Resumen:
Este décimo poema en prosa presenta una serie de imágenes que describen la escena de un festejo público en la ciudad de Dakar. El poeta construye una representación irónica, porque juega con el vocabulario citadino y publicitario, para construir la escena de una fiesta más bien primitiva.
Análisis:
Este poema está atravesado por la aparición de exclamaciones, como si adoptaran el tono de anuncios propagandísticos, o quisieran a su vez llamar la atención del lector sobre ciertos puntos del poema. Las palabras exclamadas (y resaltadas a su vez con mayúsculas) son "calor" e "iluminación", y también "¡Habrá cohetes! ¡cañonazos!". Estas elecciones transmiten una serie de llamadas de atención sobre palabras en relación al entorno urbano, que produce ambientes exaltados, de mucho estímulo, de muchas cosas ocurriendo en simultáneo.
Calor, iluminación, cohetes, cañonazos son palabras clave para generar ese ecosistema de artificio de evento social animado. Están introducidas, además, como si fueran fragmentos de un discurso propagandístico, que anunciara una fiesta. El poeta está contraponiendo escenas de una fiesta tradicional y popular con palabras que traen el tono publicitario: "Y de noche: / ¡ILUMINACIÓN! / a cargo de las constelaciones". Con ese cierre abrupto, el poeta termina de contraponer esa primera parte que parece querer publicitar la fiesta, con un cierre que vuelve al entorno natural (las constelaciones), como clausurando la fiesta artificial. La última exclamación ("¡Iluminación!"), además, está antecedida por la palabra noche. La iluminación no es artificial, sino de las constelaciones, de las estrellas. Pero está ubicada entre signos de exclamación, como si se tratara de una iluminación exagerada, artificiosa. Así tematiza, una vez más, la tensión entre el universo natural y el artificial.
