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Azul... Resumen y Análisis de ¨El fardo¨

Resumen

El cuento está ambientado en un puerto. Es el atardecer y todos los trabajadores se disponen a terminar el día laboral. Los guardas caminan de un lado al otro dando vistazos y los jornaleros vuelven a sus casas. Solo queda aún en la costa el viejo tío Lucas, quien mira tristemente el mar sentado en una piedra.

El narrador comienza a conversar con el tío Lucas, quien le cuenta historias y hazañas de su juventud en el ejército. También habla sobre su familia y revela, con lágrimas en los ojos, que su hijo murió hace dos años, mientras estaba trabajando para darle de comer a toda su familia.

El viejo le cuenta que su hijo era muy bueno y honrado. Él había querido mandarlo a la escuela, pero con las necesidades económicas que pasaban, eran otras las prioridades. Tenía muchos hijos y para alimentarlos tenía que trabajar como un buey.

Cuando su hijo creció, quiso ayudarlo en el trabajo. Intentó aprender el oficio de herrero, pero como era tan flaco y débil, se enfermó y cayó en cama mucho tiempo. Logró sobrevivir y, para ese momento, el padre había podido comprar una canoa, entonces el muchacho se hizo pescador.

El padre y el hijo comenzaron a trabajar juntos; salían con el bote a la mañana y luego vendían los pescados en la costa. Un día de invierno, mientras estaban pescando, los sorprendió un temporal que les dificultó volver a tierra. Una ola los empujó contra una roca y la canoa se destruyó completamente.

Entonces, comenzaron a trabajar como lancheros, enganchando las cargas de los barcos a vapor con un gran gancho que las levantaba y las descargaba. Un día, el tío Lucas no pudo levantarse de la cama porque estaba mal del reumatismo y de los huesos, como consecuencia del trabajo. Entonces, el hijo fue solo a trabajar. Ese día, los lancheros tenían que vaciar una lancha repleta de fardos. Cuando terminó de descargar, el hijo se alistó para ir a cobrar y volver a su casa, pero en ese momento, uno de los fardos, el más pesado, se desenganchó del lazo y cayó al piso, aplastando al hijo del tío Lucas. La familia desconsolada llevó al hijo al cementerio.

Luego de escuchar la historia, el narrador se despide del tío Lucas, vuelve hacia su casa y reflexiona sobre el asunto, mientras la brisa del mar le golpea el rostro.

Análisis

“El fardo” es el único cuento en la colección que relata una situación relacionada al trabajo propiamente dicho. Los protagonistas son trabajadores y las circunstancias que se narran en el cuento están directamente relacionadas con esta condición, en particular, el trágico accidente del que es víctima el hijo del tío Lucas.

Por lo tanto, en este relato puede leerse la influencia de la estética naturalista. Esta corriente literaria era muy popular en Europa durante el siglo XIX y se caracterizaba por tocar de una manera realista temas sociales, es decir, las problemáticas de las clases trabajadoras de la época. El naturalismo surge como expresión y denuncia de la insatisfacción por el avance del capitalismo industrial en las sociedades modernas.

En “El fardo”, Darío describe minuciosamente las condiciones de vida miserables de la familia obrera, con principal detalle en las pésimas condiciones de vivienda: menciona que viven en “el cuartucho” (pág. 67); que en la familia había “mucho chico sucio que se revolcaba en la basura” (página 67) y que vestían con harapos. También el poeta remarca lo grotesco del ambiente donde vive la familia, entre la podredumbre, la “callejuela inmunda de las mujeres perdidas” (página 67), la hediondez, el ruido de las arpas, los acordeones y los marineros que llegan al burdel a emborracharse y gritar.

En este aspecto, puede establecerse una relación entre la descripción del ambiente del parque en “La ninfa” y el del barrio trabajador en “El fardo”. Ambas descripciones son minuciosas y totalizadoras desde lo sensorial, la técnica poética es casi idéntica. El poeta expresa una impresión sensitiva total, lo perceptible desde lo visual, lo sonoro y lo olfativo en ambos pasajes, pero con signo contrario. Lo que en “La ninfa” es un locus amoenus, un jardín soñado con flores de bellos colores, aromas profundos y delicados ornamentos, en “El fardo” es un ambiente espantoso y grotesco.

En Historia de mis libros, Rubén Darío narra que escribió “El fardo” fuertemente influenciado por la lectura de Emile Zola, uno de los autores más importantes del naturalismo francés. A continuación, acota: “Mas no correspondiendo tal modo a mi temperamento ni a mi fantasía, no volví a incurrir en tales desvíos” [Darío, 1919]. La inclusión de este cuento en la colección es un ejemplo del eclecticismo del estilo rubendariano al que hace mención Juan Valera en el prólogo a Azul. Allí, Valera expresa que Darío combina todas las corrientes estéticas y extrae una quintaesencia original, ni totalmente romántica, ni parnasiana, ni naturalista.