Fuenteovejuna

Fuenteovejuna Resumen y Análisis Acto I (segunda parte)

Resumen

En Fuenteovejuna, Flores, el criado del comendador, relata los detalles de la batalla de la que fue testigo en Ciudad Real. El Maestre ha juntado doscientos soldados a pie y trescientos a caballo. Luego describe la espléndida vestimenta del joven, las armas que portaba y su caballo. A continuación describe la vestimenta, las armas y el caballo del Comendador, quien estaba al lado del Maestre en la batalla. Cuenta que la ciudad opuso resistencia y que el maestre mandó a cortarles la cabeza a los rebeldes y a quienes lo deshonraron, y que hizo azotar públicamente a los plebeyos. Finalmente, dice que la ciudad quedó atemorizada.

Entonces entran el Comendador, su criado Ortuño, los músicos y los alcaldes de Fuenteovejuna, Esteban y Alonso. Los músicos cantan una canción de alabanza al Comendador por la victoria en Ciudad Real. A continuación, Esteban hace una descripción detallada de los sencillos regalos que le ofrecen humildemente al Comendador. El Comendador agradece y los músicos cantan nuevamente.

Luego de que los alcaldes y los músicos se retiran, el Comendador le dice a Laurencia y a Pascuala que se queden y que entren a donde están reunidos unos hombres. Ellas se niegan pues advierten las intenciones sexuales que esconde la invitación. Laurencia dice que solo lo haría si entran los alcaldes, pues ella es hija de uno de ellos. Ante la negativa, el Comendador no comprende que ellas lo desobedezcan y llama furioso a Flores para que las obligue a entrar. Ellas persisten en la negativa y finalmente logran escapar.

La acción se traslada entonces a la corte de los Reyes Católicos, Fernando e Isabel. Los reyes hablan de la situación de Ciudad Real. Junto con ellos está Manrique. Isabel dice que conviene adelantarse, puesto que de lo contrario serán derrotados. El rey dice que quiere hacer una reforma para asegurar a Isabel la sucesión al trono de Castilla. Luego se presentan dos regidores a pedir amparo a los reyes. Uno de ellos dice que Rodrigo Téllez Girón, el maestre de Calatrava, ha sitiado Ciudad Real, a pesar de su corta edad. Dice que ellos se han resistido y muchos murieron, pero, a pesar de eso, el Maestre consiguió tomar la ciudad. Comenta también que eso no habría sido posible sin la orden, la ayuda y el consejo de Fernán Gomez, el Comendador.

El Rey pregunta entonces dónde está el Comendador, y el regidor responde que se encuentra en Fuenteovejuna, y que allí tiene descontentos a sus súbditos. La reina dice que la victoria en Ciudad Real facilita la entrada de Alfonso de Portugal y eso sería muy peligroso. El rey entonces envía a Manrique con su ejército a remediar la situación.

Luego, la acción vuelve a trasladarse a Fuenteovejuna. Laurencia habla con Frondoso. Le dice que se ha apartado del arroyo para evitar las murmuraciones del pueblo que sobre ellos recaen. Dice que los aldeanos creen que ellos están comprometidos y afirma que prefiere una buena cosecha antes que ver cumplido lo que estas personas imaginan. Laurencia desconfía al principio de las buenas intenciones de él, pero Frondoso le asegura que pretende casarse con ella. Laurencia finalmente accede a que hable con su tío Juan Rojo para concertar el matrimonio, pues ya comienza a sentir algo de amor.

Entonces ven que se acerca el Comendador. Laurencia le dice a Frondoso que se esconda detrás de unas ramas y él lo hace. El Comendador se acerca y ella comenta que estaba descansando y que va a volver al arroyo. Él le dice que sus desdenes toscos no se avienen con su belleza y por eso la califica de monstruo. Luego agrega que esta vez no podrá huir pues está sola: “agora no quiere el campo, / amigo secreto y solo; / que tú sola no has de ser / tan soberbia que tu rostro / huyas al señor que tienes” (vv 793-797). Ella vuelve a negarse y el Comendador baja su ballesta y hace uso de su fuerza para retenerla. Frondoso entonces toma la ballesta. Ella pide ayuda y Frondoso amenaza al Comendador, mientras le dice a ella que huya. El Comendador le dice que suelte la ballesta pero él no lo hace. Entonces el Comendador promete vengarse.

Análisis

Es frecuente en el teatro de Lope que los vasallos reciban a héroes de guerra con canciones. No obstante, aquí hay un evidente tono de ironía, pues el Comendador no ha combatido contra los moros, que era la misión de las órdenes militares, sino que se ha rebelado contra los Reyes Católicos.

Luego se pone en escena un intento de abuso por parte del Comendador hacia Laurencia y Pascuala. Este y otros abusos hacia las mujeres constituyen la principal causa del desenlace fatal de la obra, donde los aldeanos deciden hacer justicia por mano propia. Laurencia y Pascuala logran huir en esta oportunidad, lo que pone de manifiesto el carácter fuerte y valiente de estos personajes.

