Habla

Habla Resumen y Análisis Primer periodo de calificaciones

Resumen

Bienvenidos a la secundaria Merryweather

Melinda comienza su primer día en la escuela secundaria Merryweather. Se siente sola. Su antiguo grupo de amigas se ha disuelto. Nicole ahora se sienta junto a los deportistas, Ivy se mueve entre los artistas, Jessica se mudó a Nevada. Melinda no encuentra a nadie con quien sentarse en el autobús ni en el aula. Los demás la miran como si fuera un bicho raro y se burlan de ella. Rachel, quien en la primaria era su mejor amiga, la mira con desprecio.

Melinda se sienta junto a Heather, una chica nueva de Ohio. Comienza la orientación para los estudiantes de primer año. La junta escolar ha decidido que a partir de este año dejarán de llamarse los “Troyanos de Marryweather”, porque transmitía un mensaje relacionado con los excesos, y se denominarán los “Demonios de Marryweather”.

Melinda enumera las primeras diez mentiras que le dicen en la secundaria. Entre estas “mentiras” se destacan: que los maestros están allí para ayudarlos, que los asesores académicos siempre estarán disponibles para escucharlos, y que los años de la secundaria serán añorados por siempre.

La primera clase de Melinda es Biología, pero ella no encuentra el aula. Le imputan un demérito por estar deambulando en el pasillo.

Nuestros profesores son los mejores

Melinda presenta a sus profesores. Primero presenta a la profesora de Lengua y Literatura. Por su peinado, la apoda “Melena Maravilla”. Luego presenta al Sr. Cogote, un hombre de aspecto militar que parece un excombatiente de guerra. Es el profesor de Estudios Sociales.

Centro de atención

Llega la hora de almorzar. Melinda busca a alguien con quien sentarse. Un jugador de básquet, accidentalmente, la salpica con la salsa de sus papas. Todos la miran con sonrisas burlonas. Melinda intenta huir de la escena, pero el Sr. Cogote la detiene en el pasillo y le imputa otro demérito por estar deambulando.

Santuario

A diferencia de lo que le sucede con las otras materias, Melinda disfruta de la primera clase de Arte. El profesor es el Sr. Freeman, un hombre algo excéntrico que insta a los estudiantes a expresarse. El proyecto anual de la materia consistirá en que cada alumno convierta un elemento aleatorio en una obra artística. A Melinda le toca el elemento árbol.

Español

La profesora de español se niega a hablar inglés en clase. Para comunicarse, utiliza gestos exagerados y escribe palabras en español en la pizarra. A pesar de sus esfuerzos, los estudiantes no logran entenderla.

Tarea para el hogar

Melinda ha sobrevivido las dos primeras semanas de clases. Heather se ha convertido en su compañera de banco, pero a Melinda no le convence esta nueva amistad. Heather habla y habla, y ella solamente escucha, pero nunca le cuenta nada.

Su rutina hogareña es sumamente monótona. Ve televisión, come e intenta evitar a los padres. Se comunica con ellos a partir de notitas que deja en el mostrador de la cocina. La madre de Melinda trabaja en una tienda de ropa llamada Effert’s y suele estar muy ocupada.

Melinda siente que no hay nada en su casa que le sea propio. Ni siquiera su cuarto. La decoración es la de la habitación de una niña.

Al final del capítulo, Melinda se mira al espejo. Su apariencia le molesta. Tiene todos los labios carcomidos. Decide poner el espejo de cara a la pared.

Nuestro audaz líder

Melinda se esconde en el baño del colegio. Desde allí ve al director (al que llama "Director Director") advirtiendo a un chico que está en el pasillo sin tener un pase que lo habilite.

Mortificación física

Melinda odia la clase de educación física. Se siente torpe, humillada y fuera de lugar. Entre sus compañeras se encuentra su ex amiga Nicole. Es la deportista más destacada de todas. Esto acentúa la frustración de Melinda.

Amigas

Rachel, la ex mejor amiga de Melinda, ahora se llama Rachelle. Se junta con los estudiantes extranjeros y adoptó una personalidad (y un nombre) acorde a su nuevo grupo de amigos. Melinda se la encuentra en el baño y queda impactada por su cambio de personalidad. Piensa que ella necesita una amiga, aunque no sea de verdad, sino solamente para parecer menos solitaria.

