Genero
Poema épico homérico
Configuración y Contexto
La Antigua Grecia, tras la Guerra de Troya
Narrador y Punto de Vista
Homero, o el aedo que narra el poema en determinado momento, funciona como un narrador omnisciente en tercera peronapersona. En términos ontológicos, la facilidad del aedo para narrar se deriva de la bendición divina de las Musas, que hablan a través de él tras ser invocadas al comienzo de la epopeya.
Tono y Estado de Ánimo
El tono es principalmente serio y épico en su naturaleza. El narrador se ocupa principalmente de relacionar los eventos y los pensamientos de los personajes a medida que ocurren, y el poema tiene un aire narrativo que evoca la mayor transparencia posible, dada la naturaleza sobrenatural de los eventos que constituyen la narrativa.
Protagonista y Antagonista
El protagonista es Ulises y el antagonista, Poseidón, aunque muchos personajes y fuerzas frustran a Ulises a lo largo de su travesía.
Conflicto Principal
Poseidón, enfurecido con Ulises por haber cegado a su hijo, el cíclope Polifemo, hace todo lo posible para evitar que este regrese a su hogar en Ítaca después de la Guerra de Troya. Mientras tanto, unos pretendientes compiten por la mano de la esposa de Ulises, Penélope.
Climax
El clímax tiene lugar cuando Ulises devela su identidad frente a los pretendientes disparando su arco, y se une a Telémaco para asesinarlos.
Presagio
En tanto la épica es narrada como parte de la Historia y comienza in medias res, todo el tenor de la narrativa es influenciada por elementos de presagio.
Atenuación
Como una secuela de la Ilíada, que describía los eventos de la Guerra de Troya, esta epopeya está plagada de referencias y alusiones a la caída de Troya, incluyendo la posición de Aquiles en el inframundo. También hay alusiones frecuentes a la mitología y a la historia griegas, con las cuales el público a la que iba dirigida la epopeya estaba familiarizado, como es el caso de la referencia, en el Canto XII, a Jasón y los Argonautas.
Alusiones
Como una secuela de la Ilíada, que describía los eventos de la Guerra de Troya, esta epopeya está plagada de referencias y alusiones a la caída de Troya, incluyendo la posición de Aquiles en el inframundo. También hay alusiones frecuentes a la mitología y a la historia griegas, con las cuales la audiencia a la que iba dirigida la epopeya estaba familiarizada, como es el caso de la referencia, en el Canto XII, a Jasón y los Argonautas.
Imágenes
La forma básica de la narrativa en la Odisea está muy fuertemente orientada hacia la imaginería. Considérese un ejemplo representativo cuando Ulises elogia al aedo de Alcínoo: "Yo pienso de cierto / que el extremo de toda ventura se da sólo cuando / la alegría se extiende en las gentes y están los que comen / uno al lado del otro sentados en fila, a lo largo / de la sala, escuchando al aedo; delante las mesas / veri repletas de carnes y pan y el copero les saca / de la gruesa cratera el licor y lo escancia en las copas" (Canto IX, 4-10).
Paradoja
La paradoja más famosa en la Odisea es el truco que permite a Ulises burlar a y escaparse de los cíclopes en el Canto IX: Ulises le dice a Polifemo que su nombre es "Ninguno", por lo que, cunado cuando lo deja ciego y este pide ayuda a los otros cíclopes, solo puede exclamar que "Ninguno" lo atacan, lo que lleva a sus compatriotas a suponer que no está sufriendo ningún daño. Esta ingeniosa paradoja se basa en la incisiva decisión de Ulises de decir que su nombre es una palabra que niega la existencia de su referente, un giro paradójico relacionado estrechamente con el problema filosófico de las existenciales negativas (ver bibliografía para referencias).
Paralelismo
Aunque hay muchas diferencias entre los dos, Telémaco y Ulises experimentan odiseas en el transcurso de la epopeya: mientras que Ulises está físicamente alejado de su hogar, también lo está Telémaco de su derecho sobre su hogar, ya que los pretendientes tienen un usurpado control sobre él. Los caminos paralelos de padre e hijo convergen cuando ambos matan a los pretendientes y reclaman su hogar a través del “nostos”, es decir, el regreso a la casa.
Metonimia y Sinecdoque
Ninguna de estas figuras es particularmente prominente: el lenguaje figurativo de la épica está más típicamente caracterizado por la metáfora, el símil y la personificación.
Personificación
El ejemplo más flagrante de personificación en el poema está en el Canto X, cuando Circe usa la magia para transformar a los hombres de Ulises en cerdos. Estos son cerdos personificados en el sentido más literal. El amanecer es también personificado como "Aurora temprana de dedos de rosa".