Entonces se traslada la acción a otro escenario. El dramaturgo interrumpe con habilidad la acción de la aldea para mostrar brevemente lo que ocurre en un escenario más elevado: el de la corte de los Reyes Católicos. Allí se pone de manifiesto el peligro que constituye la toma de Ciudad Real por parte del Maestre y se dispone su reconquista.

Luego, se presenta nuevamente lo que ocurre en Fuenteovejuna. Allí hablan Laurencia y Frondoso. En la lírica tradicional, los arroyos, como las fuentes y los ríos, eran lugares de encuentros amorosos. El agua corriente simboliza el encuentro sexual en numerosas culturas y, además, estos lugares eran los escenarios propicios para los encuentros entre amantes. Por eso, la mención de un arroyo en esta escena tiene un valor simbólico, y es también significativo que Laurencia se aparte de él. Otro arroyo ha mencionado Laurencia anteriormente (v 211), cuando le indica a Pascuala el lugar en donde Flores y Ortuño le mostraron objetos pertenecientes al Comendador, para poner de manifiesto, justamente, sus pretensiones sexuales.

En esta escena, Laurencia se aparta del arroyo “para no dar que decir” (v 725), o sea, para evitar los rumores del pueblo sobre su situación sentimental con Frondoso: “que me miras y te miro” (v 729). Frondoso la compara con un ángel, “¿Posible es tanto rigor / en ese angélico rostro?” (vv 763-764). Este es un tópico petrarquista para referirse a la amada, mediante la comparación con un ángel. El motivo de la Donna angelicata fue muy explotado durante el Renacimiento. El Cancionero de Petrarca, compuesto en el siglo XIV, es un referente del uso de este tópico, aunque el autor no es su inventor. Allí, Petrarca utiliza el motivo de manera memorable para representar a su amada, Laura. Por medio de esta representación como Donna angelicata se convierte a la mujer en un símbolo de belleza y perfección espiritual.

Luego, Frondoso utiliza un símbolo que representa a las parejas bien casadas, los palomos, para expresar sus intenciones de casarse con ella. El amor “corrrecto” en esta obra y en su contexto de producción, está asociado al matrimonio. El vínculo social del matrimonio se opone al deseo individual lascivo del Comendador.

En la escena siguiente, el Comendador compara su sentimiento amoroso con una cacería y a Laurencia con su presa, llamándola “gama”. Él ya ha intentado retenerla por la fuerza en una escena anterior, acudiendo incluso a la ayuda de sus criados. En esta ocasión intenta persuadirla diciendo que su desdén no se aviene con su belleza, y por tener esa doble naturaleza la llama “monstruo”. Esta oposición entre el desdén y la belleza de Laurencia tiene un paralelo con la oposición que ha establecido Frondoso anteriormente, “¿Posible es tanto rigor / en ese angélico rostro?” (vv 763-764), pero con intenciones claramente diferentes.

El Comendador vuelve a presionar a Laurencia, amenazándola con el hecho de que esta vez está sola y que no podrá ser soberbia, rechazándolo nuevamente. Con estas artimañas el Comendador cree poder hacer que ella cumpla sus deseos. Sin embargo, pese a sus expectativas, ella hace caso omiso nuevamente, e incluso lo acusa de hipócrita haciendo un juego de palabras audaz: “que a no veros con la cruz, os tuviera por demonio, pues tanto me perseguís”. Con la palabra “cruz” se refiere al mismo tiempo a la cruz que lleva el Comendador en el pecho por ser miembro de la Orden de Calatrava y al símbolo cristiano. Laurencia le dice solapadamente que detrás de esa cruz, símbolo santo para el cristianismo, se esconde hipócritamente un demonio.

Cuando Frondoso amenaza al Comendador le dice “Comendador generoso” (v 826). Esta es una manera de recordarle sus deberes de caballero, ya que pertenece a la clase noble. Sin embargo queda puesto en evidencia, por el mal comportamiento del Comendador, que carece de los atributos nobles que corresponden a un caballero.

Al final de este acto queda contrastado el deseo lascivo del Comendador, que es un impulso egoísta, con el amor que siente Frondoso. Este último aprecia la virtud de la mujer que ama, de manera análoga a la concepción del amor de Platón que se mencionó en el coloquio sobre el tema al principio del acto.

Sobre la versificación

A continuación se detalla el sistema de versificación de esta parte de la obra, al lado del número correspondiente de los versos. Al lado de los que corresponden a la versificación del romance se especifican las vocales que riman en cada caso. En esta parte aparece también, por primera vez, el romancillo, que es una composición similar al romance, pero cuyos versos tienen menos de ocho sílabas (en este caso, seis). Acá también detallamos las vocales que riman en ellos. Además, encontramos tercetos, que son estrofas de tres versos con once sílabas cada uno, y rima consonante en el primer y tercer verso.

457-528: romance é-e;

529-544: romancillo ó-e;

545-578: tercetos;

579-590: redondillas;

591-594: romancillo ó-e;

595-654: redondillas;

655-698: romance é-o;

699-722: redondillas;

723-860: romance ó-o.