Próspero
Es el legítimo Duque de Milán. Su reino y su título han sido usurpados por su hermano Antonio, quien armó un complot en su contra y quiso asesinarlo. Sin embargo, Próspero logró escapar junto con su hija y desembarcar en la isla. Próspero conoce las ciencias ocultas y sabe controlar los espíritus de la isla, a los que dirige para realizar sus actos de magia. Le quitó a Cáliban su lugar como legítimo heredero de la isla y gobierna sobre esta. El barco del Rey Alonso naufraga allí por orden suya, ya que Próspero quiere tomar venganza contra quienes le infligieron daño.
Alonso
Es el Rey de Nápoles. Tiene un hijo, Ferdinand, heredero del reino. Estuvo involucrado en el complot para derrocar a Próspero y otorgarle el ducado a Antonio. A pesar de esto, no da señales de ser un hombre malvado; es un político imperfecto pero no un villano, y es muy respetado como rey.
Sebastian
Es el hermano de Alonso. Por la influencia mágica de Ariel, Sabestian es convencido fácilmente por Antonio de armar un plan para quitarle la corona al rey. Tampoco es malvado, sino de naturaleza imperfecta.
Antonio
Usurpó a su hermano Próspero el ducado de Milán mientras este estaba absorto en sus estudios. Es tal vez el personaje menos escrupuloso de la obra. Organiza otro complot de asesinatos para quitarle el trono a Alonso, aunque este plan es en verdad orquestado por su hermano, quien conduce los poderes mágicos de Ariel. Antonio es sarcástico y distante, y no se arrepiente de sus crímenes.
Miranda
Hija única de Próspero. Es joven y no recuerda a nadie de antes de vivir en la isla. Inteligente y voluntariosa, Miranda ha aprendido mucho de su padre. Cuando está bajo el encantamiento de Ariel, sigue los planes de Próspero y se enamora de Ferdinand. Ella y el hijo del Rey terminan juntos, unidos por su amor y por el consentimiento de sus padres.
Ferdinad
Es el hijo de Alonso y heredero del reino de Nápoles. A través de su magia, Próspero consigue que Ferdinand se enamore de su hija, Miranda; es parte fundamental de su plan que su hija y Ferdinad se casen, para así poder recuperar su poder en Italia. Durante el breve lapso de la obra, Ferdinand está completamente enamorado y su padre lo presume muerto, puesto que fueron separados durante el naufragio. Acepta ser el sirviente de Próspero por amor a Miranda. Finalmente, Próspero considera a Ferdinand digno de su hija, y él y Alonso aprueban su compromiso.
Ariel
Es un espíritu de la isla. Próspero se convierte en su amo después de deponer a Sycorax. Ariel es la fuente de los poderes mágicos de Próspero, produce la tempestad y muchas de las conspiraciones de la obra. Trabaja para su amo contra su voluntad, ante la esperanza de ser libre. Es un sirviente capaz e inteligente. En el final, Próspero lo libera de sus devotos servicios.
Gonzalo
Es el consejero del Rey. Gonzalo ayudó a Próspero y a Miranda en su escape, cuando Antonio tenía el plan de asesinarlos. Es un hombre honesto, optimista y fiel; uno de los personajes indudablemente buenos de la obra.
Adrian y Francisco
Son nobles que acompañan a Alonso en el naufragio y después en la isla. Adrian hace lo posible para consolar a Alonso cuando este cree que su hijo ha muerto. Francisco también trata de asistir al Rey. Ninguno de los dos cumple un papel importante en la obra, pero parecen ser hombres buenos. Los sarcásticos Antonio y Sebastian se aprovechan del carácter servicial y amable de Adrian para burlarse de él.
Cáliban
Nativo de la isla, de la que Próspero le arrebata el control cuando llega. Cáliban se convierte en el único súbdito del mago, y realiza todos sus trabajos sucios. Intenta violar a Miranda, y por esto es rechazado tanto por ella como por Próspero. Todos los que se cruzan con Cáliban lo hallan monstruoso y reprensible, por sus modos y aspecto extraños. No obstante, Cáliban es capaz de comprender la belleza, como lo demuestra un discurso suyo del Acto 3, que es uno de los más poéticos y bellamente descriptivos de la obra. Gonzalo es el único en la obra que intenta evaluar a Cáliban y a los de su clase imparcialmente; los otros, más prejuiciosos, lo maltratan de distintas maneras.
Trínculo
Es un bufón borracho, uno de los sirvientes de Alonso que arriba en la isla por el naufragio. Se muestra como un tonto incapaz de tomar acción en los asuntos importantes. Su rol en la obra es el de proveer alivio cómico. Cuando conoce a Cáliban, inmediatamente lo desprecia y lo insulta; no obstante, se convierte en parte del plan de este personaje para asesinar a Próspero y tomar control de la isla. Trínculo prueba ser, sin embargo, completamente inservible para llevar a cabo este plan.
Stefano
Mayordomo del rey, amigo de Trínculo e igualmente ebrio como aquel. Es un borracho alegre a quien Cáliban de algún modo toma como su nuevo amo, puesto que cree que tiene poderes mágicos. Stefano acepta el plan de Cáliban de convertirlo en el nuevo rey de la isla y de tomar a Miranda. Al igual que Trínculo, carece de astucia y también se muestra incompetente para realizar el plan de Cáliban.
Capitán del barco, marineros
Aparecen solo en la primera escena del Acto 1. El capitán trata de animar a los marineros para que naveguen el barco hasta pasar la tormenta, pero uno de los conjuros de Ariel hace que estos pierdan la esperanza y abandonen el barco. Durante el naufragio son alejados de forma segura, y al final de la obra llevarán al grupo de regreso a Italia.
Contramaestre
Mano derecha del capitán, el contramaestre es quien está a cargo de la navegación. En el Acto 1, Antonio y Sebastian buscan pelearse con él y entorpecer su trabajo. El contramaestre aparece en el último acto para decirle al resto qué pasó con los marineros después de la tempestad.
Iris, Ceres, Juno, Ninfas, Segadores
Son figuras que aparecen en la mascarada de compromiso que arma Próspero para Miranda y Ferdinand en el Acto 4. Iris, Ceres y Juno son diosas de la mitología griega; Iris es la diosa de la lluvia, Ceres domina la agricultura y Juno es la reina de los dioses. Estos roles son interpretados por los espíritus de la isla, con Ariel en el papel de Ceres.