El juguete rabioso es la primera novela publicada por Roberto Arlt, editada por Editorial Latina en Buenos Aires, en 1926. Arlt tiene 26 años cuando la publica. En 1927 comienza a trabajar como periodista en el diario Crítica, uno de los más populares de la época. Al año siguiente trabaja en el diario El Mundo, también muy masivo, donde publica sus Aguafuertes Porteñas, artículos de costumbres acerca de la vida en aquella época. En 1928 publica Los siete locos, su segunda novela, secuela de la primera. Desde entonces, Arlt se ganará la vida como un periodista profesional, a la vez que se desempeñará como escritor de novelas, cuentos y teatro.
La primera edición de El juguete rabioso lleva una afectuosa dedicatoria a Ricardo Güiraldes, un escritor argentino para quien, durante los años anteriores a la publicación de la novela, Arlt se desempeña como una especie de secretario. Güiraldes lo ayuda a terminar de escribir y corregir la novela: le sugiere, por ejemplo, cambiar el primer título que le da Arlt (La vida puerca) por el que termina siendo su título definitivo.
En muchos sentidos, la relación entre Arlt y Güiraldes resulta curiosa, ya que Güiraldes es un claro exponente de la burguesía terrateniente argentina, mientras Arlt es un hijo de inmigrantes europeos, de muy modesto pasar económico. Además, Güiraldes publica en 1926 su novela Don Segundo Sombra, que puede considerarse una contracara de la primera novela de Arlt: mientras la de Güiraldes está ambientada en el campo y cuenta la historia de un gaucho, la de Arlt está ambientada en la ciudad y cuenta la historia de un joven descendiente de inmigrantes pobres. Don Segundo Sombra se puede considerar como una obra en la que termina y se agota la literatura gauchesca, mientras El juguete rabioso inaugura la novela de ambiente urbano en Argentina.
Estos dos autores y sus novelas son representativos de los dos sectores más importantes de la sociedad argentina de aquel momento. La burguesía terrateniente vivió hasta fines de la década de 1920 una gran prosperidad económica, basada principalmente en la exportación de productos agropecuarios a Inglaterra. La clase trabajadora y las clases medias urbanas, en su mayor parte integradas por inmigrantes europeos, lograron en muchos casos gozar de algunos beneficios de esa prosperidad, integrándose como profesionales o pequeños comerciantes y empresarios a la economía de la época.
Desde principios del siglo XX, además, surgió la Unión Cívica Radical (UCR) un partido político que buscaba representar los intereses de los trabajadores y la clase media. La UCR logró ampliar los derechos políticos de la mayor parte de la población a través de la ley de voto universal, secreto y obligatorio. Esta ley permitía acceder al voto a muchísimas personas, aunque no incluía a las mujeres. También existen en esta época movimientos políticos como el anarquismo, el socialismo y el comunismo, que presionaban para que los trabajadores tuvieran mejores condiciones. En 1918 surgió la llamada Reforma Universitaria, que logró democratizar la organización de las universidades públicas, entre otras cosas. Aunque las clases medias y los trabajadores lograron muchos avances en esta época, en muchas ocasiones sus iniciativas no lograban cumplirse por la presión de la burguesía terrateniente.
En 1926, para cuando Arlt publica El juguete rabioso, la prosperidad económica y el desarrollo político de Argentina ya están consolidados. El presidente es Marcelo T. de Alvear, uno de los líderes de la UCR. En 1928, Hipólito Yrigoyen, uno de los fundadores de la UCR, comienza su segunda presidencia. Pero la crisis económica desencadenada a nivel mundial en 1929 afectará la economía argentina, interrumpiendo su prosperidad y forzando cambios. Yrigoyen es derrocado por los militares argentinos en 1930. Entonces comenzará una época de serias restricciones a la vida democrática, conocida más tarde como "la década infame". Con sus novelas y sus "Aguafuertes", Arlt representará de un modo muy personal los cambios de esta época y sus efectos en las clases medias.
A mediados de la década de 1920, la literatura en Buenos Aires pasa por un momento de renovación. Esta época se caracteriza por dos corrientes contrapuestas, aunque tuvieran algunas conexiones entre sí. Por un lado, la corriente de la literatura social, que más tarde recibe el nombre de literatura de Boedo, en referencia a una calle y un barrio porteño de clase media y trabajadora. Esta corriente está integrada principalmente por escritores que adherían políticamente al socialismo o al anarquismo y buscaban representar en sus libros las desigualdades sociales. Por otro lado, la literatura de Florida, en referencia a una aristocrática calle céntrica de Buenos Aires, buscaba renovar las formas literarias, participando de los movimientos de vanguardia, como el surrealismo. Ambas corrientes tenían en común el objetivo de superar el modernismo, la corriente dominante hasta entonces. Mientras la literatura de Boedo buscaba renovar las temáticas y la función social de la literatura propias del modernismo, la literatura de Florida se propone crear nuevas formas literarias, para reemplazar las de esta misma corriente, que consideraban agotadas.
Debido a la manera en que retrata la pobreza y la vida de los pobres y marginales en la ciudad contemporánea, se puede considerar que El juguete rabioso forma parte de la corriente de la literatura social. Así se la lee en los primeros años luego de su publicación. Por esta razón, en las siguientes ediciones de la novela, la dedicatoria a Güiraldes deja de aparecer, ya que este escritor era considerado un autor de la "literatura de Florida" por su origen social y por la temática y las innovaciones formales de Don Segundo Sombra.
Las historias de Arlt están ambientadas en su propio tiempo y tienen muchos aspectos realistas. Sin embargo, esa realidad es captada a través de la muy personal y peculiar perspectiva literaria de Arlt. En su obra se pueden encontrar algunos aspectos de la literatura de Fedor Dostoyevski, escritor realista ruso del siglo XIX; por ejemplo, el fuerte psicologismo de sus novelas, centradas en personajes contradictorios y atormentados. Esta influencia puede verse en Silvio Astier, protagonista de El juguete rabioso, que sufre por no poder mejorar su condición económica, pero a la vez desprecia la mediocridad de quienes logran tener un trabajo honesto y admira la excepcionalidad de los criminales y los artistas.
Este elemento se combina, en El juguete rabioso, con rasgos del expresionismo, una de las corrientes de vanguardia en Europa, como el uso de metáforas poco habituales o la inclusión de pesadillas o alucinaciones para describir emociones atípicas. Otro rasgo de sus novelas es la fascinación de Arlt por los inventos y la técnica en general, como la de Silvio Astier en El juguete rabioso, que era común entre las personas de clase trabajadora y clase media en la Argentina de aquellos años. Estas características son plasmadas en un estilo atípico, fuertemente influenciado por las descuidadas traducciones de literatura europea de las editoriales masivas.
Debido a esta llamativa combinación de elementos heterogéneos, a partir de la década de 1960 críticos literarios argentinos de generaciones posteriores, como Oscar Masotta, Ricardo Piglia y Beatriz Sarlo, empiezan a considerar a la literatura de Arlt como una literatura de vanguardia. Estos críticos valoran positivamente muchos aspectos considerados negativos por los críticos de la época en que Arlt publica sus novelas. Aunque no todos los críticos despreciaban a Arlt en aquellos tiempos, su fama y prestigio aumentaron mucho a partir de la década de 1960. Hoy es considerado uno de los escritores argentinos más importantes del siglo XX.