Aves y peces
Laurencia llama "azor" (halcón) a Flores, el criado del Comendador. En la imaginería tradicional, este animal se asocia a los hombres mujeriegos. Por otro lado, es un ave de cacería. Ferán Gómez es el cazador metafórico (ver "La caza" en la sección "Símbolos, alegoría y motivos" de esta guía), y su sirviente es el animal que lo acompaña en su caza.
Por otro lado, a los amantes suele asociárselos con peces o aves que quedan atrapados en las redes del amor. Flores hace uso de esta imagen cuando se refiere al enamoramiento que siente Frondoso por Laurencia: "Como el ave sin aviso, o como el pez, viene a dar al reclamo o al anzuelo" (vv 1043-1045). La imagen del amante como pájaro o pez que cae en las redes o el anzuelo de la mujer fue difundida desde la antigüedad, y puede encontrarse por ejemplo en la Biblia, en el Eclesiástico 9, 3 y 4.
Las ovejas
Laurencia acusa a los hombres del Consejo, y sobretodo a su padre, de no haber actuado cuando el Comendador la raptó frente a ellos. En su parlamento les dice: “la oveja al lobo dejáis / como cobardes pastores.” (vv 1744-1745). Esta imagen de la oveja perseguida por el lobo es frecuente en la literatura y en el folklore desde la antigüedad. Podemos encontrarla por ejemplo en el Antiguo Testamento y en las fábulas de Esopo. Sin embargo, la expresión de Laurencia parece aludir más precisamente a unas palabras de Jesucristo, extraídas del Evangelio de San Juan: "Yo soy el buen pastor; el buen pastor da Su vida por las ovejas. Pero el que es un asalariado y no un pastor, que no es el dueño de las ovejas, ve venir al lobo, abandona las ovejas y huye, entonces el lobo las arrebata y las dispersa" (Jn 10, 11-12).
Más adelante, Laurencia vuelve a referirse a las ovejas, pero esta vez en sentido metafórico, cuando dice “ovejas sois: bien lo dice / de Fuenteovejuna el nombre! (vv 1760- 1761). Habitualmente se asocia a la oveja con un animal cobarde, porque que se deja dominar con facilidad. De ahí la metáfora de Laurencia, que con ella quiere indicar que los hombres de la aldea son cobardes. También en este sentido, aprovechando el nombre "Fuenteovejuna", continúa con su metáfora, insinuando que el pueblo es "una fuente de ovejas", es decir, el lugar de origen de ese rebaño humano.
Celosías
En el canto "Al val de Fuenteovejuna", se dice de la pastora: "y ella, confusa y turbada, / hacer quiso celosías / de las intricadas ramas" (vv 1561-1563). La pastora, acosada por el caballero, quiere esconderse detrás de unas ramas que imitan las celosías de una ventana.
La imagen de las celosías construidas adrede para esconderse puede encontrarse en dos célebres dramas del Siglo de Oro, El mejor alcalde, el rey: "a sus ojos / los descogidos cabellos / haciendo están celosías" (vv 857-859), y El alcalde de Zalamea: "que no hiciese de unas ramas / intricadas celosías" (vv 2022-2023).
Cabellos sueltos y cabellos despeinados
En el canto "Al val de Fuenteovejuna" se describe a una niña "en cabello" (v 1549), es decir, que lleva los cabellos sueltos. Con esta imagen se alude a una mujer virgen, pues de esta manera llevaban el cabello las mujeres que aún no se habían casado. Por otro lado, esta niña representa a Laurencia, alude a su virginidad antes de casarse con Frondoso, y anticipa al mismo tiempo el peligro que corre de ser violada por el Comendador.
Después de que Laurencia es efectivamente raptada por el Comendador, tal como lo anticipaba el canto, ella regresa del cautiverio "desmelenada", según la acotación escénica, es decir, "despeinada". La imagen, para el público de la época, era una señal de que probablemente había sido violada por el Comendador. Este signo visual contrasta con la imagen de la "niña en cabello" que evoca la canción fatídica entonada anteriormente por los músicos. En el mismo sentido, unos versos más adelante, Laurencia sugiere la gravedad de los delitos cometidos por el Comendador diciendo: "Mis cabellos, ¿no lo dicen?" (v 1752). Esto señala que el signo visual es elocuente respecto a lo que sucedió con el Comendador.