráter apagado, llegó a la orilla de un arroyo y vio a una hermosa mujer. La tomó por la cintura, golpeó la tierra y descendió de vuelta a su gruta.
Un día, el gnomo estaba trabajando un diamante inmenso, que brillaba muchísimo pero que se hacía pedazos cada vez que lo golpeaba con la maza. La mujer estaba a su lado, espléndida como una diosa. El gnomo se dio cuenta de que ella lo engañaba, pues amaba a otro hombre desde su prisión.
El gnomo terminó de trabajar ese día y se fue. Al rato, escuchó un gemido. Era la mujer, que había querido huir de la gruta por un agujero y quedó herida por los filos de los diamantes rotos. El gnomo viejo la tomó en sus brazos y la sangre de la mujer tiñó los trozos de diamantes que estaban esparcidos en la gruta.
El gnomo hace una pausa y les pregunta a sus interlocutores si han comprendido. Los gnomos toman la piedra falsificada y la comparan con los rubíes que extraen de las paredes de la gruta. Destrozan el rubí artificial y arrojan sus fragmentos con desdén a un hoyo. Luego bailan todos juntos sobre sus rubíes y ópalos.
Finalmente, Puck se retira de la cueva volando y exalta la grandeza de la Tierra, como creadora de toda la vida y de la mujer, como fuente del amor.
Análisis
El cuento está estructurado a la manera de una leyenda popular sobre el origen del rubí, que, a la vez, está enmarcado en otro relato (el de la noticia de la fabricación del rubí artificial y el robo por parte de Puck). Rubén Darío incluye personajes de la mitología pagana, tales como Puck y los gnomos, elementos fantásticos que son típicos de su literatura.
El cuento expresa un desdén por lo artificial y valora lo producido por la naturaleza en detrimento de lo producido en serie. La leyenda de la creación del rubí revela que las piedras son producto del sacrificio de la mujer secuestrada, que pierde su vida en el intento de volver con su amado. El rubí artificial carece de esa significación adicional. Los gnomos, al examinarlo, dicen que “no tiene facetas” (página 101), palabra que puede ser interpretada literalmente como también de manera figurada. De este modo, el comentario hace referencia a las facetas de significado adicional que tienen los rubíes originales (el trabajo de los gnomos, el sacrificio de la mujer legendaria).
Uno de los recursos poéticos más importantes en este cuento es la aliteración. Este recurso consiste en la repetición de los sonidos consonánticos a lo largo de las palabras de una frase para marcar la sonoridad. En el cuento se pueden encontrar frases como: “siempre con su sonrisa sonrosada” (página 102), “grano de granada” (página 94), “un pequeño rubí, redondo, un tanto reluciente” (página 104), “cerca de calcedonias colgantes en estalactitas”y “el pícaro Puck” (página 95). Este recurso es muy recurrente en la literatura de Darío, tanto en su poesía como en la prosa. Una de las aliteraciones más célebres de la lengua castellana “bajo el ala aleve del leve abanico” (del poema "Era un aire suave...", incluído en Prosas Profanas) es de su autoría.
Asimismo, otro recurso utilizado en este cuento para marcar el ritmo son las estructuras de palabras y frases paralelas. Algunos ejemplos de este recurso se encuentran en las oraciones que inician los párrafos, a manera de una anáfora: “¡Ah! ¡Con que es cierto! ¡Con que ese sabio parisiense ha logrado…” y dos párrafos más adelante: “¡Ah, sabios de la Edad Media! ¡Ah, Alberto el Grande, Averroes, Raimundo Lulio!” (página 93). Luego, se repite esta estructura anafórica con palabras repetidas: “…había en ella una claridad extraña y blanca. Era la claridad…” (página 94) y acumulación de palabras con idéntica función, como en “incrustados, hundidos, apiñados” (página 94), “Lo puro, lo fuerte, lo inclasificable” (página 102) que refuerzan el ritmo y la musicalidad.