Altavoz o Narrador, y Punto de Vista
La voz poética a través del libro se construye como un yo lírico en la primera persona, casi siempre del singular, y en algunas pocas instancias o en fragmentos de algunos poemas, en la primera persona del plural.
Forma y Medidor
Poemas en verso con distintas estructuras métricas
Metáforas y Símiles
"El alba es nuestro miedo de hacer cosas distintas y se nos viene encima" (Metáfora, "Calle con almacén rosado", p. 57).
En este verso, un momento del día y un movimiento de la luz, por decirlo de algún modo, se presenta como el miedo de hacer las cosas distintas y como algo que "se nos viene encima" (p. 57). En este poema, la luz juega un rol fundamental en tanto es la que ilumina literal y figurativamente aquellas cosas que la voz poética no ha visto hasta entonces o no ha querido ver.
"Calle grande y sufrida, / eres la única música de que sabe mi vida" (Metáfora, "Calle con almacén rosado", p. 57).
En esta metáfora usada en el poema que abre el libro, el yo poético describe la calle grande y sufrida, en donde el yo poético está anclado, como aquella única música que conoce su vida. Luego de haber confesado que no ha mirado "los ríos ni la mar ni la sierra" (p. 57), admite que lo que siempre tendrá es la "calle de siempre" (p. 57): la calle de la ciudad de Buenos Aires, y le dice: "¡Qué lindo atestiguarte, calle de siempre, ya que miraron tan pocas cosas mis días!" (p. 57). En la metáfora aquí citada, se dirige como en segunda persona a esa misma calle, la de la ciudad de Buenos Aires, la única que verdaderamente conoce.
"... la antigua noche es honda como un jarro/ De agua cóncava (Símil, "Manuscrito hallado en un libro de Joseph Conrad", p. 64).
En este poema, en que día y noche son comparados y luego desdibujados por "el humo gris" de "las constelaciones remotas" (p. 64), la noche parece ser todo lo oscura que pueda ser y, por lo tanto, no tiene fin. Por eso, a través del uso de este símil, que describe cuán honda es la noche y la compara con un jarro de agua cóncava, establece que la noche es un movimiento eterno de hundimiento hacia el interior.
"El mar es un antiguo lenguaje que ya no alcanzo a descifrar" (Metáfora, "Singladura", p. 65).
Esta metáfora, que se encuentra en el poema "Singladura", iguala el mar con un lenguaje que es indescifrable, al menos para el yo lírico en el momento de la escritura. Esto no puede leerse por fuera del contexto del poemario, donde tanto la escritura y la lectura (la lengua, las palabras, en general) como el mar (el agua) han sido temas y motivos recurrentes. El mar es, de hecho, uno de los motivos explorados en esta guía, con tantas acepciones y con tantos matices y colores distintos que no es difícil entender que resulte un poco indescifrable, en su ambigüedad, de qué antiguo lenguaje está hablando ya el yo lírico.
Aliteración y Asonancia
"Virgen milagrosamente otra vez por la virtud absolutoria del sueño" (aliteración de (β) y [s], "Amorosa anticipación", p. 59).
"Amorosa anticipación" (asonancia de [a̠] y [o̞] y aliteración de [s], "Amorosa anticipación", p. 59).
Irony
"Ir en coche a la muerte ¡qué cosa más oronda!" ("El general Quiroga va en coche al muere", p. 61).
Este poemario mantiene, a través de sus poemas, un tono solemne y bastante trágico. En esta construcción discursiva tan seria y, en algún sentido, sobria, no hay demasiado espacio para la ironía. Sin embargo, específicamente en el poema aquí mencionado, "El general Quiroga va en coche al muere", la temática tratada permite que todo el tono del poema en sí sea más bien irónico, tratando la tragedia en cuestión con una mezcla de cinismo e ironía que ciertamente tienen que ver un manejo elevado del humor por parte de la voz poética. Al poner en juego cuestiones de la historia argentina que serán importantes para Borges a lo largo de toda su obra, aquí la voz poética se permite narrar ciertos aspectos, en particular, el "ir al coche al muere" (que aparece mencionado en el título mismo y, cabe decir, desentona en cuanto a su registro con el resto del poemario, no por descuido, sino con una clara intención) con una profunda y punzante ironía: habla de ello como si se tratase de algo "orondo" (p. 61), casi jocoso.
