La mañana siguiente a la sangrienta derrota y muerte de Grendel por parte de Beowulf, los guerreros y la realeza de todas partes viajan a Herot para contemplar la evidencia física de la lucha con Grendel. Ellos no sentían compasión por su muerte:
"Miraron sin / pesar, no sintieron pena por su sufrimiento,/ Siguieron sus huellas ensangrentadas, su golpeado / Y solitario vuelo, al filo del lago / Donde él había arrastrado su cadáver, condenado / Y ya cansado de su evanescente vida". pág. 50, líneas 841-846
La guarida de Grendel es de mal agüero y sucia, el agua sangrienta hervía por su cuerpo putrefacto.
Seguimiento del Tema: El Bien y el Mal 5
Todos los presentes se regocijan y relatan otra vez la historia de la valentía de Beowulf. Un antiguo soldado canta una canción de héroes antiguos, e incluye la victoria de Beowulf, asegurando su lugar entre los homenajeados. Siegmund presume con historias de su valentía, especialmente aquella de matar un dragón. Comparado con Beowulf, se nos dice que Hermod era traicionero, exilado junto con los Jutos:
"Su vanidad creció desde lo más bajo hasta lo más alto / Que no podía escuchar otra voz que no fuera la suya. Él merecía / sufrir y morir. Pero Beowulf era un príncipe/ Muy amado, que lo seguían por amistad, no por temor". pág. 52, líneas 911-914
Toda el grupo regresa a Herot, donde Hrothgar proclama la victoria de Beowulf como un milagro ordenado por el Señor. Acepta a Beowulf como su hijo (Hrothgar ya tiene dos hijos, Hrethric y Hrothmund), y ofrece su riqueza a Beowulf. Beowulf responde que se dejó guiar por su corazón al realizar este acto en favor de los daneses; le hubiera gustado haber matado a Grendel en el mismo piso de Herot y dejar su cuerpo como premio.
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Seguimiento del Tema: Los Hombres y los Monstruos 6
Se decora Herot para las festividades, aunque se está desmoronando por los ataques de Grendel. Se prepara un banquete.
Seguimiento del Tema: El Bien y el Mal 6
Hrothgar y su sobrino, Hrothulf, brindan juntos, mientras el rey y el pueblo se convierten en uno. Se le da a Beowulf un estandarte de oro, un casco, una malla, y una Antigua espada, "generosamente recompensado" por el gentil dador de anillos, Hrothgar. El rey también le concede un grupo de caballos con bridas de oro, como recompensa por su valentía. Espadas y antiguas armaduras se entregan como regalo para Beowulf y todos sus hombres, "y para aquel / Asesinado por Grendel, el oro / Fue su pago". pág. 56, líneas 1053-1055
Seguimiento del Tema: Tesoro 6
El salón de Hrothgar resuena con la risa y canciones de poetas, quienes vuelven a contar la famosa historia de la tribu danesa. La tribu finlandesa atacó a la tribu danesa, matando a Hnaf su rey, hermano de la esposa de Finn. La esposa de Finn lloró su pérdida; tanto su hermano como su hijo fueron asesinados. Con ambas tribus extenuadas por la guerra, Finn ofreció la paz entre los daneses y los Frisones, y una división por partes iguales de propiedad y riqueza. Los cuerpos de Hnaf y de su hijo se colocaron en la pira funeraria para que se consuma la memoria del odio y de la guerra. Pero Hengest, sucesor y principal lugarteniente de Hnaf, no puede olvidar la traición de Finn a su Señor. Poco después, él asesinó a Finn en su cama con un cuchillo en su abdomen. Los vengativos daneses asesinaron a innumerables finlandeses, se llevaron el tesoro saqueado en sus barcos, y regresaron a la reina a Dinamarca, la patria que ella extrañaba.
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Welthow, la reina de Hrothgar, camina entre el rey y su sobrino, un símbolo de pacificación entre el pueblo de Beowulf y su pueblo. Ella ofrece una copa de aguamiel a su rey para sellar el lazo entre Beowulf y el rey, y se sienta con sus hijos.
Beowulf, mostrando su amistad, acepta la copa de aguamiel, y los regalos de la malla y el oro de los daneses. Welthow le ruega que cuide y honre el nombre de sus dos hijos con su fuerza y favor:
"Usa estas brillantes joyas, amado Beowulf; / Disfrútalas,...oh afortunado joven/ Guerrero; enriquécete, que tu fama y tu fortaleza / Vayan de la mano; y ¡da a estos dos muchachos / Tu sabiduría y gentil corazón! Recordaré tu / Gentileza. Tu Gloria es demasiado grande de olvidar /...¡Extiende tu bendita protección / A mi hijo, y el hijo de mi rey!". págs. 61-62, líneas 1216-1221, 1225-1227
Los daneses y los gautas se van a dormir, con sus mallas puestas y sus espadas listas, ¡como tienen que hacerlo siempre los soldados!