Heatherear

Heather le propone a Melinda que se unan a diferentes clubes para conocer a otros estudiantes. Melinda la ignora.

Madriguera

Melinda descubre una piecita abandonada en un pasillo de la escuela. Hay productos de limpieza y cosas viejas. Decide convertirla en su refugio.

Los demonios destruyen

Melinda se sienta junto a Heather y sus nuevos amigos para ver el espectáculo de porristas. Uno de los amigos de Heather la reconoce: recuerda que fue ella quien llamó a la policía en la fiesta que se celebró antes del comienzo de clases. Le hacen bullying.

Porristas

Melinda describe a las porristas. Envidia la capacidad que tienen para parecer ángeles y, luego, emborracharse y tener relaciones sexuales con diferentes chicos.

Lo opuesto a la inspiración es la… ¿expiración?

Melinda comienza a trabajar en el proyecto artístico del árbol. Sus primeros dibujos son feos y carecen de vitalidad.

Actuación

Llega el 12 de octubre. De acuerdo a Melinda, ese día es llamado “día de la raza” por algunos y “día del respeto a la diversidad cultural” por otros.

Es feriado. Melinda va a la casa de Heather. Su amiga está muy nerviosa porque ella, con su apatía y desánimo, no la ayuda a hacer nuevas amistades. La trata mal. Melinda se va sin despedirse.

Cena-Teatro

Los padres de Melinda se enteran de las pésimas calificaciones que ha obtenido su hija en la primera parte del año. La interpelan al respecto, pero ella no les da ninguna explicación. Terminan peleando entre sí.

Rosas azules

Melinda intenta prestar atención en clase. Logra interesarse un poco en Biología. Le gusta usar el microscopio. Además, comparte clase con David Petrakis, un alumno que logra ser brillante académicamente sin ser molestado por los matones. Se pregunta cuál será su secreto.

Estudiantes dividido confusión igual Álgebra

El profesor de Álgebra, el Sr. Stetman, hace pasar a Melinda al frente para resolver un problema. Ella no sabe cómo hacerlo. Stetman, entonces, le pide a Rachelle que la ayude. Ella resuelve el problema en el pizarrón y, al pasar, le da un codazo a Melinda. Todos se ríen.

Halloween

Los padres de Melinda le dicen que ya está grande para salir a pedir dulces en Halloween. Ella se siente aliviada, porque no tenía con quien compartir esa actividad. Se pasa la noche leyendo Drácula y comiendo caramelos en su cuarto.

Nombre nombre nombre

La junta escolar decide cambiar la mascota de la escuela. En lugar de ser un demonio, será un tigre. Los miembros del club de ecología, sin embargo, protestan, porque el tigre es un animal en extinción.

En la clase de español, aprenden el significado de la palabra “linda”. La protagonista de la novela, entonces, se gana el mote de “Me-no-linda”.

Las Martas

Heather quiere pertenecer al grupo de las Martas. Estas son conocidas por su impronta de amas de casa elegantes. Las Martas ponen a prueba a Heather: debe decorar el salón de profesores para el día de Acción de Gracias. Heather le pide ayuda a Melinda y ella acepta. Las líderes del grupo de Martas conocen así a Melinda. Parece que son amables con ella, pero luego Melinda las escucha hablar con asco de sus labios llenos de costras. Se encierra en el baño a llorar.

Pesadilla

Melinda tiene una pesadilla en la que se encuentra con ELLO (así nombrado por Melinda) en un pasillo de la escuela. ELLO le sonríe y le guiña un ojo. Por suerte, Melinda tiene los labios cosidos y no puede vomitar.

Boletín de Calificaciones

Todas las notas de Melinda son bajas excepto en Arte, en la que obtuvo una A, y en Biología y Buena Gente, en las que obtuvo una B.

