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¿Cómo aparece caracterizado Abner Snopes en “Incendiar establos”?
Aunque el narrador del cuento está en tercera persona, el lector tiene a menudo la sensación de estar viendo el mundo a través del punto de vista de Sarty, el niño protagoniza el relato. Por su corta edad, Sarty percibe el mundo de manera fragmentada y, en muchas ocasiones, no llega a entender la complejidad de las cosas, entre ellas la figura paterna. Este efecto, potenciado por el uso de la sinécdoque en las descripciones, convierte a Abner Snopes en un personaje enigmático e indescifrable.
Por momentos, Sarty describe a su padre como una figura casi inhumana en medio de la oscuridad, a través de ciertas partes: su renguera, su frialdad, su particular abrigo, su voz áspera. Sarty ve fragmentos de su padre y los encadena para formar un todo, pero el todo es en verdad un misterio para él.
Cuando Sarty sigue a su padre a casa del comandante De Spain por primera vez, hace especial hincapié en que tenía “la mano en alto, como una garra curvada” (p. 24), una imagen que acentúa la caracterización de Abner como alguien resentido y despiadado, que busca una venganza contra el mundo.
De todos modos, la perspectiva de Sarty coloca al padre en un pedestal: se trata de una figura autoritaria y temida que pone al niño en el dilema moral de defender su sangre o hacer lo que sería correcto. El autoritarismo de Abner se pronuncia a través de sus breves intervenciones orales y su desconsiderado accionar, además de la violencia física que ejerce contra su propia familia.
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¿Mediante qué procedimientos se prepara al lector para el giro del final en "Una rosa para Emily"?
Con la intención de que el giro del final resulte significativo, Faulkner utiliza dos procedimientos principales a lo largo del texto.
En primer lugar, opta por un narrador testigo que funciona como la voz de uno de los habitantes del pueblo. De ese modo, el narrador solo puede saber lo mismo que los demás cuando relata las historias. Esto permite prefigurar las observaciones de la gente del pueblo y, así, aludir al final, en el que los habitantes descubren -al igual que el lector- que la señorita Emily ha estado viviendo con el cuerpo de Homer Barron durante años.
Junto al recurso del narrador, aparece el del presagio: en la Parte II se señala que la casa empezó a oler mal “poco después de que su prometido -el que pensamos que había de casarse con ella- la abandonase.” (p. 97); luego, en la tercera parte, la señorita Emily compra arsénico en la farmacia, sin confirmar que sea para matar ratas. No se da ninguna explicación de inmediato, pero, más tarde, el lector puede suponer que lo utilizó para envenenar a Homer Barron. De todas formas, el lector no lo descubre hasta que lo hace el narrador, al mismo tiempo que la gente del pueblo.
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¿De qué manera puede leerse el cuento "Viraje" como una crítica a la participación de los jóvenes en las milicias y las guerras?
En “Viraje”, Faulkner deja en clara su postura crítica sobre la participación de los jóvenes en el mundo militar y, más aún, en la guerra. Lo interesante es que lo hace de un modo irónico, sarcástico y, hasta grotesco, al describir de manera exacerbada algunos rasgos del personaje de Claude Hope.
Ya desde el inicio, el narrador lo describe como "una chica en un baile de máscaras" (p. 420): esto, en el contexto de hombría y masculinidad tóxica que busca transmitir Faulkner en el cuento, puede interpretarse como un recurso para hacerlo parecer más débil y frágil a los ojos de sus colegas militares. Más adelante, el narrador apunta que, cuando van en el coche, Hope se duerme repentinamente como un bebé, y luego, cuando Bogard encarga el whisky de regalo para él en la Parte IX, indica que “es para un niño” (p. 450). De esta forma, Faulkner lo infantiliza y lo hace parecer incluso más inmaduro de lo que su edad sugiere que es.
A su vez, esta descripción encaja con la tendencia del chico a convertir la batalla en un juego, como hace con su compañero de lancha. La yuxtaposición del juego de contar mástiles con el ataque al barco carguero subraya la inadecuada juventud de Hope y Ronnie para afrontar una guerra. Como jóvenes inexpertos que son, no parecen comprender la gravedad de sus actos, aunque también es válido pensar que recurrir a un juego los ayuda a distraerse del peligro que corren.
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¿Qué tienen en común los personajes de la señorita Emily, protagonista en “Una rosa para Emily”, y Minnie Cooper, la mujer presuntamente atacada en “Sequía en septiembre”?
En sus respectivos relatos, Emily Grierson y Minnie Cooper ocupan el lugar de las denominadas “solteronas”, una figura trágica y de carácter negativo en el contexto de la vida de pueblo, que es donde se desarrollan ambos personajes. A su vez, en los dos casos, se trata de mujeres que, por diferentes motivos, son observadas y seguidas de cerca por el resto de los pueblerinos. Ya sea por sus familias, sus modos de ser, de vestir, o el hecho de no haberse casado, las dos se encuentran bajo el escrutinio público y son tema de las habladurías de pueblo.
En "Una rosa para Emily", el narrador, que encarna la voz del pueblo de Jefferson, describe cómo los habitantes tienen resentimiento con los Grierson por su condición social y su forma de proceder: para su padre, ningún pretendiente era suficientemente bueno para la señorita Emily. Así, el narrador destaca que, cuando la señorita Emily llegó soltera a los treinta, el pueblo sintió una especie de reivindicación. Por su parte, a Minnie Cooper -a quien también denominan “señorita” por no estar casada- se la describe como alguien decadente y pasada de moda, que trata en vano de estirar una juventud que ya no tiene.
Para finalizar, las dos mujeres profundizan el carácter negativo de su soltería a través de las relaciones amorosas que mantienen, que tampoco son vistas con buenos ojos en el pueblo: Emily, con el capataz de obra recién llegado; Minnie, con un cajero de banco que enviudó tiempo atrás.
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¿Cómo se desarrolla el tema del racismo en "Victoria en el monte"?
El tema del racismo aparece de manera bastante específica en “Victoria en el monte”, ya que, por un lado, se desarrolla a través del conflicto que implica el contacto entre los forasteros -Weddel y Jubal- y la familia de blancos, y, por el otro, puede apreciarse aún de forma más precisa por medio de la figura de Jubal.
El tono que adopta Faulkner en esta historia subraya la cuestión del racismo por la forma en que usa el grotesco para convertir a Jubal en una caricatura. Tanto su manera de hablar como su hábito de beber alcohol lo convierten en una figura estereotipada de esclavo; incluso se lo describe como alguien infrahumano mediante la comparación con un animal.
Por otra parte, aunque es Weddel quien lo ha mantenido como esclavo, la familia de blancos yanquis tiene sentimientos mucho más racistas. Incluso juzgan duramente a Weddel por su piel oscura. Él, en tanto, señala que, irónicamente, ellos han luchado para liberar a los esclavos. No obstante, desde otra perspectiva, Weddel también tiene un pensamiento racista: aunque no odia a los negros como la familia yanqui, los menosprecia y cree que son “una raza oprimida a la que sobrecarga la libertad” (p. 662).