El esclavo Elementos Literarios

Novela histórica y novela romántica.

Polonia, mediados del siglo XVII.

El narrador es omnisciente y a lo largo de la novela asume mayoritariamente el punto de vista de Jacob, el protagonista.

El tono es vacilante, profético y generalmente pesimista.

Los protagonistas son Jacob y Wanda, quienes van a encontrar a varios antagonistas mientras luchan por su amor.

Jacob y Wanda desean estar juntos, pero los tabúes religiosos y sociales se lo impiden.

El reencuentro de los amantes al final de la primera parte marca el clímax de la novela, ya que involucra su unión definitiva y el comienzo de una nueva vida juntos.

Jacob tiene premoniciones en sus sueños, en los que Wanda le indica qué debe hacer en situaciones difíciles. Dos de ellas determinan el curso de la historia: una al final de la primera parte, cuando ella le pide que vaya a buscarla a su pueblo; la otra al final de la segunda parte, cuando lo insta a buscar a su hijo. Wanda es, sin embargo, quien tiene revelaciones en la vigilia, ligadas a la llegada y la partida de Jacob a su pueblo.

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La novela alude a la matanza de Jmelnitski, un suceso real que tomó lugar entre 1648 y 1657. Algunas ciudades polacas que aparecen son verídicas, como Lublín y Cracovia. Por último, la aparición de Sabbetai Zeví como Mesías también es un hecho histórico, y tuvo influencia en Europa algunos años después del comienzo de la matanza de Jmelnitski.
Dada la relevancia de la religión judía al interior de la obra, existen numerosas alusiones a textos sagrados, pasajes, instituciones y festividades de este culto.

Ver sección "Imágenes".

A pesar de estar en libertad después de cuatro años, Jacob se da cuenta, cuando regresa a Josefov, de que es esclavo del amor que siente por Wanda.

Hay un paralelismo entre el pueblo de la familia Bzik y Pilitz, dado que, en el primero, Jacob no es aceptado entre sus habitantes, mientras que, en Pilitz, Wanda debe fingir ser muda para encajar en una sociedad nueva.
A su vez, sobre todo a partir de la segunda parte, Jacob establece varios paralelismos entre su vida y la del Jacob bíblico. En particular, equipara la muerte de Sara con la muerte de Raquel, y es por esta razón que nombra a su bebé como el hijo de ellos: Benjamín.

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