Casio se refiere a César como un dios que tiembla (Ironía verbal)
Como parte de su plan para convencer a Bruto de que César no merece gobernar Roma más que él y que, por lo tanto, debe unirse a la conspiración para asesinarlo, Casio le relata una ocasión en la que César fue atacado por la fiebre y temblaba, estaba pálido y se quejaba de dolor. En ese contexto, Casio dice: "temblaba, sí, este dios temblaba" (I.II., 33), destacando la ironía de que se endiose a un hombre que tiembla por una simple fiebre.
Antonio afirma que César era ambicioso y Bruto, honorable (Ironía verbal)
En el discurso que da en el funeral de César, Antonio combina magistralmente el uso de la repetición y de la ironía para cumplir su palabra de no injuriar a los conspiradores y, a la vez, enfurecer a la multitud contra ellos, dando a entender que sus halagos no son tales, y que la muerte de César fue injusta:
Cada vez que los pobres se quejaron,
César lloró. La ambición debería
estar hecha de material más duro.
Pero Bruto dice que era ambicioso,
y Bruto es un hombre honorable.
Todos visteis cuando en las Lupercalias
por tres veces le ofrecí una corona
de monarca, que rechazó tres veces.
¿Era eso ambición?
Pero Bruto dice que era ambicioso
y, a no dudarlo, es un hombre honorable.
(III.II., 114)
Casio afirma que los conspiradores serán recordados como libertadores de la patria (Ironía dramática)
Resulta irónico, para los espectadores y lectores de la obra, que Casio asuma que los conspiradores serán recordados, en los siglos venideros, como "los que a su patria dieron libertad" (III.I., 98). En primer lugar, Shakespeare presenta al mismo Casio como un hombre ambicioso e inescrupuloso que actúa contra César movido por la envidia y la ambición más que por la libertad de los romanos. Por otro lado, Julio César se basa en hechos reales harto conocidos para el público de la época de Shakespeare, y este estaba al tanto de que a la muerte del líder le siguió una guerra civil y la instauración de una monarquía que dio por terminada la época de la república, por lo que las palabras de Casio también resultan irónicas en relación con los hechos reales que exceden a la obra.