GradeSaver ha publicado guías de estudio específicas sobre los cuentos "La caída de la casa Usher" y "El gato negro".
“La máscara de la Muerte Roja”: el príncipe Próspero se aísla junto a un grupo de cortesanos una abadía cerrada mientras la peste conocida como la “Muerte Roja” arrasa con su pueblo. En el lugar, Próspero celebra una fiesta de máscaras que tiene un desenlace fatal, cuando la propia Muerte Roja ingresa al recinto disfrazada y extiende enfermedad, matando a todos.
“El pozo y el péndulo”: un prisionero condenado a muerte por la Inquisición lucha por sobrevivir en la prisión, en Toledo, donde se encuentra encerrado. Luego de superar distintas torturas mientras le suministran narcóticos a través del alimentos, el prisionero se encuentra al borde de la muerte cuando un general del ejército enemigo a los inquisidores lo salva.
“William Wilson”: desde pequeño, Wilson mantiene una relación compleja con un joven con el que comparte nombre, cumpleaños y apariencia. Aunque al principio son inseparables, sus similitudes empiezan a perturbar a Wilson y lo llevan a odiar al joven. Pasan los años y, aunque ya no se frecuentan, este sujeto aparece una y otra vez para exponer a Wilson cuando este comete alguna acción inmoral. Finalmente, el odio lo impulsa a matarlo pero, en el preciso instante en que lo apuñala, descubre que ambos son la misma persona.
“Morella”: al narrador y a su esposa, Morella, los une un amor caracterizado por la falta de erotismo pero una profunda afinidad intelectual. Con el paso de los años, las extrañas características de Morella, que en un principio encantaban a su marido, comienzan a perturbarlo al punto de odiarla y desearle la muerte. Finalmente, la mujer enferma y muere, no sin antes recriminarle su falta de amor y dar a luz a la hija de ambos. La pequeña crece al cuidado de su padre, quien la ama profundamente, pese a que le perturbe el gran parecido físico e intelectual que tiene con Morella. Obsesionado por estas semejanzas, decide bautizarla para diferenciarla de su madre pero, en el momento de darle un nombre, la llama como a la difunta. En ese momento, la joven se reconoce en el nombre y cae fulminada al piso.
“Ligeia”: el narrador ama y admira profundamente a su esposa, Ligeia, una mujer tan hermosa como inteligente y misteriosa. Ella enferma y muere, no sin antes afirmar su creencia de que la muerte solo llega al ser humano porque su voluntad es demasiado débil. Obsesionado por el duelo, el narrador se muda a una desolada abadía inglesa y comienza a consumir opio de forma excesiva. Allí vuelve a contraer matrimonio con Rowena Trevanion, aunque no se amen, y el narrador pase todo el día recordando a su primera esposa. Luego de un tiempo, Rowena enferma y muere. Pese a ello, su cadáver resucita y, ante los sentidos embotados por el opio del narrador, su cuerpo asume la forma de la primera esposa, Ligeia.
“El retrato oval”: como se encuentra herido, el narrador y su criado deciden pasar la noche en un viejo castillo abandonado. Allí, el narrador descubre el retrato de una doncella que llama su atención debido a cierta expresión extraña que lo hace parecer vivo. En un volumen encuentra una descripción del cuadro con su historia: al retrato lo pintó el esposo de la doncella, un hombre apasionado con el arte. La joven, pese a odiar el arte, se deja pintar por amor a su marido. Sin embargo, el hombre se obsesiona con el retrato y pasa los días perfeccionando su obra sin notar que esta absorbe, momento a momento, la vitalidad de su bella esposa. Finalmente, al terminar el fantástico cuadro, nota que su mujer está muerta.
“La caída de la casa de Usher”: el narrador llega a la casa de los Usher a visitar a su amigo de la infancia, Roderick, quien se encuentra enfermo. Allí descubre que tanto Roderick como su hermana melliza, Lady Madeline Usher, están afectados por varios desórdenes mentales. Ella padece, además, catalepsia, enfermedad que parece estar por acabar con su vida. Luego de unos días, Lady Madeline muere y, junto a su amigo, el narrador la sepulta en una antigua bóveda de la mansión. Luego de unos días, Roderick lo visita, visiblemente perturbado, en su habitación, y allí le dice que enterraron a su hermana viva. En ese preciso instante, Lady Madeline aparece, ensangrentada, y cae muerta sobre su hermano, quien, horrorizado, muere también. El narrador escapa espantado del lugar, justo en el momento en que la mansión se derrumba con los cadáveres de los hermanos dentro.
