El Despertar

El Despertar Resumen y Análisis de Capítulos 21-23

El apartamento de Mademoiselle Reisz bajo el techo se encuentra oculto del tráfico y tiene una hermosa vista del río Mississippi. Ella se conmueve y está encantada de ver a Edna llegar a su casa, pensando que nunca había venido. Edna le dice en broma que es una mujer de sociedad sin tiempo. Edna le da a conocer las noticias sobre su pintura. Robert también le ha enviado a Mademoiselle Reisz cartas sobre Edna, preguntándole como está ella, cómo se ve, y pidiéndole que toque una pieza de Chopin en el piano para ella. Mademoiselle Reisz no le permite a Edna ver la carta, pues ella cree que las cartas sólo deben ser leídas por la persona a la que vienen dirigidas. Cuando Edna habla más de sus deseos de ser pintora, Mademoiselle le muestra que muchas cosas son esenciales para convertirse en una verdadera artista. Un alma valiente es parte de la mentalidad de artista. "¡Valiente, ciertamente! Un alma intrépida. El alma que se atreve y desafía". Capítulo 21, pág. 84. Mademoiselle coloca la carta en manos de Edna y toca el Impromptu de Chopin a pedido de ella y atendiendo también la solicitud por escrito de Robert. Edna solloza cuando oye la música, ya que le despierta emociones que sintió anteriormente en el verano. Después que la música se detiene, ella pregunta si puede retornar. Mademoiselle está encantada de poder recibir otra visita de Edna. Después que Edna sale, Mademoiselle Reisz recoge la misiva del suelo empapada de lágrimas y la coloca nuevamente en su gaveta.

Seguimiento del Tema: Pintura 7


En su camino a la ciudad una mañana, el Sr. Pontellier se detiene a visitar a su entrañable y viejo amigo, el Dr. Mandelet, un hombre jubilado, rico, y de porte aristocrático quien aún atiende a sus devotos pacientes, como la familia Pontellier. El se pregunta si Leonce está enfermo. Leonce viene a hablar con el médico acerca de su esposa, porque está preocupado por sus peculiares acciones y su nueva actitud en la vida. Se queja de que ella se ha olvidado de sus quehaceres en el hogar, viene tarde, y ya no se vincula con nadie. Ella procede del buen y antiguo linaje Presbiteriano de Kentucky, afirma, por lo que no puede haber problema con la herencia. La hermana menor de Edna, Janet, está a punto de casarse en breve, y el médico piensa que es una buena idea que Edna asista a la ceremonia; sin embargo, Edna afirma que las bodas son los espectáculos más lamentables de la tierra. El médico empieza a tratar de explicar el carácter de las mujeres en general al Sr. Pontellier.

"Una mujer, mi querido amigo, es un organismo muy peculiar y delicado – una mujer muy organizada y sensible, como sé que es la Sra. Pontellier, es especialmente peculiar. Se requeriría un inspirado psicólogo para tratar con ellas exitosamente. Y cuando los tipos ordinarios como usted y como yo intentamos lidiar con su idiosincrasia, el resultado es una verdadera torpeza. La mayoría de las mujeres son temperamentales y caprichosas. Este es un capricho pasajero de su esposa, debido a alguna causa o motivo que usted y yo no necesitamos tratar de entender". Capítulo 22, pág. 87

Seguimiento del Tema: Feminismo, Femineidad e Independencia 11


El Sr. Pontellier viajará dentro de poco para Nueva York por negocios y se pregunta si debe llevar a Edna. El Dr. Mandelet le dice que la deje y le permita hacer lo que le agrada, pues inevitablemente va a pasar lo de su estado de ánimo.


El padre de Edna se encuentra en la ciudad de visita. Él fue un coronel en el ejército confederado, y juntos, ellos lucen como una familia digna. Ellos van a una de las veladas de los Ratignolle y se divierten. El se pregunta por qué el Sr. Pontellier no sale de noche con ellos, y supone que si pasaran más tiempo juntos en la noche, el matrimonio podría ser más sólido. Edna afirma que no se tendrían nada que decir uno al otro en las noches. Edna disfruta esperando a su padre y no permite que una criada haga algo que ella misma podría hacer. La cena es excelente, todo el mundo cuenta historias de carreras de caballos y amores perdidos, y beben champán. El Doctor Mandelet se siente frustrado y demasiado viejo para estar ser yendo por las calles de la ciudad.