La tempestad Elementos Literarios

Comedia, Tragedia, Romance.

Inglés.

El primer Acto transcurre en un barco y los siguientes, en una isla. Aunque no se proveen datos precisos de una ubicación geográfica real, si se considera la referencia histórica del naufragio de uno de los barcos de la compañía de Virginia, podríamos pensar que la isla se ubica en o cerca de Bermuda. Siguiendo esta referencia, los acontecimientos de la obra se sitúan a inicios del siglo XVII.

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En su carácter híbrido, que cruza diferentes géneros dramáticos, la obra tiene por momentos un tono trágico, acorde a las desgracias de los personajes, y por otros tiene un tono cómico, en especial en los momentos en que aparecen los personajes bajos, Stefano, Trínculo y Cáliban.

Por su rol como conductor de los hilos de la trama, Próspero es el protagonista indudable de la obra. Su antagonista principal es su hermano Antonio, aunque también se enfrenta a Alonso, Ferdinand y Cáliban.

El conflicto principal es el que repone Próspero en la escena 2 del primer Acto, cuando cuenta que se encuentra en la isla debido a que su hermano Antonio le usurpó el ducado de Milán. Durante toda la obra, Próspero buscará recuperar su título y su lugar en la jerarquía social por medio de su magia.

El momento clímax de la obra sucede al final del Acto III, cuando Ariel hace desaparecer el banquete y pronuncia un discurso vengativo, mediante el cual el Rey y sus acompañantes se enteran de que Próspero fue el que produjo la tempestad y su naufragio.

En la obra aparecen varios momentos, acciones y actitudes que anticipan el desenlace de la trama. El plan de Próspero, anunciado al comienzo de la obra, permite al lector y al espectador prever el final de los acontecimientos; lo que queda por ver es su desarrollo.

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La tempestad está repleta de alusiones. En particular, abundan las alusiones a otras obras de la literatura como 'La Eneida' de Virgilio y 'La Metamorfosis' de Ovidio, a proverbios conocidos de la época y a referencias mitológicas, clásicas y del folclore anglosajón.

Los discursos de los personajes de 'La tempestad' son ricos en imágenes metafóricas y descriptivas, en especial cuando quieren transmitir sus emociones y su percepción de la isla y sus extraños acontecimientos. Su retórica, en algunas instancias, desestabiliza las jerarquías estamentales, puesto que algunos personajes que se ubican relativamente más abajo de la escala social, como Francisco respecto de Alonso o Cáliban respecto de todos, muestran a veces tener mayor destreza poética que quienes se sitúan en un estrato superior.

En su discurso amoroso, Ferdinand emplea la paradoja para expresar sus sentimientos hacia la hija de Próspero. Asegura que Miranda puede otorgarle vida a lo marchito, y que convierte sus esfuerzos en placer, solo por la fuerza de su amor (ver sección Resumen y Análisis del Acto III).

Las distintas puestas en abismo de la obra replican en diferentes planos los sucesos y las relaciones de los personajes (ver sección Temas). El plan de asesinato que Antonio ideó para quedarse con el ducado, según se repone en la obra, vuelve a aparecer en el plan que diseña este mismo personaje junto a Sebastian para asesinar a Alonso, y luego se repite en clave grotesca en el complot que orquesta Cáliban junto con Stefano y Trínculo. Otro paralelismo se ve también en el hecho de que Próspero le arrebata el dominio de la isla a Cáliban, imitando la usurpación de su hermano. Asimismo, 'La tempestad' tiene varios paralelismos con otras obras de Shakespeare, como 'Hamlet', 'Macbeth' y 'Romeo y Julieta', entre otras.

En el Acto I, la Naturaleza aparece personificada en el discurso del contramaestre como agente del mal, cuya ira produce la tempestad. Cuando el contramaestre le dice a los nobles, sarcásticamente, que "orden[en] a los elementos que se callen", le otorga una voluntad implacable a la Naturaleza, que ni los hombres de la corte pueden aplacar.

En la Escena 2 del Acto I, Próspero llama la atención del público para reponer los acontecimientos que sucedieron con anterioridad a los eventos de la obra, reposición necesaria para entender su desarrollo. Con sus palabras también construye una ironía dramática, mediante la cual el público sabe más que el resto de los personajes. Otro recurso vinculado con lo anterior es el hecho de que algunos personajes, en su carácter mágico, tienen la capacidad de hacerse invisibles a los ojos de los otros, mientras la audiencia los puede ver. De esta manera, Próspero y Ariel aparecen en varias escenas sin ser vistos y pronunciando discursos que el resto de los personajes no pueden oír. Finalmente, y en relación con el tema del teatro dentro del teatro, Próspero utiliza en el epílogo el recurso del quiebre de la cuarta pared para dirigirse directamente al público y pedir su liberación.