Eneas navega a la distancia y ve el humo de la pira, sin saber qué pasó en Cartago. Cuando llegan a mar abierto, los azota otra tormenta y Palinuro le grita a Eneas diciendo que no podrán atravesar la tormenta pero que pueden intentar desembarcar en Italia. Eneas está de acuerdo y Acestes les da nuevamente la bienvenida. Al día siguiente, Eneas llama a sus hombres y les dice:
“Se cierra el círculo de un año con sus meses cumplidos
desde que los restos y los huesos de mi divino padre
cubrimos con tierra y consagramos altares afligidos;
y ya ha llegado el día, si no me engaño, que siempre por acerbo
y por honrado he de tener”. Book 5, lines 46-50
Les dice que deben festejar por nueve días y que tendrán juegos en honor a su padre. Ante la tumba de su padre derrama vino en la tierra y una serpiente de siete espirales se desliza del montículo. Eneas piensa que la serpiente debe tener el espíritu de su padre. Sacrifica ovejas y sus hombres ofrecen regalos.
Al noveno día, Eneas muestra los premios de la competencia: trípodes, guirnaldas, oro, plata, armadura. La primera competencia es una carrera de barcos de remos entre Menesteo, Sergesto, Cloanto y Gias. Al toque de trompeta, se lanzan al mar y reman. Gias va en el primer lugar, pero cerca de un peñasco, Cloanto se acerca al timonel de Gias. Cloanto toma la delantera y Gias lanza al mar a su timonel. Menesteo llega segundo y Cloanto es el vencedor. Gana una capa adornada de oro, Menesteo un escudo y una faja. Cloanto recibe una caldera y un tazón de plata y Sergesto una mujer esclava. Luego viene la carrera a pie. Eneas promete un obsequio para cada uno de los que completen la carrera. Niso y Euríalo entran juntos. Niso va a la cabeza pero patina en sangre y cae. Hace una zancadilla al que va en segundo lugar, para que su amigo Euríalo pueda ganar. “Entonces todo el círculo de la enorme cávea y los rostros, primeros de los padres Salio llena con grandes gritos, y para sí reclama el honor arrebatado con trampas”. Libro 5, líneas 340-342. El otro corredor también le protesta a Eneas. Eneas le da un premio extra a Salio y a Niso por el resbalón.
El siguiente juego es el combate, pero nadie se levanta para enfrentar a Dares. Eneas le pide a Entelo que se levante y pelee. Entelo le dice que está viejo, pero se levanta e igual combate cubriéndose con los guantes masivos que obtuvo de Hércules. Ofrece sacarse los guantes porque esto intimida a Dares. Eneas entrega los mismos guantes a los dos combatientes. En la lucha, Dares es más veloz y Entelo más fuerte. Entelo pone toda su fuerza en los golpes de puño que Dares esquiva y termina cayendo. Se enfurece y golpea con los puños a Dares despiadadamente. Eneas detiene la pelea y le da el premio a Entelo mientras Dares es sacado por sus amigos. Entelo ofrece el premio a los dioses, diciendo que nunca más combatirá.
Luego, Eneas llamó a la competencia de arquería: un ave es amarrada en la punta de un mástil. El primer concursante da en el mástil. Menesteo acierta en la cuerda y el tercer concursante mata al ave volando. Acestes, el cuarto concursante, lanza su flecha y estalla en llamas en el aire. Eneas cree que es un buen presagio por lo que premia a Acestes con el primer lugar. Luego, los jovencitos encabezados por Ascanio, aparecen con los caballos, para mostrar sus habilidades como jinetes y sus técnicas de combate. Hay varios grupos y los troyanos los vitorean mientras combaten. Mientras esto sucede, Juno envía a Iris al lugar donde las mujeres están llorando. Iris toma la forma de una mujer troyana y provoca a las demás alegando:
“Que a mí en sueños la imagen de la vidente Casandra
he visto que me daba teas encendidas: «Buscad aquí Troya;
aquí está vuestra casa», me dijo. Ya es hora de actuar,
y retraso no cabe ante prodigios tan grandes. ¡Mirad, cuatro aras
de Neptuno! El propio dios nos da teas y coraje”. Libro 5, líneas 635-640
Una de ellas se da cuenta que la mujer es una diosa. Aunque dudan al principio, corren a quemar los barcos. Ascanio es el primero en ver lo que sucede y les grita. Eneas corre y las mujeres se dispersan pero los barcos ya estaban incendiándose. Eneas reza a Júpiter para que le envíe lluvia. Sólo se pierden cuatro barcos. Eneas está alterado y no sabe qué hacer. Alguien le aconseja que deje a las mujeres poco dispuestas y a los ancianos con Acestes para compensar por la pérdida de los barcos. Eneas no puede tomar una decisión, pero Anquises le aparece en sueños y le dice que tiene que aceptar el consejo que recibió y luego, en cuanto llegue a Italia, debe ir a verlo al infierno. Eneas llama a sus compañeros y elige aquellos que se quedaran. Crea una colonia para ellos y consuela la tristeza de los que se quedan. Vierte vino y luego se hace a la mar.
Venus le pide a Neptuno que detenga la tormenta de Juno y les facilite a los troyanos una ruta a Italia. Neptuno le dice que ha observado con frecuencia a Eneas y que lo seguirá haciendo. Va en su carro hasta donde está Eneas, seguido de ballenas. Por la noche, Palinuro toma el timón del barco que va a la cabeza. Neptuno le habla y Palinuro le dice que está confiado de que nada malo ocurrirá esa noche. A causa de su arrogancia, Neptuno lo tira al agua. El resto de la flota se mueve con seguridad y Eneas lamenta a su amigo perdido.
Seguimiento de Tema: Mujeres 5
Seguimiento de Tema: Presagios 5
Seguimiento de Tema: Intervención divina 5