Nueve cuentos

Nueve cuentos Imágenes

Los cuerpos en movimiento

Es característico del estilo de Salinger un narrador en tercera persona que repone diálogos y los interrumpe solo brevemente, ofreciendo escuetas descripciones del contexto en el que se dan esas conversaciones. Esas descripciones suelen concentrarse en los movimientos corporales de los personajes mientras hablan, ofreciendo un nivel de detalle y expresividad que el lector puede reconstruir las escenas como si las estuviera viendo en una obra de teatro o una película. Por ejemplo, cuando Sybil se encuentra con Seymour en la playa y le pregunta por su esposa, el relato sigue así:

-¿La señora? -el joven hizo un movimiento, sacudiéndose la arena del pelo ralo-. Difícil saberlo, Sybil (...).

Poniéndose boca abajo cerró los dos puños, apoyó uno encima del otro y acomodó el mentón sobre el de arriba (21).

En "El tío Wiggily en Connecticut", por su parte, podemos leer:

Nuevamente Mary Jane echó su cabeza hacia atrás y volvió a reír, pero Eloise ya había desaparecido en la cocina. Incómoda al hallarse a solas en la habitación, Mary Jane se incorporó y fue hasta la ventana. Hizo a un lado la cortina y apoyó un antebrazo en uno de los travesaños entre los paneles de vidrio, pero al notar que estaba sucio retiró el brazo, frotó su muñeca con la otra mano para limpiarla y se paró más derecha (...). Mary Jane soltó la cortina y regresó al sillón azul, pasando entre dos bibliotecas repletas de libros sin dignarse mirar ninguno de los títulos. Una vez sentada, abrió su bolso y se miró los dientes en el espejito. Cerró la boca, deslizó la lengua con fuerza sobre los dientes superiores, y volvió a mirarse (34).

En la mayoría de los cuentos de esta colección podemos encontrar otros ejemplos de precisas y detalladas descripciones de las posturas y los movimientos de los cuerpos de los personajes que construyen vívidas imágenes visuales de las escenas.

Los dibujos y las pinturas en "El período azul de Daumier-Smith"

Las obras pictóricas, en el último cuento de esta colección, son descritas en detalle por el narrador; tanto las suyas como las de Monsieur Yoshoto y las de los estudiantes. Las descripciones de estas últimas están, en algunas ocasiones, cargadas de humor e ironía pero, en todos los casos, nos dejan imágenes visuales muy detalladas:

(...) dibujé gente vestida de gala que descendía de imponentes automóviles en noches de fiesta -parejas erguidas, esbeltas, superchic (...)-. Dibujé gigantes y bronceados jóvenes en smoking blanco, sentados ante blancas mesas sobre el borde de piscinas color turquesa, brindando entre ellos, algo exaltados, con grandes vasos de whisky (...). Dibujé niños sonrosados, como de carteles publicitarios, enloquecidos de alegría y salud, mostrando sus vacíos tazones de cereales para el desayuno y pidiendo un poco más con excelentes modales (211).

Luego, con mucho humor, el joven describe uno de los dibujos de Bambi Kramer:

Se veían tres niños pequeños pescando en un curioso espejo de agua, mientras la chaqueta de uno de ellos tapaba un letrero que decía "Prohibido Pescar". El chico más alto, en primer plano, parecía tener raquitismo en una pierna y elefantiasis en la otra, efecto que -sin duda- la señora Kramer había usado para acentuar la postura del chico, con las piernas ligeramente separadas (224-225).

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