Cuentos de Edgar Allan Poe Elementos Literarios

Cuentos (cuento fantástico, horror gótico o psicológico, relato policial o detectivesco y ciencia ficción)

Salvo algunas excepciones, la mayoría de los relatos transcurren en un marco temporal contemporáneo al de Poe. Los espacios varían: algunas historias se producen en las grandes ciudades, otras en viejos y apartados castillos, muchas en espacios cerrados y domésticos sobre los que no se ofrece mayor detalle.

Salvo en “La máscara de la Muerte Roja”, donde encontramos un narrador omnisciente, todos los cuentos presentan un narrador en primera persona. En su mayoría, este personaje coincide con la figura del narrador no fiable. Sin embargo, en los cuentos de raciocinio (“Los asesinatos de la Rue Morgue”, “La carta sustraída” y “El escarabajo de oro”) y en “Los hechos en el caso de M.Valdemar”, el narrador ocupa el lugar del testigo objetivo.

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La mayoría de los protagonistas de esta selección encuentran un antagonismo, más que en personajes concretos, en cuestiones abstractas como la muerte, la locura, el crimen o lo sobrenatural.

La mayoría de los cuentos que conforman la presente selección dramatizan el conflicto de la lucha contra la muerte. En algunos cuentos, el tema se hace presente en el intento por evitarla. Este es el caso “La máscara de la Muerte Roja” y “El pozo y el péndulo”. En otros, gira en torno a la idea de la trascendencia de la vida después de la muerte. Esto sucede en “Ligeia”, “Morella”, “El retrato oval”, “El gato negro” y “Los hechos en el caso de M. Valdemar”. Cuentos como “El corazón revelador”, “Los asesinatos de la Rue Morgue”, “William Wilson” y “La caída de la casa de Usher”; por su parte, presentan el conflicto a partir del tema del crimen.

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En las primeras páginas de “La caída de la casa de Usher”, el narrador menciona al pasar que una mirada escudriñadora podría haber detectado que una fisura “apenas perceptible” (360) atravesaba toda la casa. Esta mención resulta una anticipación de lo que será el fin de la historia: la destrucción y hundimiento de la casa en el lago, con los cuerpos de los mellizos Usher dentro.

En “La carta sustraída”, el detective Dupin bromea con el Prefecto acerca de la posibilidad de que, a la hora de resolver un caso, a los policías “la misma simpleza de la cosa sea lo que los confunda” (950). Si bien el carácter de este malintencionado del chiste queda atenuado -en parte debido al placer que encuentra Dupin en reírse de funcionario de la policía-, lo cierto es que esta frase tiene una importancia central en el desenlace de la historia: los efectivos no lograron encontrar la carta robada debido a que estaba en el lugar más evidente posible.

En “Los asesinatos de la Rue Morgue” Dupin alude a la figura de François Eugène Vidocq (1775-1857), uno de los primeros investigadores privados de Francia, muy cuestionado en su momento debido a sus métodos poco éticos de espionaje. En el relato, Vidocq encarna la figura del detective astuto e intuitivo, pero poco imaginativo y, por lo tanto, ineficaz a la hora de resolver misterios que precisan de la imaginación y la posibilidad de ver más allá de lo evidente.

En varios de los cuentos es común la presencia de imágenes asociadas tradicionalmente al mal y a la oscuridad. También abundan las representaciones de la violencia a través del crimen y el asesinato, la iconografía religiosa y las referencias mitológicas. Para mayor información ver sección “Imágenes”.

En “William Wilson”, el narrador manifiesta una profunda irritación en la escuela por el hecho de que su doble le guarde afecto y lo deje ganar en sus peleas cotidianas. Por este motivo, siente un gran rencor hacia él, que llega a transformarse en odio. Paradójicamente, tampoco puede evitar mantenerse lejos de él, lo que produce que ambos niños se vuelvan inseparables.

En “La caída de la casa de Usher” se establece una paralelismo entre la familia Usher, enferma y degradada por la locura, y la antigua mansión, que en varios momentos hasta aparece personificada. Este paralelismo es tal que, en el pueblo donde transcurre la historia, la referencia al apellido Usher señala tanto a la mansión como a la familia. El paralelismo termina de consumarse con la muerte de los hermanos, últimos del linaje familiar, momentos antes de que la casa se derrumbe.

En “Ligeia”, la bella esposa del narrador le hace leer un poema antes de morir en el que un gusano se alimenta de unos hombres mientras los ángeles ven la escena, horrorizados. En esos versos, se refiere a los colmillos del insecto en forma sinecdóquica para referir a él: “Y sollozan los ángeles al ver los pestíferos colmillos de sangre humana saciados” (274).

En “El retrato oval”, el narrador le otorga características humanas al arte al decir que el pintor “había hallado a su novia en el Arte”, y que su joven esposa “sólo aborrecía al Arte, que era su rival” (610). El uso de la personificación le sirve a Poe, en este punto, para generar un mayor efecto dramático al tema de la oposición entre la vida -representada por la joven- y el arte. En este sentido, el uso de la mayúscula en el sustantivo común ‘Arte’ eleva la categoría de la palabra a la del nombre propio, como si se tratase de una persona.