Genero
Poesía
Ajuste
Argentina, especialmente la ciudad de Buenos Aires, y tierras cercanas, como Montevideo, en las primeras décadas del siglo XX
Tone
Nostálgico, dramático
Protagonista y Antagonista
N/A
Conflicto Principal
N/A
Climax
N/A
Presagio
N/A
Atenuación
En "Casi juicio final" (p. 69), el último verso funciona como atenuante de todo lo antedicho en el poema: "Siento el pavor de la belleza; ¿quién se atreverá a condenarme, si esta gran luna de mi soledad me perdona?" (p. 69). Previamente, hacia el principio del poema, el yo lírico expresa que "en [su] secreto corazón [se] justific[a] y ensalz[a]" (p. 69), pero a partir de eso nombra una serie de hechos y acciones que ha perpetrado y cuya moralidad (se) presenta como ambigua. Un verso que lo ejemplifica claramente es el siguiente: "El recuerdo de una antigua vileza vuelve a mi corazón" (p. 69). Y sin embargo, a partir de allí, recupera cuestiones relacionadas sobre todo con la contemplación de la naturaleza que le permiten atenuar todo lo antedicho. El verso final, mencionado al principio, es en algún sentido el punto más fuerte de esta lógica, pero todo lo que atenúa el malestar por las acciones del pasado se viene construyendo desde algunos versos antes: "Aún están a mi lado, sin embargo, las calles y la luna. / El agua sigue siendo dulce en mi boca y las estrofas no me niegan su gracia. / Siento el pavor de la belleza; ¿quién se atreverá a condenarme, si esta gran luna de mi soledad me perdona?" (p. 69).
Alusiones
En "El general Quiroga va en coche al muere" hay alusiones a Facundo Quiroga, a Juan Manuel de Rosas y a Barranca Yaco (p. 61), lugar en que, se cree, caudillos federales asesinan a Quiroga en 1835. En "Manuscrito hallado en un libro de Joseph Conrad", encontramos una clara alusión al escritor.
"Dulcia linquimus arva", por su parte, es una máxima latina de Virgilio.
Metonimia y Sinecdoque
"Mis años recorrieron los caminos de la tierra y del agua" (Metonimia, "Calle con almacén rosado", p. 57).
Una metonimia es un recurso por medio del que se designa algo con el nombre de otra cosa. En este caso, se pensará como una metonimia que toma el efecto por su causa, ya que no son "los años" del yo lírico quienes "recorrieron los caminos de la tierra y del agua" (p. 57), sino el yo lírico. Sin embargo, es debido al paso de esos años que el yo lírico fue capaz de recorrer todo lo que de hecho recorrió.
"...las mejillas que apetece el amor" (Sinécdoque, "Casi juicio final", p. 69).
En este caso, "las mejillas que apetece el amor" (p. 69) funciona como una sinécdoque porque toma a una parte por el todo: no son solo "las mejillas" de la persona amada lo que apetece el amor, sino a la persona amada toda. Sin embargo, esto queda claro solo con nombrar "las mejillas" (p. 69), porque aquí las mejillas es una parte que representa a un todo que las contiene, pero las supera.
Personificación
"Ya se le van los ojos a la noche en cada bocacalle/ y es como una sequía husmeando lluvia" ("Calle con almacén rosado", p. 57).
En estos versos, la voz poética personifica la noche, dándole tanto rasgos físicos propios de las personas (en este caso, los ojos), como posibilidades de acción propios de los humanos: que los ojos se vayan en cada bocacalle, es decir, el deambular con la mirada.
"Al horizonte un alambrado le duele" ("Último sol en villa Ortúzar", p. 71).
Aquí, la voz poética presenta al horizonte como a alguien a quien le duele un alambrado. Estos son, por supuesto, tan solo unos ejemplos de un procedimiento que aparece en muchísimas ocasiones a lo largo del poemario. Algunos ejemplos de otros poemas son los siguientes: "El humo desdibuja gris las constelaciones remotas" ("Manuscrito hallado en un libro de Joseph Conrad", p. 64); "La muerte -tempestad oscura e inmóvil- desbandará mis horas" ("Para una calle del Oeste", p. 72).
Hyperbole
N/A
Onomatopoeia
N/A