Roberto Arlt nace en la ciudad de Buenos Aires el 26 de abril de 1900. Es un novelista, cuentista, dramaturgo y periodista, reconocido como uno de los escritores argentinos más relevantes del siglo XX.
Los padres de Arlt son europeos y viven en Argentina en una situación económica bastante precaria. En su casa, en el barrio de Flores, se habla alemán. Roberto Arlt no termina la escuela secundaria y pasa por trabajos muy diversos para contribuir económicamente en la casa: es mecánico, ayudante en una biblioteca y pintor (él mismo lo relata en una de sus "aguafuertes" en El Mundo).
Arlt publica su primer cuento, titulado “Jehová”, el 24 de junio de 1918, en una revista barrial llamada Revista Popular. Se dedica al periodismo trabajando en varios periódicos y revistas como Don Goyo, Mundo Argentino y Última Hora. Comienza a escribir su primera novela, El juguete rabioso, en 1919, aunque en ese momento la obra todavía se titula La vida puerca.
En 1924 trabaja como secretario de Ricardo Güiraldes y se desempeña como periodista en la revista Proa, que dirige el mismo Güiraldes. En 1926 comienza a colaborar de manera estable en la revista Don Goyo, que dirige el escritor Conrado Nalé Roxlo. Ahí escribe narraciones breves en primera persona. También publica su primera novela: El juguete rabioso. Al año siguiente se incorpora al diario Crítica, donde escribe crónicas policiales, pero en 1928 abandona la sección policial de este medio y pasa a la redacción del diario El Mundo, donde inaugura una sección titulada "Aguafuertes porteñas". Estos relatos, que luego serán recopilados y editados en formato libro, son cortas narraciones de los paseos que realiza el escritor por la ciudad, ciertas reflexiones sobre la sociedad argentina, algunas críticas sobre la carencia de hospitales o el estado de las calles y opiniones sobre los debates políticos de la actualidad. También en este diario escribe crónicas de viajes: es corresponsal de este periódico en Uruguay, Brasil, Marruecos, España y Chile.
Arlt desarrolla su vocación de novelista dentro de las redacciones, siempre manteniendo su trabajo de periodista. Los siete locos (1929) y Los lanzallamas (1931) son dos novelas consecutivas, o una larga novela en dos partes. Utiliza el lenguaje coloquial para contar historias crudas sobre personajes de la clase media baja de la ciudad. En 1930 le conceden el tercer premio del Concurso Literario Municipal por su novela Los siete locos.
En 1932 publica su cuarta novela, El amor brujo. Luego se apasiona por el teatro y comienza a escribir piezas dramáticas que estrena en el Teatro del Pueblo. Su primer obra de teatro, El humillado, está inspirada en Los siete locos y tiene su estreno en el mencionado teatro.
En 1933 edita su primer libro de cuentos, El jorobadito, con relatos ya publicados en revistas. No obstante, su labor está centrada en la dramaturgia. En este momento comienza a estrenar sus piezas teatrales más reconocidas: 300 millones, estrenada en el Teatro del Pueblo el 17 de junio de 1932; Saverio el cruel, estrenada en el Teatro del Pueblo el 4 de septiembre de 1936; El fabricante de fantasmas, estrenada por la Compañía de Milagros de la Vega y Carlos Pirelli el 8 de octubre de 1936; La isla desierta, estrenada en el Teatro del Pueblo el 30 de diciembre de 1937; África, estrenada en el Teatro del Pueblo el 17 de marzo de 1938, y La fiesta del Hierro, también estrenada en el Teatro del Pueblo el 18 de marzo de 1940.
Roberto Arlt fallece en Buenos Aires el 26 de julio de 1942. Es recordado como un escritor autodidacta que frecuenta librerías, tertulias y centros de cultura barrial. Raúl Larra, en su libro Roberto Arlt, el torturado, de 1950, intenta vincular al escritor con el grupo de Boedo, que aglutina escritores realistas de las décadas de 1920 y 1930, porque comparte cierta mirada crítica sobre los comportamientos sociales. No obstante, Arlt se mantiene por fuera de esta corriente artística. Durante muchos años, de hecho, la crítica literaria arma una imagen de Arlt como un escritor solitario, marginal y con poco reconocimiento de sus pares y del público. Recién desde mediados del siglo XX, las nuevas lecturas sobre su literatura, sobre todo aquellas publicadas en la revista Contorno, ubican a Arlt en el centro del canon literario argentino, reconociendo su originalidad y excepcionalidad.