Lo sobrenatural
Dragones, magos, brujas y hechiceros, comportamientos naturales que rompen con las reglas de la biología, personas que se comunican desde la muerte, palabras de poder que pueden modificar la realidad; estos y otros tantos sucesos maravillosos conforman uno de los temas más importantes de Cuentos de Terramar: lo sobrenatural.
Por supuesto, la existencia de la magia en el universo ficcional de la saga de Terramar se explica por su pertenencia al fantasy. Rosemary Jackson caracteriza esta tradición literaria como un supra género, un “modo” literario que engloba varios géneros menores, en tanto se define por la transgresión de normas vinculadas a lo que, por convención, se presenta como lo real. Los relatos maravillosos y de terror, los tradicionales cuentos de hadas, la literatura gótica, la fantástica y la ciencia ficción pertenecerían, según su criterio, a este gran “hipergénero”.
En los Cuentos de Terramar, la magia se presenta desde primer momento como algo no solo posible, sino completamente incorporado al mundo. Todos los protagonistas de los cuentos son brujas y magos, al igual que gran parte de los antagonistas. Esto sin contar al personaje principal de “Dragónvolador”, Irian, que es, como sugiere el título del cuento, mitad humana y mitad dragón.
El paso a la adultez
Al igual que el resto de las novelas de la saga de Terramar, muchas de las historias presentes en esta selección deben considerarse relatos de iniciación o formación, género literario que retrata la transición de la niñez a la vida adulta. Este género tiene una larga tradición y se remonta a la Bildungsroman alemana, un tipo de novela que surge en Europa a comienzos del siglo XIX.
El contenido de estas obras suele girar en torno al desarrollo moral, psicológico y social de un personaje que se encuentra en la dolorosa tarea de tener que descubrir su propia identidad en un mundo adulto en el que, muchas veces, no ve reflejados sus propios valores y sentimientos. Cabe mencionar que dicho género goza de una gran popularidad en el sector juvenil e infantil, debido a que suele presentar problemáticas con las que este tipo de público se siente identificado. La búsqueda de la identidad, el despertar sexual y los problemas familiares son algunos de estos tópicos.
En los Cuentos, la pertenencia al género es fácilmente reconocible: Nutria, de “El descubridor”, debe descubrir su identidad y su fuerza siendo solo un niño, tras ser esclavizado por un rey debido a sus dotes mágicas. El protagonista de “Rosaoscura y Diamante” se encuentra en la dolorosa tarea de elegir entre cumplir con la expectativa que su padre ha depositado sobre él u optar por el amor y la música. En “Dragónvolador”, Irian se embarca en una peligrosa aventura a cuyo término comprenderá que es nada más ni nada menos que un poderoso dragón.
Las relaciones familiares
En línea con el tema anterior, las relaciones familiares tienen una importancia central a lo largo de todos los Cuentos de Terramar, en parte porque sus personajes y protagonistas atraviesan momentos de inflexión en lo que refiere a sus vínculos familiares.
Tras haber sido despreciado por su padre, quien le teme a su magia innata, el protagonista de “El descubridor” emprende una larga aventura que lo lleva a ser uno de los fundadores de la Casa Grande de Roke, la escuela de magia. Algo similar sucede con Diamante, el protagonista de la historia siguiente, quien debe enfrentarse a su padre porque este no acepta su amor por la música y por Rosaoscura, una bruja de la aldea. Dulse, el viejo y cascarrabias mago de “Los huesos de la tierra”, comprende antes de morir que en la relación que tiene con su aprendiz, Silencio, ha encontrado el amor que su propio padre le negó de joven. Regalo, la hospitalaria mujer que acoge a Irioth en “En el gran pantano”, tiene una complicada relación su hermano, consecuencia del alcoholismo de este último. En “Dragónvolador”, por su parte, Irian es una joven incomprendida que padece desde niña los abusos de su padre. Solo tras una larga aventura descubre que no es entre los hombres donde va a descubrir su identidad, sino entre dragones, con quienes también comparte sangre.
Los viajes
Las historias contadas en toda la saga de Terramar, y a la cual pertenecen también los Cuentos, pueden clasificarse, no solo como relatos de formación, sino también como novelas o relatos de aventura.
