Remo Erdosain es el cobrador de una compañía azucarera. Defrauda a sus jefes y es descubierto. Íntimas humillaciones lo conducen a esta situación, y se encuentra ahora acorralado entre la devolución del dinero en el plazo que le impuso la compañía y la cárcel. Erdosain camina por las calles de Buenos Aires mientras piensa. Se encuentra con un viejo amigo, Ergueta, que a su vez le habla de su propia fortuna junto a su reciente esposa, ex prostituta y empleada doméstica, Hipólita, la coja. Remo le pide ayuda económica, pero Ergueta se niega rotundamente a darle dinero.
Remo vuelve a deambular por la ciudad, constantemente reflexionando sobre las circunstancias que lo llevan a estas situaciones, y se le ocurre recurrir al Astrólogo, otro amigo que vive en la localidad de Temperley y está obsesionado con la creación de una sociedad secreta. Allí en Temperley, Erdosain conoce a Haffner, el Rufián Melancólico, un proxeneta que ayudará al Astrólogo a crear una red de prostíbulos para financiar la sociedad secreta. Haffner le presta a Remo el dinero para saldar su deuda con la compañía.
Cuando Erdosain regresa se encuentra con que Elsa, su mujer, se va de casa junto a un hombre corpulento con uniforme de capitán del ejército. Luego de un diálogo intenso con ella, se desmaya. Al volver en sí ya está solo. Recibe, como todas las noches, la visita del primo de Elsa, Gregorio Barsut, con quien mantiene una competencia y un duelo silencioso hace años. Barsut le confiesa a Erdosain que él ha sido quien lo denunció a la Compañía Azucarera. El objetivo último no era hundirlo a él, sino a Elsa; quería que ella tuviera que humillarse ante Barsut y pedirle dinero y protección. Es que, en realidad, es Elsa con quien su primo mantiene el más encarnizado conflicto. Cuando Remo le relata lo que acaba de suceder con Elsa y el capitán, es decir, que ha sido abandonado, Barsut se sale de sus casillas y le pega una bofetada. En ese momento, Erdosain comienza a pensar en la posibilidad de matar a Gregorio. A medida que piensa en ello se relaja y el odio se disipa. No solo piensa en matarlo, sino que planea secuestrarlo, robarle el dinero para ayudar al Astrólogo a iniciar la sociedad secreta y luego, recién, matarlo. De este modo, Erdosain experimenta la necesidad de “ser” a través de un crimen; a lo largo de toda su vida, a Erdosain lo han acechado las dudas en torno al problema de la existencia.
A través de un engaño, Remo logra llevar a Barsut a Temperley, a la casa del Astrólogo. El secuestro se concreta y Gregorio accede a la extorsión. Luego, se desarrolla en la casa del Astrólogo una reunión de los “jefes” de la sociedad secreta: el Buscador de Oro, que afirma haber hallado un lago de oro coloidal, líquido; el Mayor; el Abogado, traído por Haffner; Haffner mismo, que entrega al Astrólogo un presupuesto para comenzar con la red de prostíbulos; Erdosain y el Astrólogo.
Por la noche, Erdosain llega a la pensión donde vive y se encuentra con Hipólita, la coja, esposa de Ergueta. Le dice que Ergueta ha enloquecido por completo y está internado, y que ella está sola y sin dinero. Hipólita simula estar deslumbrada por los relatos de Erdosain, por su alma, pero en realidad busca a un “hombre superior”. Erdosain le parece otro hombre débil e iluso.
Barsut es asesinado por Bromberg, un hombre que trabaja para el Astrólogo y al que también llaman El hombre que vio a la partera, aunque, como luego se verá, este asesinato es solo otro de los montajes del Astrólogo, planeado esta vez con la complicidad de Bromberg y Barsut. Erdosain, por su parte, se siente defraudado por la muerte de Gregorio. Lo que no sabe es que, en realidad, todo fue un simulacro.