Rubén Darío nace el 18 de enero de 1867 en una ciudad de Nicaragua que actualmente lleva el nombre de Ciudad Darío, en su honor, y en aquella época se llamaba Metapa. Su nombre legal es Félix Rubén García. El nombre con el que firma su obra literaria y es mundialmente conocido surge de la unión de su segundo nombre y el apellido Darío, que procede de la tradición de llamar a los miembros de una familia con el nombre de su jefe o patriarca, en este caso, los Darío.
Sus padres, Manuel García y Rosa Sarmiento, son obligados por sus familias a casarse, aunque ellos no querían hacerlo. Por lo tanto, el matrimonio solo dura ocho meses. Luego de separarse, su madre se fuga a la ciudad de San Marcos de Colón en Honduras, donde vive su tía, y se lleva con ella a su pequeño hijo. Darío vive solo unos meses allí y es adoptado por su tío abuelo, el Coronel Félix Ramírez Madregil. Su infancia transcurre en la ciudad de León. Según afirma Darío en su autobiografía, fue un niño prodigio que a los tres años ya sabía leer.
Cuando tiene cuatro años, el Coronel Ramírez muere y Darío queda a cargo de su tía abuela en una situación económica muy precaria. Asiste a una escuela pública de esa ciudad. A la edad de diez años ya compone versos en ocasión de celebraciones religiosas. Por esa época comienza a estudiar en la Iglesia de la Recolección de León con un grupo de clérigos jesuitas, quienes le enseñan la literatura clásica latina, entre otras cosas.
Pronto publica su primer soneto, titulado "La fé", y se integra a la muy activa y brillante intelectualidad de la época, de orientación liberal. Ellos estimulan al joven Rubén Darío celebrando sus composiciones y compartiendo lecturas de todo tipo con él.
En 1881, Darío prepara el que iba a ser su primer libro, Poesías y artículos en prosa, que finalmente no es editado en vida del poeta. Al mismo tiempo, publica artículos en contra del gobierno en un periódico de la ciudad de León. Gracias a la fama que le deparan esos textos, a fines de ese año el autor se traslada a Managua, la capital del país, para buscar apoyo en su actividad política de orientación liberal. Allí es muy bien recibido por las autoridades políticas, que le ofrecen financiar sus estudios, pero él rechaza el ofrecimiento y termina yéndose a El Salvador a instancias de sus amigos. Su estadía allí es breve. A su vuelta, comienza a trabajar en la Biblioteca Nacional y continúa publicando artículos y poemas en periódicos de la época.
En 1886, a causa de una desilusión amorosa, Darío parte hacia Santiago de Chile, donde consigue trabajo como periodista y se integra a la intelectualidad local. Vive entre Santiago y Valparaíso, donde publica su primer libro, Abrojos, y en 1888, Azul..., considerado el punto de arranque del modernismo hispanoamericano. Además, ese año consigue un cargo como corresponsal del diario La Nación de Buenos Aires, donde escriben José Martí y Paul Groussac, prosistas muy admirados por Darío.
Entre 1889 y 1893, Darío retorna a Centroamérica, donde continúa su actividad política liberal y se casa primero con Rafaela Contreras, que muere en 1893, y luego, por conveniencia, con Rosario Murillo. Viaja a Nueva York, donde conoce personalmente a Martí, y luego a París, Francia. A fines de ese año, parte hacia Buenos Aires y se incorpora a la redacción de La Nación, pero escribe también en otros diarios. En 1896, publica dos de sus libros más importantes: Los raros, una compilación de artículos sobre artistas modernos, y Prosas profanas.
Aunque vuelve por breves períodos a América, en particular a Buenos Aires, Nicaragua, México y Cuba, entre 1899 y 1908, Darío vive principalmente en Europa, donde continúa su corresponsalía con La Nación y se desempeña en cargos diplomáticos. En 1905, en Madrid, publica su libro de poemas Cantos de vida y esperanza y reedita Los raros. En 1907, publica un nuevo volumen de poesía, El canto errante, y la segunda edición de Cantos de vida y esperanza. Ya es un poeta famoso y celebrado en toda América.
En 1911, comienza a dirigir la revista Mundial. Al año siguiente emprende una gira para promocionar esta revista y otras publicaciones de la misma empresa. La gira lo lleva por Barcelona, Lisboa, Río de Janeiro, San Pablo, Montevideo y Buenos Aires. En todas esas ciudades recibe homenajes de la élite intelectual de la época, que lo reconoce como el más destacado poeta de una generación integrada por el argentino Leopoldo Lugones, el boliviano Ricardo Jaimes Freyre y el uruguayo Julio Herrera y Reissig, entre muchos otros.
En 1912, por solicitud de la revista Caras y Caretas de Buenos Aires, escribe su autobiografía, La vida de Rubén Darío escrita por él mismo. El mismo año, para el diario La Nación, escribe la Historia de mis libros. A fines de ese año retorna a Europa. Su salud se debilita debido a su adicción al alcohol.
En 1914, edita en Madrid Canto a la Argentina y otros poemas. Ese mismo año, para alejarse de la Primera Guerra Mundial que se desencadena en Europa, emprende una gira por América, con la idea de defender el pacifismo para las naciones americanas. En la ciudad de Nueva York lee su poema "Pax", en la Universidad de Columbia, y es incorporado a la prestigiosa Hispanic Society of America. Luego, sigue viaje hacia Guatemala y Nicaragua.
Muere en León, la ciudad de su infancia, el 6 de febrero de 1916. Innumerables poemas, artículos y discursos de escritores de España y de toda América lo homenajean y reconocen como un clásico de la lengua española.