“Para llegar hasta él tendrás que seguir las señales. Dios escribió en el mundo el camino que cada hombre debe seguir. Sólo hay que leer lo que Él escribió para ti”
La idea de un lenguaje universal hablado por toda la creación es muy importante en El Alquimista. Este lenguaje se manifiesta a través de señales presentadas por la naturaleza. Coelho resalta este concepto de una unidad común entrelazando la lengua (normalmente considerada una facultad humana) con todo el resto de la naturaleza. El mundo mismo es un texto lleno de significados esperando ser descifrados y enseñados.
“Todo lo que está sobre la faz de la Tierra se transforma siempre, porque la Tierra está viva, y tiene un alma.”
Todo sobre la faz de la tierra está relacionado. Esto se debe a que todo, incluyendo a los objetos inánimes, tienen un alma, y esa alma está conectada al Alma del Mundo. La habilidad de Santiago de comunicarse con las fuerzas de la naturaleza (como el Viento y el Desierto) es un ejemplo de comunicación a pesar de las diferencias en la existencia, y también sirve como un ejemplo de transformación. Todo lo que no está vivo no es capaz de comunicarse. La Tierra es capaz de comunicarse a través de señales naturales y, por eso mismo, se la considera un ser vivo, al igual que Santiago.
“Tú ni siquiera necesitas entender el desierto: basta con contemplar un simple grano de arena para ver en él todas las maravillas de la Creación.”
El Alquimista es una obra que promueve la simplicidad. En el libro de Coelho, la alquimia se ha convertido en algo extremadamente complejo siendo que, en un principio, la fórmula más sencilla podía convertir una piedra común en oro. Ahora, El Alquimista (y por extensión uno podría decir que también Coelho) considera un vasto desierto (desde un punto de vista superficial, el tipo de terreno más simple) y propone que, para Santiago, toda su belleza, sus maravillas y su complejidad pueden ser encontradas en una simple pizca de ese terreno.
“Toda bendición no aceptada se transforma en maldición.”
Esta cita muestra el deseo temporal de Santiago de retrasar su búsqueda del tesoro para poder quedarse con Fátima. Aunque esta parece una buena decisión al principio, el Alquimista, quien pronuncia las palabras de esta cita, sabe que esta decisión solo traerá resentimiento en el futuro.
“Quien interfiere en la Leyenda Personal de los otros nunca descubrirá la suya”
Durante su viaje, Santiago comienza a darse cuenta de que cada uno debe de seguir sus Leyendas Personales a su manera. Esta lección es ilustrada con el ejemplo del inglés, quien está buscando su Leyenda Personal a través de complicados libros de Alquimia. Santiago se da cuenta de que, aunque este no sea su camino o un camino que él tomaría, el mismo sigue siendo un camino legítimo para algunos.
“El Amor nunca impide a un hombre seguir su Leyenda Personal. Cuando esto sucede, es porque no era el verdadero Amor”.
El Alquimista pronuncia estas palabras al hablar con Santiago sobre su romance con Fátima. Esta cita señala un punto decisivo en la novela, el momento en el que Santiago debe decidir entre los placeres de este romance a corto plazo en el oasis y la posibilidad de alcanzar su Leyenda Personal. Lo que el Alquimista sugiere es que el amor verdadero es también parte de la Leyenda Personal de una persona, por lo que nunca se interpondrá. Fátima muestra que ha comprendido esta verdad al tratar de convencer a Santiago de continuar con su búsqueda. Es así que Coelho propone la definición del verdadero amor como aquel que está estrechamente relacionado con las metas individuales y el objetivo de vida de una persona.