Resumen
Esta historia es contada por el pescador al genio en medio de la historia "El pescador y el genio".
Duban es un sabio que domina muchas disciplinas. Puede leer griego, persa, turco, árabe, bizantino y siríaco; es experto en botánica, astronomía y filosofía, y, sobre todo, es un experto sanador.
El rey de su tierra, el rey Yunan, tiene lepra. Cuando Duban le dice a Yunan que puede curarlo sin usar ni siquiera un tónico o ungüento, el rey insiste en que comience de inmediato. Duban crea una bola y un mazo, y llena el mango del mazo con su medicina especial. Luego, le ordena al rey que juegue con los objetos. Cuando Yunan lo hace, suda y absorbe la medicina del mango del mazo en su torrente sanguíneo. Después de bañarse y dormir, Yunan se cura milagrosamente. Duban regresa al palacio esa mañana para enterarse del éxito que tuvo su plan y luego recita algunas coplas de celebración para el rey.
Desafortunadamente, uno de los muchos visires del rey Yunan es un hombre malvado, codicioso y celoso. Cuando el visir del rey Yunan se da cuenta de la atención que este le presta a Duban, trama un malvado plan para convencer al rey de que Duban quiere envenenarlo con su medicina. Más allá de que necesita algo de persuasión, el visir finalmente logra convencer al rey. Él razona que si Duban fuera lo suficientemente poderoso como para curarlo, ciertamente podría matarlo de la misma manera.
El rey Yunan quiere castigar a Duban por traición, aunque el médico no ha cometido ninguna todavía. Cuando Yunan y su visir convocan a Duban para acusarlo de malas intenciones, este protesta y profetiza que Alá matará a Yunan por la injusticia que está por cometer, pero no logra disuadir al rey de mandarlo a decapitar.
Antes de la ejecución, Duban aparentemente acepta su destino y le ofrece al rey uno de sus preciados libros llenos de sabiduría, para que Yunan pueda curarse a sí mismo en caso de que vuelva a enfermarse. El rey obviamente acepta y abre el libro una vez que Duban es decapitado. En este punto, vale aclarar que en algunas versiones de la historia, Duban promete que su cabeza decapitada dará instrucciones para el libro si se le pone un poco de su sangre. De hecho, la cabeza le habla al rey durante el final de la historia.
Unas pocas páginas después, Yunan se confunde al descubrir que no hay palabras escritas en el libro. En busca de alguna que esté escrita, continúa pasando las páginas, mojándose los dedos con la lengua para hacerlo; sin saberlo, está absorbiendo el veneno que Duban ha colocado en los vértices de esas páginas. Yunan es consciente de que está muriendo y, en sus momentos finales, entiende que este es su castigo por matar al hombre que lo curó, y que Duban tenía razón cuando dijo que Alá lo mataría por la injusticia que estaba cometiendo. En las versiones en las que la cabeza de Duban habla, esta se dirige a Yunan para recordarle explícitamente este punto.
Análisis
Esta historia ofrece un mensaje muy claro: "Nunca muerdas la mano que te da de comer". Aunque a menudo se relega a un cliché, es una lección especialmente importante cuando uno acepta la tendencia humana hacia los celos, la codicia y la ceguera. La historia nos advierte que debemos estar agradecidos por la ayuda que se nos ofrece, en lugar de rechazar o dañar a quienes nos ayudan. Además, sugiere que somos más susceptibles a la sospecha y la desconfianza de lo que podríamos esperar. Si Yunan hubiera confiado en las buenas intenciones del sabio, y lo hubiese recompensado por sus acciones en lugar de castigarlo únicamente por sospechas, su historia habría terminado de manera diferente.
Así las cosas, este relato tiene un propósito muy claro dentro del contexto de "El pescador y el genio": en esa historia, el pescador rescata a un genio que luego insiste en castigarlo por su ayuda. En "El visir y el sabio Duban" también hay un personaje que castiga a alguien que lo ayudó, pero las consecuencias de esa injusticia son trágicas. En ese sentido, el mensaje del relato que le propone el pescador al genio sería: si castigas a quien te ha ayudado, no solo estás cometiendo una traición, sino que, de hecho, podrías obtener una venganza mayor sobre tu propia cabeza.
No obstante, hay una fuerza externa responsable de la ruptura entre el rey y Duban: el visir de Yunan. En esta historia, el cruel visir actúa como el principal antagonista, un catalizador del conflicto que se intensifica hacia el final del relato. Es importante que el visir se describa como malvado y visualmente poco atractivo, porque debe estar lo más separado posible de los demás personajes. Hubiese sido demasiado inquietante para una persona promedio de aquella época que el malvado no fuese fácilmente reconocible dentro de la historia.
De esta manera, la persuasión juega un papel clave en "El visir y el sabio Duban". Muy a menudo, no nos damos cuenta de lo susceptibles que somos a las palabras y acciones persuasivas de los demás. En ese sentido, está claro que el rey Yunan no tuvo la sensibilidad para detectar las intenciones de su visir. En relación con esto, este relato sugiere que debemos esforzarnos por separar la influencia de los demás de nuestras propias convicciones personales siempre que nos enfrentemos a una decisión difícil, ya que podemos ser muy susceptibles a ideas que van en contra de nuestros principios. Al mismo tiempo, si bien el relato parece sugerir que debemos confiar en los demás (en este caso, en Duban), también pone énfasis en que hay que saber discriminar en quién confiamos, porque podemos estar a merced de malas influencias (las del visir, por ejemplo). En síntesis, debemos nutrir nuestro propio poder de juicio, para no depender de otros que puedan tener sus propias intenciones.
En otro orden de cosas, se dice que el visir no era atractivo y que tenía vicios. Esto es importante, ya que atribuye cierta culpabilidad a Yunan, quien debería haber reconocido los vicios de su visir antes de confiar en él. En otras palabras, la historia no pretende sugerir que Yunan es simplemente un tonto del que hay que compadecerse, sino más bien un hombre que obviamente posee sus inseguridades y resentimientos y por eso pudo ser engañado tan fácilmente por su visir. Esta complicación tiene dos propósitos. En un sentido inmediato, es un mensaje del viejo pescador al genio, quien permitió que su odio hacia el rey Salomón se transformara en resentimiento contra toda las personas, sin que ninguna de ellas lo hubiera agraviado. Aquí, el viejo pescador advierte que hacemos mal al no controlar nuestros impulsos más bajos y no darnos cuenta de lo que verdaderamente son. Asimismo, como sabemos, luego de contarle la historia "El visir y el sabio Duban", el pescador libera al genio, y este último parece haber aprendido la lección. En un sentido cada vez más amplio, esta historia enmarcada -dentro de la historia enmarcada "El pescador y el genio"-, funciona como un reproche implícito de Shehrezad hacia el rey, quien está abusando de su poder, basado en un resentimiento irracional contra todas las mujeres.