La espada de Rosaura (Símbolo)
La espada de Rosaura, que ella lleva desde Moscovia a Polonia para vengar su honor perdido, es un símbolo de su identidad como hija de Clotaldo y como miembro de la realeza dentro de la obra. Al comienzo, Rosaura no sabe nada de su padre ni de lo que significa su espada. Su madre, Violante, le había dicho que llevara la espada a Polonia y que se dejara ver con ella en compañía de hombres nobles y eminentes. Cuando Clotaldo reconoce el arma como la misma espada que había dejado en Moscovia para su hijo no nacido, supone que Rosaura, que está disfrazada de hombre, es su hijo.
La espada de Rosaura no solo la identifica como hija de Clotaldo, sino que, como Clotaldo es un noble, esta también simboliza la sangre real de Rosaura y su identidad como mujer noble. Cuando Segismundo le ordena a Astolfo que se case con ella, el hombre duda en hacerlo porque la mujer no es de sangre noble. Sin embargo, con la confesión de Clotaldo, el matrimonio finalmente se concreta. Así, la espada permite a Rosaura afirmar su verdadera identidad, permitiendo que su honor sea restaurado y que su moral e integridad permanezcan intactas.
Los astros y la astrología (Motivo)
La España del siglo XVII está fuertemente marcada por las creencias culturales en torno a la astrología y a los poderes predictivos que ella supuestamente tiene en los seres humanos. Para esta mirada del mundo, el ser humano no tendría ninguna posibilidad de modificar su destino.
El apego del rey Basilio a estas creencias lo condiciona a la hora de tomar decisiones que afectan al ámbito privado, pero también al conjunto de la sociedad polaca. Cuando Basilio se entera de que hay una profecía sobre el futuro de su hijo, inmediatamente decide encerrar a Segismundo en una oscura torre para intentar evitar que la predicción se cumpla.
También es interesante la elección de los nombres de los personajes en relación con las estrellas. Por ejemplo, Rosaura elige llamarse Astrea mientras reside en el palacio del rey Basilio. Este nombre deriva del griego aster, que significa "estrella". Su nombre la relaciona, así, con Estrella, cuyo nombre proviene de la palabra latina stellum, que posee el mismo significado que Astrea.
La poción (Símbolo)
En La vida es sueño, la poción que le da Clotaldo a Segismundo para dormirlo representa el quiebre de su realidad. Así, el sueño y el olvido se apoderan del príncipe luego de tomar el brebaje. Sin embargo, es interesante subrayar que, después de la confusión, el personaje comienza a crear otra realidad: abandona su rol de prisionero y asume su posición como heredero del rey Basilio. En este sentido, la poción también simboliza un nuevo nacimiento: gracias a ella, Segismundo abandona su mundo original para formar parte de otra realidad, donde deberá aprender a comportarse y adaptarse a las normas del lugar.
El águila (Símbolo)
En la obra, Clotaldo menciona varias veces que el águila atrae la atención de Segismundo. Esto no es casualidad, ya que el ave rapaz es la reina de las aves y así simboliza un estado que se corresponde con el destino de poder que hay en el mismo Segismundo. Así, el animal es utilizado por el propio Clotaldo para elevar el ánimo del príncipe y llevarlo a empresas grandes. En palabras del personaje:
Encarecí el vuelo altivo,
diciendo: “Al fin eres reina
de las aves, y así a todas
es justo que te prefieras”.
Él no hubo menester más,
que en tocando esta materia
de la majestad, discurre
con ambición y soberbia
porque en efecto la sangre
le incita, mueve y alienta
a cosas grandes
(p.38)
La torre (Símbolo)
Segismundo vivió toda la vida encerrado en una torre, imposibilitado de conocer el exterior. Cuando finalmente conoce el palacio, lugar que le pertenece por ser hijo del rey Basilio, accede a una forma de la realidad afín a lo que le correspondía por su vinculación con el linaje real. En este sentido, la torre no es únicamente una prisión física sino que simboliza la prisión de los sentidos. Para el príncipe, su vida se vio determinada por la experiencia del encierro. Así, la falta de acceso al conocimiento de su realidad obligó a Segismundo a concebir la libertad como un bien del cual prácticamente todos gozan, excepto él mismo. En este punto, el designio del rey condicionó a tal punto al protagonista, que este es incapaz de entender el mundo exterior.