Santiago
Santiago es "el viejo" que da título a la novela. Es un pescador cubano, flaco, de ojos azules. Tiene hace un tiempo una mala racha con la pesca. A pesar de su vasta experiencia, no puede pescar un solo pez durante ochenta y cuatro días. Es un hombre humilde pero exhibe un justificado orgullo por sus habilidades y conocimientos como pescador. Tiene una gran amistad con el joven Manolín, a quien ha enseñado todo lo que sabe.
Manolín
Manolín es un joven aprendiz de Santiago, a quien su padre ha indicado embarcarse en otro barco, debido a la mala suerte del viejo Santiago. Sin embargo, Manolín se preocupa mucho por su viejo amigo; le consigue comida y cerveza, y sigue considerándolo su maestro.
Martín
Aparentemente, Martín es el dueño del café del pueblo de Santiago, La Terraza. El lector no lo conoce más que a través del relato de Manolín, pero sabemos que aprecia al viejo porque le proporciona comidas y cervezas.
Perico
Al igual que Martín, Perico, asume el lector, es dueño de la bodega en el pueblo de Santiago. Desempeña un papel importante en la vida del viejo pescador al proporcionarle periódicos que informan sobre los resultados de béisbol.