Esta selección de cuentos integra varias de las obras más famosas y valoradas por la crítica y el público de Edgar Allan Poe. La mayoría de estos relatos fueron publicados entre las décadas de 1830 y 1840, y varios integran una antología realizada por el mismo autor a fines de 1839: Tales of the Grotesque and Arabesque. En esta antología, Por divide a sus cuentos en grotescos y arabescos y, aunque no siempre podemos encontrar un diferencia tajante entre unos y otros, su clasificación sostiene que los primeros son producto de la fantasía, mientras que los segundos lo son de la imaginación. Así, mientras que la fantasía recurre a la combinación de elementos literarios ya existentes, la imaginación propia de los arabescos implica un acto creativo superior.
En este sentido, los cuentos arabescos presentan temas más trascendentes para Poe, más elevados o cercanos a una belleza estética ideal. En muchos casos, introducen elementos propio de la lírica, lo que es significativo si tenemos en cuenta que Poe consideraba la poesía como un género superior a la narrativa. En algunas ocasiones, de hecho, estos cuentos integran poemas completos de Poe en sus tramas, como en el caso de “La caída de la casa de Usher” y “Ligeia”. Más allá de estos relatos, los arabescos de Poe tienden a presentar una fuerte simbología, a ser más sugerentes que explícitos y a tener más de una interpretación. Otros cuentos que la crítica incorpora dentro de los arabescos son “Morella”, “William Wilson” y “El retrato oval”.
En cuanto a los grotescos, estas narraciones tienden más hacia el horror violento y explícito, y presentan burlas, parodias a la literatura contemporánea a Poe, y también muchos juegos de palabras. Cabe destacar que Poe tenía una mala consideración sobre lo que se escribía en los diarios y revistas de su época, y le gustaba trabajar sobre la tradición denominada literary hoax, consistente en el engaño o la broma literaria. Muchos de los relatos posteriores a 1840 entrarán también en la clasificación de grotescos, aunque incorporando otras características, como las ligadas al cuento de raciocinio, o lo que la crítica denomina protociencia ficción. Este es el caso de “Los asesinatos de la Rue Morgue”, “La carta sustraída” y “La máscara de la Muerte Roja”, entre otros.
Más allá de esta clasificación, cabe mencionar que Edgar Allan Poe es valorado por representar el apogeo de los cuentos de horror gótico en el siglo XIX. Se celebra su capacidad para explorar la psiquis de los personajes culpables, psicópatas, obsesivos o dementes, pero también por el tratamiento eficaz que le da a temas elevados, como la permanencia de la vida después de la muerte o la espiritualidad del ser humano, en un momento de transición filosófica y política como lo es la Modernidad. También se lo considera el padre de géneros muy populares como los cuentos policiales y detectivescos y la ciencia ficción.