Resumen
Bayardo San Román es un forastero misterioso que un día llega al pueblo en un buque, con todas sus pertenencias. Todos están muy interesados en él, aunque solo tienen la sospecha de que es ingeniero de trenes. Antes de llegar al pueblo, viaja en busca de una mujer con quien casarse. Un día ve a Ángela cruzar la plaza junto a su madre y decide conquistarla y convertirla en su esposa. Una noche en la que Ángela canta los números en una rifa, Bayardo San Román los compra todos y le obsequia el premio a ella. Una vez en su casa, la familia no cree que alguien pueda fijarse en ella y los hermanos Vicario van al hotel con la intención de devolverle el regalo a Bayardo San Román. Pero no contaban con los encantos de este hombre y acaban de parranda con él. Al amanecer, los hermanos Vicario llevan a Bayardo San Román a la casa, en un claro gesto de haber cambiado de opinión sobre el interés de este hombre respecto de Ángela.
El narrador cuenta que es Ángela la que no quiere casarse con Bayardo San Román: "Me parecía demasiado hombre para mí" (p.43), le dice ella al narrador a propósito de esto. Luego la madre logra convencerla diciéndole que la unión es muy conveniente para los intereses de la familia y que, en última instancia, el amor es algo que puede aprenderse.
La familia Vicario entonces aprueba el matrimonio, pero quiere conocer en mayor profundidad a Bayardo San Román. Por eso, unos días más tarde, llega la familia de él. La madre, Alberta Simonds, es mulata. Su padre, el general Petronio San Román, es héroe de guerra. También llegan sus dos hermanas. Es una familia muy respetable y bien acomodada. Bayardo San Román le pregunta a Ángela dónde le gustaría vivir una vez casados y ella responde que la casa más bonita es la del viudo de Xius. El futuro esposo la compra al día siguiente, haciendo una oferta que el viudo no puede resistir, aun cuando no quiere venderla. El viudo de Xius termina muriendo de tristeza al poco tiempo.
Pudiendo celebrar la boda en cualquier lugar (considerando que la familia de Bayardo San Román está en una buena posición económica), los Vicario ponen como condición que su hija más pequeña se case en el chiquero de su modesta casa. Para celebrar la boda es necesario adornar y pintar. Además, tienen que quitar las cercas de las casas contiguas para hacer más espacio. Tienen la ilusión de que sea el Obispo quien esté encargado de la ceremonia, aunque Ángela no está interesada. Los novios reciben muchos regalos: entre los más destacados, Bayardo San Román recibe un coche y Ángela, una cubertería de oro para veinticuatro invitados.
La familia de Bayardo San Román abandona la fiesta a las 6 de la tarde, dando por finalizada la ceremonia oficial. Los recién casados dan la orden de que continúe la fiesta en su ausencia, ya que Bayardo San Román decide llevar a Ángela a su nueva casa. Los invitados continúan la parranda en toda la ciudad. Santiago Nasar y Cristo Bedoya, su amigo, se trasladan al prostíbulo de María Alejandrina Cervantes.
Las amigas de Ángela le enseñaron cómo fingir su virginidad en su noche de bodas, pero Ángela no logra engañar a Bayardo San Román. El esposo, dándose cuenta de la mentira, la devuelve a su familia. Ante semejante deshonra, la madre le pega un buen rato. Cuando los hermanos llegan a la casa después de los festejos, se encuentran con su hermana y preguntan qué ocurre. Ángela señala a Santiago Nasar como el responsable de haberle robado la virginidad y, por lo tanto, también el responsable de la deshonra familiar.
Análisis
En este segundo capítulo, accedemos a la historia preliminar del asesinato de Santiago Nasar, es decir, la historia que explica por qué los hermanos Vicario deciden matarlo. Así mismo, aparece de una manera muy concreta uno de los temas fundamentales de la novela: el honor.
Al principio, la narración se enfoca en cómo Bayardo San Román y Ángela Vicario se conocen. Luego pasa al momento del pedido de matrimonio y aquí es donde, tal vez, podamos observar una de las primeras apariciones más claras de la cuestión del honor. Cuando Ángela Vicario le dice a su familia que no quiere casarse con Bayardo San Román, los padres de ella esbozan un argumento decisivo: "... una familia dignificada por la modestia no tenía derecho a despreciar aquel premio del destino" (p.43). Y cuando Ángela esboza el problema de la falta de amor, su madre lo demuele con una sola frase: "También el amor se aprende" (p.43). De esta forma, observamos cómo para los Vicario es más importante la imagen que la sociedad tiene de su familia que los lazos afectivos que la sostienen. El honor se relaciona con la dignidad de la familia y es motivo más que suficiente para que Ángela se case con Bayardo, aún sin amarlo. Pensar en la propuesta de matrimonio como en un "premio del destino" habla también de una familia que ha buscado permanentemente una oportunidad para cambiar su status social.
Por otro lado, luego de que se desarrolla la boda y Bayardo San Román descubre que Ángela Vicario no es virgen, la devuelve a su familia porque siente su honor mancillado. La madre de Ángela golpea a su hija porque también siente que la mentira de Ángela ha afectado el honor de la familia. Cuando regresan los hermanos Vicario y se enteran de la situación, le exigen a Ángela el nombre del responsable para poder limpiar el honor de la familia.
La historia se desarrolla en un pueblo costero de Colombia a mediados del siglo XX, lo que hace que toda esta concepción tradicionalista, conservadora y con un fuerte sesgo patriarcal respecto del honor sea consecuente con la época y el contexto. Al mismo tiempo, constituye un marco en el que las mujeres son relegadas y deben someterse a la voluntad de los hombres o de otras mujeres cómplices del sistema patriarcal. Un ejemplo de esto podemos encontrarlo en la forma en que se aprueba el matrimonio entre Ángela Vicario y Bayardo San Román. Está claro que la única que no tiene ni voz ni voto en la decisión es Ángela. En un principio, son los hermanos Vicario quienes deciden que nadie puede interesarse por Ángela, y van a devolverle el regalo a Bayardo San Román. Son también ellos los que, luego de una noche de parranda con Bayardo, lo llevan a la casa Vicario y aprueban el matrimonio. Por su parte, la madre de Ángela, alineada con esta tradición patriarcal que impera en el pueblo, presiona a su hija para que se case con Bayardo, aun si no hay amor entre ellos. De esta forma, vemos cómo la voluntad de Ángela es lo último que se considera a la hora de pensar en ese matrimonio. Por otro lado, cuando se descubre que ella no es virgen, Bayardo San Román la devuelve a su familia sin mediar ningún tipo de charla o pedido de explicación. El hecho de que Ángela no haya llegado virgen al matrimonio representa una afrenta al honor tanto de la familia Vicario como de Bayardo San Román. Ángela es golpeada por su madre por esto y pesa sobre ella la humillación por haber deshonrado a su marido y a su familia. La transgresión al mandato religioso de llegar virgen al matrimonio, y el insulto al honor que esto supone, se basan en una lógica tradicionalista y patriarcal en la que no se castiga por igual a los hombres y las mujeres: mientras Ángela es repudiada por no haber llegado virgen al matrimonio, los hombres solteros se quedan hasta altas horas de la noche en el prostíbulo de María Alejandrina Cervantes, y el pueblo lo asume con absoluta naturalidad.