Roberto cambia de identidad escapando de la persecución pinochetista y termina siendo perseguido y espiado por su propia hija (Ironía situacional)
Roberto, el padre de Claudia, se ve obligado a cambiar su identidad para huir de la persecución y el acecho del régimen pinochetista, y así salvar su vida. Sin embargo, Claudia, al no encontrar explicaciones a sus dudas infantiles, arma un plan propio de persecución y le pide al protagonista que espíe a su padre. Si bien sus intenciones son buenas, esta estrategia supone un riesgo para la vida de Roberto, pues su clandestinidad amenaza con ser descubierta.
Durante su infancia, Claudia desprecia la bandera de Estados Unidos pero en su adultez se exilia a ese país (Ironía situacional)
En el primer capítulo, Claudia le muestra al narrador las banderas de América que hay en el Templo y desprecia la estadounidense. Probablemente, ese rechazo excede lo estético y remite a una postura ideológica que Claudia replica de sus padres, de su lucha revolucionaria antiimperialista. Irónicamente, luego de defender esa mirada, la Claudia adulta elige exiliarse de Chile rumbo a Estados Unidos, decisión que condensa la voluntad de vivir una vida nueva y el abandono de la consciencia revolucionaria impuesta por los padres.
"Entregaremos plácida, cándidamente el país a Piñera y al Opus Dei y a los Legionarios de Cristo" (156) (Ironía verbal)
En esta cita, el narrador opina irónicamente sobre el triunfo de Piñera, implicando con adverbios positivos, que denotan alegría y placer ("plácida y cándidamente"), la desesperación que le genera la indiferencia y la falta de memoria de la sociedad que ha votado, mayoritariamente, a ese candidato.