Análisis

Desde el comienzo de la novela, Melinda Sordino se presenta ante el lector como una chica partida en dos. Por un lado, está la Melinda narradora y, por otro lado, la Melinda que vive aquello que está narrando. A través del uso de la primera persona, Anderson le otorga a la protagonista de la novela la posibilidad de hacer lo que no puede hacer en su vida diaria: hablar. La Melinda narradora se explaya frente a los lectores, demostrando su agudeza, su madurez y su espíritu crítico. Comparte los motes burlones que les pone a los diferentes grupitos de alumnos (como "las Martas"), enumera con lucidez las diez grandes mentiras que les dicen a los estudiantes apenas comienzan el secundario, y entiende que el debate sobre apodar a los estudiantes del colegio “troyanos” o “demonios” es banal. La Melinda narradora es desenvuelta y audaz.

La Melinda que vive aquello que está narrando es, sin embargo, muy diferente. Es una chica introvertida, solitaria e incapaz de compartir sus inteligentes reflexiones con nadie. Sabe cómo funcionan las jerarquías en el colegio, pero no se salva de ser vista como una perdedora y sufrir bullying. Sabe dónde debería sentarse en el autobús y dónde no, pero termina sentada sola en el lugar incorrecto.

La narración autodiegética de Habla, es decir, el hecho de que su narradora sea la protagonista de su propia historia, es crucial para comprender la experiencia subjetiva y traumática de Melinda. A través de su voz, los lectores accedemos a los pensamientos, emociones y percepciones que Melinda no puede compartir con otros. Todo lo que no dice Melinda en su vida diaria a los que la rodean, se lo dice a los lectores, permitiéndoles acceder a su mente y experimentar el mundo desde sus ojos. Esto será crucial para que, a lo largo de la novela, comprendamos la lucha interna que libra Melinda, y seamos testigos de cómo va procesando su trauma.

Pero vamos paso a paso. En el comienzo de la novela, la Melinda narradora aún no les dice a los lectores qué le ha sucedido. De todos modos, esta diferencia entre las dos Melindas sugiere que algo grave pasó. Por alguna razón, Melinda es una marginada social que vive encerrada adentro de su mente. Al principio de la novela, ella nos asegura que no tiene ningún deseo de cambiar eso. Según ella, hablar no tiene sentido alguno. Su forma de afrontar la soledad, entonces, es burlarse (en silencio) de todo y de todos los que la rodean. En los hechos, sin embargo, todos los demás se burlan de ella, incluso aquellas chicas que eran sus amigas, como Rachel. Todo el sarcasmo de Melinda, así, es una mera coraza. Ella sufre cada una de las palabras negativas que sus compañeros le dedican. Si pensara realmente que son todos unos idiotas, no sentiría el dolor que siente cada vez que es agredida, ni se mordería los labios hasta dejarlos en carne viva.

Con el paso de los capítulos, Melinda irá comprendiendo que no puede negar su angustia y seguir aislándose de todos los que la rodean. Deberá, entonces, bajar la guardia. Pero al comienzo del año su dolor es tan grande que no le permite acercarse a nadie. Además de tener problemas con sus compañeros, Melinda siente una gran aversión hacia la autoridad. Lo primero que hace, al conocer a sus profesores, es ponerles apodos ridículos e imaginar que tienen vidas patéticas. Para colmo de males, así como sus compañeros refuerzan su soledad mediante el maltrato, los docentes refuerzan su aversión a la autoridad colocándole deméritos absurdos, enseñándole cosas inútiles y mostrándose totalmente ineptos.

Hay un solo profesor con el que Melinda siente empatía inmediata: el Sr. Freeman. El profesor de Arte es, al igual que ella, un marginado. Detesta a las autoridades del colegio, y las autoridades lo detestan a él. Odia la parte burocrática del trabajo y las reglas tradicionales. Es un artista encerrado dentro de un establecimiento híper normativo. Su apellido, de hecho, alude a esta característica del personaje: "Freeman" puede traducirse al español como “hombre libre”. Él es quien, desde el comienzo, le abrirá las puertas a Melinda para que recupere su voz. Por eso mismo, la clase de Arte será prácticamente la única que a ella le importe. El proyecto anual, relacionado con realizar una obra a partir del elemento “árbol”, despertará su interés desde el principio hasta el final del año. Este árbol, a la vez, representará simbólicamente los distintos estados de ánimo que ella irá atravesando. La lucha de Melinda por dibujar o esculpir un árbol bonito y que transmita emociones será paralela a su lucha por recuperar su fuerza y ​​su voz. Al principio de la novela, Melinda dibujará árboles débiles y sin emoción. Al final del año, el árbol tendrá el vigor y la vitalidad que ella ha recuperado.

