"Y, al momento, llegaba la lluvia como un inmenso ejército que caminara sobre los árboles" (35). (Símil)
Arenas le dedica todo un capítulo a los torrenciales aguaceros que presenciaba de niño en la finca familiar de sus abuelos. Al comparar la lluvia con un ‘inmenso ejército’, Reinaldo transmite la sonoridad ensordecedora de esas lluvias colosales. Más adelante, potencia esta comparación mediante imágenes parecidas. Por ejemplo, dice que “el agua retumbaba como una balacera” e, incluso, que sonaba “como un concierto de tambores de diferentes tonos e insólitos repiqueteos” (35). Resulta curioso, en este punto, que este tipo de comparaciones se realicen con elementos propios del campo semántico de la guerra. En cierto sentido, estas asociaciones le permiten anticipar un futuro caracterizado por su cercanía al ejército.
"La Habana disfrutaba también de otra vida homosexual poderosísima; subterránea" (130). (Metáfora)
Arenas proporciona un significado metafórico al caracterizar la vida homosexual de La Habana bajo el adjetivo ‘subterránea’. Con ello, intenta dar cuenta de que esa cultura sexual de la que él forma parte se encuentra a contracorriente de los preceptos morales y la cultura oficiales. Además, le permite poner énfasis en que esta vida homosexual se desarrolla clandestinamente, a escondidas de la mirada prejuiciosa de quienes no participan de ella. Lo subterráneo, en este sentido, implica un estar por debajo de la superficie de lo público, del mismo modo que un tren subterráneo circula en la ciudad sin que las personas de la superficie puedan percatarse de ello. Con el tiempo, ha adquirido gran popularidad la denominación inglesa de similar significado, underground, para dar cuenta de aquellas manifestaciones sociales y culturales que presentan estas características.
"Mi madre me llevó allí un pedazo de pollo y me dijo que le daba mucha tristeza verme así, debajo de la cama comiendo escondido, como un perro" (192). (Símil)
Luego de huir de la cárcel, Arenas pasa un largo tiempo intentando inútilmente fugarse de Cuba, mientras se esconde de las autoridades que lo buscan incesantemente. Finalmente decide ir a la casa de su madre, en Holguín, donde al menos podrá descansar algo y alimentarse. Pese a ello, su madre lamenta profundamente la imagen que le presenta Reinaldo, al cual compara con un perro. La persecución, el hostigamiento y el peligro que sufre Arenas producen este efecto de deshumanización en la que él queda reducido a ser de aspecto animal. Al oír a su madre, Reinaldo dice: “Aquello me dio tanto desconsuelo, que no pude probar la comida aunque hacía varios días que no comía nada” (192).
"Fidel y la Unión Soviética decidieron que era necesario abrir una brecha, dejando salir del país a un grupo de aquellos inconformes; era como hacerle una sangría a un organismo enfermo" (299). (Símil)
En el Capítulo 59, Arenas relata los acontecimientos que propiciaron el llamado “Éxodo del Mariel”, el primer movimiento migratorio en masa que consigue dejar Cuba durante la Revolución castrista. El origen de esta migración se produce luego del ingreso de miles de cubanos a la embajada de Perú, solicitando asilo político. La situación social y política se vuelve tan tensa, que el Gobierno decide facilitar la salida de una parte de los solicitantes. Reinaldo compara esta acción con ‘una sangría a un organismo enfermo’, aludiendo a una práctica médica común en la Edad Media en la que sustraían parte de la sangre de los enfermos para aliviar diversos males. En esta comparación, el organismo enfermo es la propia Cuba.
"Nunca Nueva York fue tan vital; quizá no vuelva a ser como entonces (...), antes de que llegara la plaga, antes de que la maldición cayese también sobre la ciudad, como siempre cae sobre las cosas realmente extraordinarias" (318). (Metáfora)
Reinaldo utiliza las metáforas de ‘la plaga’ y ‘la maldición’ para hacer referencia a la enfermedad del VIH/SIDA que, en los años ochenta, causa estragos en los Estados Unidos y el resto del mundo. Lo que se conoce, normalmente, como la ‘crisis del sida’. Esta enfermedad de transmisión sexual, que en un principio afecta principalmente a las comunidades homosexuales y transgénero, tiene una rápida expansión debido, en parte, a la gran liberación sexual que se produce en esos años en los grandes centros urbanos del mundo. Se entiende, en este punto, que Arenas califique de ‘realmente extraordinario’ a ese momento histórico. Las metáforas utilizadas pueden vincularse a plagas que arrasan con Egipto en la tradición judeocristiana, lo cual le permite a Reinaldo presentar al SIDA como algo del orden de lo mágico o lo incomprensible, carácter que se justifica por la poca información que se tenía entonces del virus.