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¿Cuál es el problema filosófico principal que plantea Rousseau en El contrato social?
El problema que plantea Rousseau se circunscribe al área de la filosofía política, y consiste en la pregunta de por qué el ser humano renuncia a su estado de naturaleza para "encadenarse" a un contrato que lo obliga a adaptarse a la vida en sociedad. Esta pregunta lo conduce a indagar cómo se relaciona el individuo con el colectivo que forma el cuerpo político y a este con la autoridad política. Así, reflexiona sobre cómo una sociedad puede ser gobernada de forma legítima, sin oprimir o utilizar la fuerza, de modo tal que primen genuinamente la libertad y la igualdad a través de las leyes.
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¿Cuál es la diferencia entre la libertad natural y la libertad civil?
La diferencia entre la libertad natural y la libertad civil es cualitativa, no cuantitativa. La vida política no ofrece más libertad que la natural, sino una mejor. La libertad natural consiste en habitar el mundo como un individuo solitario y autónomo, en un contexto no jerarquizado por la razón, sino determinado por la fuerza. Por el contrario, la libertad civil también ofrece autonomía, pero es una autonomía mediada por la razón y expresada por una voluntad general. Cada ser humano elige la libertad civil cuando opta por ser miembro de un cuerpo político y adherir al contrato social. En ese momento, deja de ser un individuo y pasa a ser un ciudadano libre de un Estado autónomo.
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¿Qué es la voluntad general?
La voluntad general es un concepto central en la concepción política de Rousseau. Es la razón que guía los intereses del pueblo y que se manifiesta en las decisiones que toma el soberano, persona colectiva formada por todos los miembros de un cuerpo político. Esta voluntad general no se determina por el acuerdo de todas las voluntades particulares, ya que esto significaría la unanimidad del voto, y esto no siempre es posible. Lo importante es que los ciudadanos se puedan expresar en asambleas públicas: así se cancelan los intereses particulares en pos de lo que es mejor para el conjunto de la sociedad. En esa instancia, si una persona vota de una forma contraria a lo que vota la mayoría, esto revela que no sabía discernir lo que era conveniente al bien común. Por lo tanto, la voluntad general es la que garantiza la justicia, la legitimidad y la igualdad en la organización de una sociedad.
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¿Qué forma de gobierno le parece mejor a Rousseau y por qué?
Al analizar las formas de gobierno monárquica, democrática y aristocrática, Rousseau examina las ventajas y desventajas de cada una. La monarquía es la forma de gobierno más poderosa, pero en ella hay mucho riesgo de que se imponga el interés particular del rey por el de los súbditos, que obedecen más por temor que para obtener el beneficio del bien común. La democracia es la que mejor expresa la voluntad general, pero solo funciona bien en pueblos de pocos habitantes que tengan hábitos morales similares. Los gobiernos aristocráticos pueden ser naturales, electivos o hereditarios. Rousseau plantea que la mejor forma de gobierno es la aristocrática electiva, porque por medio de ella se elige a los mejores para llevar a cabo los asuntos públicos, e inspira más respeto en el extranjero.
No obstante, el filósofo sostiene que la mejor forma de gobierno depende de las condiciones específicas de cada Estado. Los Estados más grandes y ubicados en tierras fértiles podrán ser gobernados por una monarquía que sepa controlar una población vasta y aprovechar el excedente de recursos, mientras que los Estados más pequeños y ubicados en tierras estériles podrán gobernar democráticamente porque será más fácil establecer allí asambleas públicas y repartir equitativamente los pocos recursos obtenidos de la tierra.
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¿Por qué es polémico el capítulo que trata sobre la religión civil?
El capítulo de El contrato social que trata el tema de la religión civil es polémico porque plantea un cuestionamiento al cristianismo. Rousseau sostiene que, antes del cristianismo, los gobiernos eran teocráticos, porque tenían a sus dioses como líderes políticos, y cada pueblo tenía sus propios dioses, lo que fomentó la tolerancia religiosa y civil entre los pueblos. Al promover la idea de que existe otro reino ultraterrenal que no está sujeto a ningún sistema político, el cristianismo hizo que la religión dejara de tener injerencia en los asuntos del Estado, produciendo discordia e intolerancia religiosa entre los pueblos y promoviendo que al hombre le importe más su rol como creyente que como ciudadano. Es por esto que Rousseau propone establecer una religión civil que vuelva a reunir los aspectos religiosos y administrativos del Estado, para que el hombre vuelva a conectar su amor por Dios con sus deberes civiles.