El viaje es un elemento central en estas historias, en las que los protagonistas suelen emprender un viaje por nuevos territorios, atravesando distintas peripecias y obstáculos. Finalmente, la culminación del viaje coincide con una transformación y un crecimiento para el personaje, por lo que se puede hablar de un viaje externo, por una geografía novedosa, que simboliza un viaje interno, de aprendizaje y maduración. En Entendiendo a Úrsula Le Guin, Elizabeth Cummins afirma, en este sentido, que “Las experiencias de formación representadas en cada una de las novelas de Terramar encarnan viajes que son a la vez físicos y psicológicos” (2022).
La mujer
La maternidad, las redes de apoyo y resistencia tejidas por mujeres y el lugar que estas ocupan en la sociedad son elementos muy importantes a lo largo de los Cuentos de Terramar. En ellos, Le Guin explora un mundo tan misógino como fantástico, en el que la magia de las mujeres es vista con desconfianza. Por este motivo, los practicantes a magos se ven obligados a realizar votos de castidad con el objetivo de mantenerse puros del influjo femenino: “Las brujas, que casi universalmente siguieron trabajando con la magia sin renunciar a su sexualidad, eran descritas por los hombres célibes como tentadoras, impuras, deshonradas, esencialmente perversas” (332).
En este punto, la autora aprovecha su narrativa para hacer una crítica al orden patriarcal y misógino que rige en la sociedad. Cabe mencionar que el arquetipo de la mujer tentadora rige en la cosmovisión judeocristiana desde el mito bíblico de Adán y Eva, presente en el Génesis del Antiguo Testamento, en el que Eva arrastra a la humanidad al pecado originario después de tentar a Adán para hacerlo comer el fruto prohibido. Este mito de origen ha ofrecido las bases para grandes prejuicios sobre las mujeres, que han decantado en procesos como las cazas de mujeres consideradas brujas durante el periodo inquisitorial europeo, entre los siglos XV y XVII. Con su narrativa, Le Guin se hace eco y denuncia estas injusticias.
La humildad y la codicia
Si bien ambos términos no funcionan necesariamente como opuestos, en el sistema narrativo de la saga de Terramar, los antagonistas tienden a ser representados por personajes codiciosos, que hacen el mal para adquirir más poder o dinero, mientras que a los protagonistas los caracteriza un origen humilde, o atraviesan un arco argumental que implica un aprendizaje de humildad. De este modo, Le Guin toma distancia de aquellas obras del género en las que los protagonistas son grandes reyes, príncipes o nobles caballeros, dándole valor a las experiencias de campesinos, artesanos y personas “comunes”, y demostrando, así, que la heroicidad no es una cuestión de linaje, sino que muchas veces se encuentra en las pequeñas elecciones.
En “El descubridor”, por ejemplo, el protagonista es un humilde constructor de barcos. En “Rosaoscura y Diamante”, este abandona las grandes artes mágicas y un futuro de riqueza para transformarse en un músico popular. “Los huesos de la tierra” está protagonizado por un viejo mago de montaña que vive junto a sus gallinas en una descuidada choza. “En el gran pantano” se desarrolla en la casa de una quesera, ubicada cerca de una aldea de ganaderos, alejada de la ciudad. Pese a tener un origen noble, la familia de la protagonista de “Dragónvolador” ha caído en la pobreza, y la joven vive en una mansión semiderruida, acompañada de perros famélicos.
La naturaleza
Profundamente vinculado al tema de la magia y lo sobrenatural, el tópico de la naturaleza tiene una gran centralidad en los Cuentos. Tal como señala la especialista Elizabeth Cummins, el taoismo ocupa un lugar importante en la visión del mundo de Le Guin, y es en relación con esta filosofía que debe pensarse la tematización de la naturaleza en la saga de Terramar. El taoísmo es una tradición oriental que pregona la necesidad de vivir en armonía con el tao, la fuente y sustancia de todo lo existente, y un principio de unidad que se encuentra en constante transformación y equilibrio:
Esta influencia también es evidente en la representación que hace la autora del equilibrio existente en el mundo de Terramar, donde representa el archipiélago como basado en un delicado equilibrio (...), un equilibrio entre la tierra y el mar, implícito en el propio nombre del mundo («Terramar», Earthsea en inglés), entre las personas y su entorno natural, y un equilibrio cósmico superior, que los magos tienen la responsabilidad de mantener (2022).
Como veremos en los Cuentos de Terramar, la naturaleza se presenta como una fuerza mágica, digna de respeto, incluso, en sus manifestaciones más elementales, y responsable de la vida. Un buen mago, a su vez, usa su magia, no con arrogancia y codicia, sino como una fuerza más de la naturaleza, haciendo solo lo imprescindible para reproducir el equilibrio que hay en ella.