Cuentos de Terramar Elementos Literarios

Cuentos, 'nouvelles' ('fantasy' o alta fantasía).

Las historias suceden en un mundo ficcional llamado Terramar, que consiste en un gran archipiélago compuesto por innumerables islas. Los cuentos suceden en distintos periodos históricos de este mundo, al punto en que llegan a suceder siglos entre unos y otros.

Los relatos están narrados por narradores omniscientes en tercera persona que hacen foco en los distintos personajes principales de las mismas.

El tono varía tanto dentro como a lo largo de las historias. En algunas, como “El descubridor” y “Dragónvolador”, predomina un tono solemne y activo, en consonancia con el género de aventura en el que se enmarcan los relatos. En otros, como “Rosaoscura y Diamante”, “Los huesos de la tierra” y “En el gran pantano”, encontramos un tono más amoroso, intimista y nostálgico.

Los protagonistas y antagonistas varían a lo largo de las historias. En “El descubridor”, el protagonista es Nutria y los antagonistas, Gelluk, Primitivo y Losen. En “Diamante y Rosaoscura”, el protagonista es Diamante, y el antagonista, su padre, Áureo. En “Los huesos de la tierra”, el protagonista es Dulse, y no es posible establecer un antagonista determinado. En “En el gran pantano”, el protagonista es Irioth, y tampoco es posible identificar un antagonista determinado, más allá del débil hechicero contra el que se enfrenta. En “Dragónvolador”, por último, la protagonista es Irian, y los antagonistas son los Maestros y estudiantes que se oponen a que ingrese a la Gran Escuela; sobre todo el Maestro Invocador.

Los conflictos varían dentro y a lo largo de las historias. En “El descubridor”, el protagonista debe primero escapar de su esclavitud y luego ayudar a acabar con el gobierno corrupto de los magos y reyes falsos del Archipiélago. En “Diamante y Rosaoscura”, el protagonista se ve en la disyuntiva de elegir entre ser fiel a sus deseos o complacer los de su padre, Áureo. En “Los huesos de la tierra”, Dulse y su aprendiz deben detener un terrible terremoto que amenaza la isla de Gont. En “En el gran pantano”, un mago que ha cometido grandes pecados intenta resarcirse en tierras lejanas combatiendo una peligrosa peste. En “Dragónvolador”, una joven viaja a la isla de Roke para descubrir su identidad en la Gran Escuela.

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En “Dragónvolador”, la esencia dragontina de la protagonista, que termina por revelarse al final de la historia, se insinúa constantemente a lo largo del relato. Por ejemplo, podemos encontrar una anticipación en este pasaje que hace foco en su primera mentora, la bruja Rosa:

"Rosa la observaba. Sabía que no sabía quién era Irian o lo que podría llegar a ser. Una mujer grande, fuerte, extraña, ignorante, inocente y enfadada, sí. Pero desde que Irian era sólo una niña, Rosa había visto en ella algo más, algo más allá de lo que ella era. Y cuando Irian miraba a través del mundo como lo estaba haciendo ahora, parecía entrar en aquel lugar o en aquel tiempo, o parecía estar más allá de ella misma, mucho más allá del conocimiento de Rosa. Y entonces Rosa le temía, y temía por ella" (238).

Marfil tiene la intención de tener relaciones sexuales con Irian. En este pasaje, esa intención se dice en forma atenuada mediante la expresión “meterla en su cama”: “Había comenzado simplemente para tratar de meterla en su cama, un juego que le encantaba jugar” (245).

Todas las historias reunidas en los 'Cuentos de Terramar' pertenecen a la famosa saga de Terramar de Ursula K. Le Guin, por lo que las alusiones a novelas previas de la saga son constantes. Personajes como Silencio, de “Los huesos de la tierra”; el Archimago, de “En el gran pantano”, e Irian, de “Dragónvolador”, tienen una gran centralidad en otras novelas de la saga.

Ver sección “Imágenes”.

Regalo, la hospitalaria mujer que acoge a Irioth en “En el gran pantano”, expresa una constante preocupación por el mago. En este pasaje, cuando se enoja con él, su preocupación adquiere un tinte paradójico: “―Estáis loco ―le dijo ella muy enfadada. Era un enfado dulce. ¿Por qué no podía ser el enfado algo dulce?” (202).

El protagonista de “Rosaoscura y Diamante” se ve en la disyuntiva de elegir entre dos caminos: el del deseo, compuesto por su amor a Rosaoscura y a la música, o el del deber, encarnado por las figuras del mago Cicuta y de su padre, Áureo. Significativamente, tanto su aprendizaje junto a Cicuta como su trabajo con Áureo se vinculan, cada uno a su modo, con listas interminables, pronunciando el paralelismo entre ambas figuras de autoridad. Con Cicuta, el muchacho se dedica a memorizar “largas, largas listas de palabras, palabras de poder en la Lengua de la Creación. Plantas y partes de plantas, y animales y partes de animales (...). Las palabras nunca tenían sentido, nunca formaban oraciones, sólo listas. Largas, largas listas” (139). Con su padre, las listas que estudia son las del negocio aserradero: “Observó las páginas. Largas, largas listas de nombres y número, deudas y crédito, ganancias y pérdidas” (155).

Una de las características físicas que definen a Ascua, la poderosa bruja que ama Nutria, son sus prominentes cejas: “Eso es lo que dijo Ascua, su maestra de feroces cejas negras” (73). En este pasaje, se produce una metonimia de la parte por el todo, ya que no son las cejas de la bruja lo feroz, sino ella misma.

La personificación es un recurso retórico habitual en los 'Cuentos de Terramar', en parte debido a que el orden mágico que subyace al Archipiélago tiene una íntima conexión con la naturaleza, la cual adquiere la forma de una entidad a la que se le adjudican propiedades humanas. Por ejemplo, en “En el gran pantano”, se dice que “Tal como lo harían las montañas, [el pantano de] Andanden decide el clima. Reúne nubes a su alrededor” (186).