Genero
Cuentos
Configuración y Contexto
Los contextos varían mucho según los cuentos. En general, se centran en el siglo XX o en una antigüedad ficcionada. Los espacios son variados: Buenos Aires, Irlanda, Babilonia e Inglaterra.
Narrador y Punto de Vista
El narrador varía según el cuento, pero pueden destacarse algunas estructuras que se repiten:
-Borges como narrador en primera persona (personaje protagonista).
-Borges como narrador en primera persona que abre el texto a otras voces (por lo general, se introducen otros narradores en primera persona, como John Vincent Moon en "La forma de la espada").
-Un narrador en primera persona que refiere una historia de la que en muchas ocasiones no participa (como en "La lotería en Babilonia").
-Un narrador en tercera persona omnisciente (como en "Las ruinas circulares").
Tono y Estado de Ánimo
Todos los relatos están atravesados por las reflexiones filosóficas y las referencias a la cultura letrada.
Protagonista y Antagonista
N/A
Conflicto Principal
N/A
Climax
N/A
Presagio
N/A
Atenuación
N/A
Alusiones
N/A
Imágenes
Consultar la sección "Imágenes" esta guía.
Paradoja
N/A
Paralelismo
N/A
Metonimia y Sinecdoque
Borges utiliza mucho la metonimia y la sinécdoque: Por ejemplo, utiliza la construcción "los hombres" para referirse a todo el género humano, o "acero" para referirse a los puñales y las espadas.
Personificación
Hay una hora de la tarde en que la llanura está por decir algo; nunca lo dice o tal vez lo dice infinitamente y no lo entendemos, o lo entendemos pero es intraducible como una música… ("El fin", p. 197).
Como recurso literario, la personificación consiste en atribuir rasgos humanos a elementos de la naturaleza y objetos (“el reloj camina”, por ejemplo), o a los seres irracionales, como los animales, actitudes propias de las personas (como cuando decimos “la víbora lo atacó”). En “El fin”, la llanura se personifica, es una presencia viva que dialoga con los personajes, que tiene algo para decir. Esta personificación de un elemento inabarcable y vital, como lo es la llanura para el gaucho, y se asocia al destino: condiciona el carácter y el modo de enfrentar la vida. La llanura presiente el duelo, sabe lo que implica para los personajes, y hay algo en ella que les habla. No obstante, nos dice Borges, los hombres no estamos en condiciones de comprender su voz. Por eso, en el cuento, la llanura refuerza la sensación de que los personajes no son totalmente dueños de sus actos, puesto que hay fuerzas mayores que no pueden comprender y a las que no pueden oponerse.