“El corazón revelador”: un hombre que se considera a sí mismo una persona tranquila y cuerda cuenta cómo cae en desgracia debido a la obsesión que le produce la apariencia siniestra del ojo de un anciano. Es la tal perturbación que le genera que decide asesinarlo para no tener que volver a observarlo nunca más. Una vez cometido el crimen, esconde el cuerpo descuartizado bajo el piso de una habitación. Sin embargo, la policía visita su casa, alertada por un vecino, y el narrador, profundamente perturbado porque cree escuchar los latidos del corazón del cadáver, termina por confesar el crimen.
“El gato negro”: el narrador vive junto a su esposa, con quien comparte la misma pasión por los animales. Todo va bien con el matrimonio hasta que el narrador se vuelve alcohólico, perverso y violento, tanto con su mujer como con sus mascotas. Una noche, en un rapto de ira, le saca un ojo a su gato negro, Plutón. Días más tarde, la perturbación que le produce su falta lo lleva a ahorcar al animal en un árbol. Pasa el tiempo y un nuevo felino, idéntico al anterior, se aparece ante el narrador, quien lo adopta. Sin embargo, el parecido con el gato muerto obsesiona al hombre al punto de intentar matarlo de un hachazo. Su mujer lo detiene, lo que provoca que descargue su ira contra ella, asesinándola y escondiendo el cadáver tras un muro. Pese a que el narrador se siente a salvo con su crimen, unos maullidos tras la pared alertan a la policía. Cuando descubren el cuerpo, el narrador se da cuenta que ha emparedado al gato vivo junto a su esposa.
“Los crímenes de la Rue Morgue”: los misteriosos asesinatos de Madame L'Espanaye y su hija Camille conmueven a los vecinos de la Rue Morgue, no solo por el carácter violento de sus detalles sino por la perplejidad que produce el caso entre la policía parisina, incapaz de identificar tanto a los autores del crimen como a sus motivaciones. Interesado en el caso, el detective Dupin se presenta en la escena del crimen y consigue resolverlo gracias a su gran poder analítico. Para sorpresa de todos, el asesino es un salvaje orangután de Borneo que, luego de escaparse de su dueño, ingresó en el recinto de la familia L'Espanaye y perpetró los violentos hechos en un ataque de ira.
“La carta sustraída”: el Prefecto de policía consulta al detective Dupin por un caso que no puede resolver: un Ministro ha robado una carta comprometedora de una dama muy importante de la esfera política y la utiliza para extorsionarla y recibir favores políticos. La policía ya revisó con profundidad al hombre y en su casa varias veces, sin éxito. Por una parte de la recompensa, Dupin encuentra la carta demostrando que el error de la policía fue no ponerse en el lugar del ladrón, e investigar los sitios más ocultos en lugar de los más evidentes.
“El escarabajo de oro”: Legrand sorprende a su amigo, el narrador, quien está de visita en su casa con un escarabajo que encontró en una expedición y que parece de oro macizo. Un mes después de la visita, un sirviente de Legrand se presenta en la casa del narrador con el pedido de que acompañe a su amo a una expedición. Tanto el sirviente como el narrador se preocupan por Legrand, quien parece haber perdido la cordura por una picadura del extraño insecto. Sin embargo, el hombre los conduce con éxito a un tesoro enterrado y luego les revela el proceso a través del cual la presencia de una mancha en forma de calavera en el escarabajo lo llevó a desentrañar una serie de instrucciones en un antiguo pergamino pirata.
“Los hechos en el caso de M.Valdemar”: el narrador, un aficionado al mesmerismo, se pregunta si será posible hipnotizar a una persona agonizante y cuánto podría prolongar la vida de la persona en caso de hacerlo. Como su amigo Valdemar está por morir de tuberculosis, decide hacer el experimento con él. Efectivamente, la hipnosis resulta y Valdemar permanece con vida pese a que su cuerpo presenta todas las características de la muerte. Durante varios meses, el cuerpo de su amigo permanece en estado de coma gracias a la hipnosis, hasta que el narrador decide volverlo en sí. Sin embargo, en el momento en que lo intenta, el cuerpo de Valdemar se descompone por completo en un horrible y putrefacto líquido.