Resumen:
Con este volvemos a los poemas en verso, pero con la forma que suele elegir el poeta para este tipo de textos: los versos se cortan de manera libre, sin una métrica regular, sin rima y formando todos un mismo cuerpo, sin división en estrofas. Está fechado en 1921 en Buenos Aires. Describe la situación de un corso, los conjuntos musicales y de danza que conforman el carnaval porteño. Menciona a las chicas, a la banda, describe cierto olor e introduce una serie de imágenes visuales.
Análisis:
El poeta realiza la descripción de un grupo de carnaval durante la época de estos festejos en Argentina: el poema está fechado en febrero, que es el momento en que tienen lugar los carnavales, para darnos todavía más cabalmente la impresión de que este yo poético reproduce lo que ve prácticamente en tiempo real, in situ, y de que el poemario es una especie de diario donde da cuenta de las cosas que vive casi en paralelo al momento en que las experimenta.
La danza de carnaval respeta un ritmo acelerado, desenfrenado por momentos, por lo que la elección del verso encabalgado para abordar este tema puede estar buscando representar cierta velocidad. La estética de las comparsas del corso consiste en trajes muy coloridos, abarrotados de elementos decorativos, tiras de colores, sombreros, flecos. La descripción del poeta se basa en la imágene olfativa de "olor a pomo y a sudor", en referencia a la pintura y el sudor de un baile intenso, y la imagen visual de una "cabellera desgreñada de largas tiras de papel", en referencia a los flecos de los trajes de baile.
Luego, el poema cambia el foco de la descripción e introduce a "las chicas", que una vez más encontramos presentadas por los senos: "se sacan los senos de las batas / para arrojárselos a las comparsas". Por un lado, el poeta repite esta idea de los senos como algo separado, utilizable, manipulable por fuera del cuerpo de la mujer, algo que encontramos también en los poemas "Exvoto" y "Café-concierto" (algo parecido ocurre también con los labios de las mujeres en "Venecia"). Esto nos trae una construcción de "la mujer" que la mayor parte de las veces es representada por sus partes, como si estas tuvieran, en cierto sentido, mayor relevancia que el todo que podría constituir un personaje femenino. "La mujer" está casi siempre conformada por una sinécdoque en todo el poemario, como si estuviera allí a través de las partes que de ella observa el poeta.
Por otro lado, la imagen de sacarse los senos y arrojarlos, en el contexto del carnaval, también está jugando con el ritual de arrojarse agua, tradicional de esa época del año. A su vez, hacia el cierre del poema, el poeta refiere al "cansancio de querer ser feliz / que apenas tiene fuerzas para llegar / a la altura de las bombitas de luz eléctrica". Realiza así un cierre irónico, donde relaciona a las bombitas de luz eléctrica como una especie de suplantación terrestre de la luz divina, como si el objetivo trascendental y elevado fuera reducido a la dimensión de una habitación humana -y artificial-. Se transmite así, si se quiere, la imagen de una comparsa que, aún con toda la parafernalia de una estética alegre y frenética, no consigue transmitir un jolgorio auténtico.
