Resumen:
Telémaco y Pisístrato llegan a la opulenta mansión de Menelao en Lacedemonia. Menelao les da la bienvenida al doble banquete de bodas, que se celebra tanto para su hijo como para su hija. Después de que los viajeros toman un baño y comen, Menelao les cuenta sobre su dolor por los compañeros que murieron en Troya, y especialmente por Ulises. Helena, esposa de Menelao, sale de su habitación y dice que el visitante debe ser Telémaco. Pisístrato lo confirma, y dice que Néstor los envió a pedirle ayuda. Menelao da un emotivo discurso sobre sus sentimientos por Ulises, inspirando lágrimas en todos los presentes. Pisístrato se ve particularmente afectado, recordando a su hermano Antíloco, muerto en Troya. Helena pone una libación mágica en el cuenco de vino que evita que el bebedor llore ese día, anima a todos a alegrarse y cuenta una historia sobre Ulises disfrazado de mendigo durante la guerra. Menelao relata la famosa anécdota de cómo Ulises se escondió a sí mismo y a sus hombres dentro de un caballo de madera para invadir Troya. Todos se retiran a la cama.
A la mañana siguiente, Telémaco le cuenta a Menelao sus problemas con los pretendientes, y le pregunta si tiene noticias de Ulises. El rey está indignado por el comportamiento de los pretendientes y espera que Ulises pueda imponer su castigo. Narra cómo, durante su regreso de Troya, él y sus hombres quedaron varados en una isla sin viento. Lograron capturar a Proteo, el Viejo del Mar, y este les dijo que si hacían un sacrificio a los dioses podrían continuar viaje hacia sus hogares. También le cuenta sobre el asesinato de Agamenón, y le informa que Ulises está prisionero en la isla de Calipso.
Telémaco y Pisístrato regresan a Pilo para navegar hacia Ítaca. Mientras tanto, en Ítaca, los pretendientes se enteran del viaje de Telémaco a Pilo y planean emboscarlo de camino a casa. Penélope se entera de sus planes y del viaje de Telémaco, y se aflige. Pide ayuda a Atenea, que la visita en un sueño como su hermana. Le asegura que protegerá a Telémaco, aunque no puede decirle nada sobre Ulises.
Análisis:
Un dispositivo formal utilizado a lo largo de la Odisea, la “puesta en abismo”, se complica aún más en este Canto. En un momento dado tenemos una historia dentro de una historia dentro de una historia, cuando Homero nos cuenta una historia sobre la historia de Menelao sobre la historia de Proteo. La autoría de la muñeca rusa es, en primer lugar, una forma eficiente de repetir la información expositiva que el público ya conoce, pero otro personaje no. Ya hemos oído hablar del asesinato de Agamenón a manos de Egisto, y conocemos el encarcelamiento de Ulises en la isla de Calipso. En segundo lugar, la Odisea exhibe aquí lo que la crítica literaria denomina "intertextualidad": se conecta con otras historias, con las que el público griego estaba bastante familiarizado, y cobra vida propia. Pero la distribución de la información en múltiples capas también mantiene fresca la historia, y señala la importancia general de la narración en la cultura griega.
Aún más importante para la cultura griega es la costumbre de la hospitalidad, o "xenía" (Zeus era el dios de la xenía). Como otros han hecho antes, Menelao recibe a sus visitas sin siquiera interrogarlos, y su generosidad supera la de Néstor en el Canto III. Una vez más, nos vemos obligados a reconocer la diferencia entre la forma en la que Telémaco y los pretendientes aprecian la hospitalidad recibida. Mientras Telémaco se muestra siempre agradecido con sus anfitriones, los pretendientes abusan de la hospitalidad ajena, y ahora planean, de hecho, matar a su anfitrión.
La repetida mención del asesinato de Orestes al usurpador del trono de su padre es otro recordatorio de que Telémaco se encuentra en una situación similar. Mientras que no estaba preparado para enfrentar a los pretendientes al comienzo del poema, su propia mini odisea a Pilo y más allá lo ha transformado. A medida que se va enterando del valor de su padre, desconocido para él, parece que el coraje se le contagia.
Su padre fue más que meramente valiente, seguimos enterándonos. El ingenio de Ulises se ve ilustrado en dos historias, y ambas giran en torno al disfraz. Además, la anécdota de su disfraz de mendigo presagia el final de la historia.