El juguete rabioso

El juguete rabioso Elementos Literarios

Genero

Novela

Configuración y Contexto

La novela está ambientada en Buenos Aires a principios del siglo XX, principalmente en los suburbios de clase media habitados por inmigrantes europeos.

Narrador y Punto de Vista

El narrador es el protagonista, Silvio Astier Drodman, en su adultez; la novela se presenta como sus memorias.

Tono y Estado de Ánimo

A grandes rasgos, se trata de una novela realista, que adopta diferentes tonos de acuerdo a la actitud del narrador frente a lo que narra. Frente a ciertos personajes adopta un tono irónico; en los pasajes donde describe la psicología del personaje tiene un tono lírico algo grandilocuente. Hay pasajes en que se describen alucinaciones del protagonista y tienen un matiz expresionista.

Protagonista y Antagonista

El protagonista es Silvio Astier Drodman; no existe un antagonista definido, pero se podría considerar que, a lo largo de la novela, Silvio entra en conflicto con su propia condición social y la sociedad en general, que en muchos aspectos se opone a sus aspiraciones.

Conflicto Principal

El principal conflicto de la novela es el paso de la infancia a la adultez del protagonista. En este proceso, Silvio entra en conflicto consigo mismo y su situación, ya que aspira a una vida excepcional que le resulta difícil de alcanzar debido a su condición social.

Climax

El clímax de la novela sucede cuando Silvio decide delatar a su amigo el Rengo, quien le ha propuesto participar de un robo que estaba planeando a cambio de la mitad del botín.

Presagio

El título del último capitulo, "Judas Iscariote", presagia la traición de Silvio al Rengo. Judas Iscariote es el arquetipo del traidor en la cultura cristiana, ya que fue el discípulo de Jesús que entregó a su maestro a los romanos.

Atenuación

N/A

Alusiones

Hay una alusión explícita a los Evangelios en el último capítulo, titulado "Judas Iscariote". Además, la figura del discípulo de Jesús, que es un arquetipo de la traición en la tradición cristiana, es evocada por el protagonista cuando decide delatar al Rengo. En ese momento, Silvio evoca también un pasaje de las aventuras de Rocambole, personaje creado en el siglo XIX por el escritor francés Pierre Alexis Ponson du Terrail. En el primer capítulo Silvio menciona que ha leído las aventuras completas de ese personaje, y que se inspira en él en su deseo de ser un ladrón famoso. A lo largo de la novela hay numerosas menciones a ese mismo personaje.

Imágenes

Ver sección "Imágenes" en esta guía.

Paradoja

La principal paradoja que se puede encontrar en la novela se da en el momento que Silvio decide delatar al Rengo. Esta acción es la correcta según la ley. Que Silvio la lleve a cabo implica que renuncia a implicarse en actividades delictivas. Pero delatar al Rengo significa también traicionar a un amigo, algo incorrecto en términos morales, por lo que esta disyuntiva se presenta como una paradoja.
También hay una paradoja en el momento en que Silvio decide suicidarse. En ese momento, el personaje se dice a sí mismo: "Yo no he de morir… pero tengo que matarme" (pág. 146). Antes, en el mismo capítulo, cuando está en la Escuela de Aviación Militar, Silvio se dice a sí mismo: "Ser olvidado cuando muera, esto sí que es horrible" (pág. 127). La paradoja radica en que, al suicidarse, Silvio morirá, pero será recordado como alguien que efectuó un acto transgresor.

Paralelismo

Existe un paralelismo en la estructura de los capítulos de la novela. Al principio de cada capítulo, Silvio está en la casa de su madre; luego, por alguna circunstancia, sale al mundo exterior, ya sea al barrio, a cometer actos delictivos con sus amigos, o a buscar trabajo. Luego, como consecuencia de estas aventuras, el protagonista enfrenta un momento de máxima tensión (el robo a la biblioteca, el intento de incendio de la librería, el intento de suicidio y la delación). Finalmente, en todos los capítulos, con excepción del último, Silvio vuelve al punto de inicio, la casa familiar, desde donde pareciera que el ciclo vuelve a empezar. El hecho de que el último capítulo no termine con la vuelta a la casa y sugiera la posibilidad de una mudanza a Neuquén genera una idea de progresión de la acción que coincide con la evolución del personaje.

Metonimia y Sinecdoque

Un ejemplo de metonimia en la novela es la descripción que hace Silvio de doña María, la mujer de don Gaetano, cuando la conoce: "Al mostrador, junto a la puerta, atendía la esposa de don Gaetano, una mujer gorda y blanca, de cabello castaño y ojos admirables por su expresión de crueldad verde" (pág. 79). En esta descripción existe un desplazamiento del color verde, que describirían el color de los ojos de doña María realmente. En este movimiento se relaciona el "verde" de sus ojos con las características del personaje (inhumano, sin piedad).
En este sentido, Arlt crea un campo de significado en torno al matrimonio y el color verde (vinculado por esta metonimia con la crueldad). Además de la mención de "expresión de crueldad verde", la blusa de la mujer también es de ese color, así como la bufanda de Dío Fetente. Por último, la casa del matrimonio queda en la calle Esmeralda (nombre que designa una piedra de color verde).

Personificación

Cuando Silvio va al puerto a intentar emplearse en un barco, describe el agua en los siguientes términos: "las aguas violentas y grasientas que con ruido gutural lamían el granito" (pág. 145). Toda esta descripción es una de las mejor logradas de la novela, dando cuenta de la originalidad y maestría de Arlt como escritor.

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