Ahora bien, ¿por qué Melinda está así? ¿Qué la ha partido en dos? En el comienzo, Anderson no nos brinda esa información. Melinda es una chica inteligente y divertida que, por alguna razón, ya no tiene amigas, está deprimida y, en lugar de hablar, se muerde los labios hasta dejarlos en carne viva. ¿Qué habrá sucedido? ¿Estará la depresión de Melinda relacionada con algún problema que tuvo en casa? Sí y no. El problema de Melinda no tiene que ver con sus amigas, pero sus amigas no la ayudan. No tiene que ver con las autoridades del colegio, pero las autoridades (excepto el Sr. Freeman) no la ayudan. No tiene que ver directamente con sus padres, aunque ellos tampoco ayudan. Los padres de Melinda no causaron el trauma, pero son incapaces de darle contención alguna a su hija. Trabajan todo el día, se pelean entre ellos y creen que Melinda simplemente está siendo rebelde, como cualquier adolescente.

La vida hogareña de Melinda es similar a su vida escolar. En ambos espacios está sola, no habla y se siente ajena a todo. Su dormitorio, por ejemplo, no tiene nada que ver con quién es ella. Está decorado como la habitación de una niña de diez años, pero claro, ella tampoco tiene la voluntad o la capacidad de redecorarlo a su manera. Cabe preguntarse, entonces: ¿Sabe Melinda cuál es “su manera”? ¿Sabe quién es ella ahora? Mientras sus otras amigas de la infancia redefinen sus personalidades y pasan de ser niñas a adolescentes (fuman, se cambian el corte de pelo, se vuelven atléticas), Melinda es una chica que pone el espejo de cara a la pared para no verse. En lugar de redefinirse, Melinda desaparece. ¿Y qué mejor lugar para desaparecer que la piecita abandonada que encuentra en el colegio? Para una chica que desea no existir, nada mejor que un espacio que ha dejado de tener toda función. Un espacio vacío para una chica vacía. Melinda encuentra, en medio del colegio, su limbo.

Recién a mitad del capítulo, en el apartado “Los demonios destruyen”, el lector se entera por qué Melinda es rechazada por los demás estudiantes, incluyendo sus antiguas amigas. Resulta que en la fiesta que se dio antes de comienzo del año lectivo, ella llamó a la policía. La información que Melinda aún no nos brinda es por qué llamó a la policía. Así, mediante el silencio de la protagonista de su novela, Anderson mantiene a los lectores en vilo.

Mientras tanto, Melinda cada vez está peor. Tiene una única amiga, Heather, que no la escucha, y que solo parece estar con ella para no mostrarse sola. Se carcome más y más los labios. Sus calificaciones son pésimas, y esto hace que sus padres se enojen con ella. Sin dudas, ella era buena estudiante antes del comienzo del secundario. ¿Qué le pasó? En la clase de Arte, Melinda dibuja árboles que han muerto tras haber sido alcanzados por un rayo. Aunque los lectores no lo sepamos aún, ese rayo, inesperado, fortuito y violento, representa simbólicamente el ataque que sufrió ella por parte de Andy Evans, y que se develará más adelante. Los árboles, tal como hemos dicho antes, son, a lo largo de toda la novela, símbolo de su estado de ánimo.

Al final de este primer periodo de calificaciones, los lectores descubrimos que aquello que atormenta y ha convertido la vida de Melinda en una pesadilla está relacionado con alguien del colegio. Ella no puede decir el nombre de la persona. Entonces la llama "ELLO". Ponerle nombre será uno de los primeros grandes desafíos que tendrá Melinda para comenzar a superar su trauma, recuperar la voz y, obedeciendo al imperativo título de la novela, hablar.

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