La locura
La locura es uno de los temas principales de "La caída de la casa Usher". A lo largo del relato, Roderick Usher parece alejarse paulatinamente de la cordura y sumirse cada vez más en un estado mental perturbado y al borde del colapso. A su vez, el narrador también enloquece paulatinamente, y termina renunciando al paradigma lógico con el que interpreta los hechos en un comienzo.
La locura de Usher aparece ya en las primeras charlas que tiene con el narrador y que están plagadas de contradicciones e incoherencias. En el siguiente fragmento, puede observarse cómo Usher construye un discurso incongruente sobre su enfermedad: “Era, dijo, un mal constitucional y familiar, y desesperaba de hallarle remedio; una simple afección nerviosa, añadió de inmediato, que indudablemente pasaría pronto” (p. 323). En verdad, Roderick es un personaje que parece estar siempre al borde de una crisis nerviosa o un colapso mental y todas sus acciones, desde la perspectiva del narrador, parecen extrañas e inexplicables. Además, el estado mental particular de Usher parece volcarse sobre el espacio en el que habita y carga la mansión con una atmósfera siniestra y rarificada.
En este contexto extraño, el narrador lucha por mantener su cordura y navega constantemente entre las explicaciones racionales y sobrenaturales de lo que sucede en la mansión. En este pasaje, por ejemplo, el narrador intenta otorgar explicaciones físicas y biológicas a los acontecimientos que atestigua: “Estos espectáculos, que te confunden, son simples fenómenos eléctricos nada extraños, o quizá tengan su horrible origen en el miasma corrupto del estanque” (p. 333). Al final del relato, cuando la mansión se derrumba en medio de una atmósfera sobrenatural, el narrador abandona las explicaciones racionales y ya no intenta comprender aquello que está sucediendo.
Así, la locura propia de Roderick, la atmósfera de la casa y el efecto que esto genera en el narrador son un factor fundamental en la construcción del tono del relato.
El miedo
El miedo ocupa un lugar muy importante en el relato, ya que es la principal afección de Roderick: Es el miedo a tener miedo lo que parece provocar su enfermedad. Usher se encuentra muy atormentado, pero no por la muerte o el dolor físico, sino por el miedo en sí mismo. Como le explica al narrador: “No aborrezco el peligro, como no sea por su efecto absoluto: el terror” (p. 323). Poco después, el narrador describe a Usher como una persona hipocondríaca, es decir, como una persona que vive en el constante miedo de enfermarse. Y es esto mismo lo que termina destruyendo sus nervios y enloqueciéndolo.
Además, Roderick dice temer lo intangible y lo incognoscible; lo que no se puede comprender racionalmente. Finalmente, es el miedo lo que lo termina matando cuando Lady Madeline, recién escapada de la bóveda, cae sobre él: “... con un lamento sofocado, cayó pesadamente hacia adentro, sobre el cuerpo de su hermano, y en su violenta agonía final lo arrastró al suelo, muerto, víctima de los terrores que había anticipado” (p. 337).
De esta forma, el miedo es un rasgo constituyente de la personalidad de Usher, y es la emoción que determina muchos de sus comportamientos, hasta incluso producirle la muerte.
El arte
Usher tiene habilidades para la música, la escritura, la pintura y la poesía. El narrador, al mismo tiempo fascinado y aterrorizado por las obras de su amigo, compara sus producciones fantasmagóricas y conceptuales con las de un famoso artista de lo macabro, Fuseli. Además, el narrador destaca la capacidad de Usher de traducir en imágenes conceptos complejos: “Si jamás un mortal pintó una idea, ese mortal fue Roderick Usher” (p. 325).
Usher, convencido de su inminente muerte, utiliza el arte como una forma de encontrar belleza en medio de sus padecimientos. Así transcurren los días en su cuarto, junto con el narrador, dedicándose a diferentes disciplinas artísticas. Roderick utiliza el arte para pasar el día a día, para entretenerse y consolarse. A su vez, se podría pensar que también lo utiliza para comunicarse. Todas sus obras tienen un valor predictivo: el cuadro que pinta, el poema que recita y la rapsodia que canta adelantan los trágicos hechos que poco tiempo después tienen lugar en la casa.
La herencia y la decadencia de la aristocracia
La herencia es un tema que atraviesa todo el relato. Primero se aborda desde el apellido Usher, que se transmite de padres a hijos, en línea directa sin ramificaciones. Luego, también se refleja en la casa heredada, cuyo deterioro presagia el fin de un linaje que alguna vez fue próspero. El gusto por el arte también forma parte de la herencia; la facilidad que Roderick Usher tiene para los distintos lenguajes artísticos proviene de su familia: “Yo sabía, sin embargo, que su antiquísima familia se había destacado desde tiempos inmemoriales por una peculiar sensibilidad de temperamento desplegada, a lo largo de muchos años, en numerosas y elevadas concepciones artísticas…” (p. 319).
La familia Usher se encuentra en decadencia; solo Madeline y Roderick permanecen con vida, y ambos están próximos a la muerte. Esto se debe a que, como explica Roderick, la enfermedad es parte de la herencia Usher: "Era, dijo, un mal constitucional y familiar" (p. 323).
A su vez, el tema de la herencia se relaciona con la decadencia de la aristocracia, un proceso histórico que se desarrolló tanto en Europa como en Estados Unidos durante todo el siglo XIX, y que queda representado en el cuento con la destrucción de la familia Usher y de la mansión que lleva su nombre. La decadencia de la aristocracia es uno de los temas más importantes del relato gótico europeo, y en "La caída de la casa Usher" Poe lo instala dentro de la narrativa estadounidense.
La muerte
La muerte está muy presente durante todo el relato. En primer lugar, Roderick Usher es consciente de que la muerte lo acecha, y esa es una de las razones por las que manda a buscar al narrador. Cuando este llega a la casa, descubre que Usher no posee ninguna enfermedad en concreto, pero su estado tanto físico como mental es deplorable. Sin embargo, no es la idea de la muerte lo que preocupa a Roderick, como le explica al narrador: "Moriré —dijo—, tengo que morir de esta deplorable locura. Así, así y no de otro modo me perderé. Temo los sucesos del futuro, no por sí mismos, sino por sus resultados (...), no aborrezco el peligro como no sea por su efecto absoluto: el terror." (p. 323). Así, es evidente que la muerte no es su principal preocupación, sino que es la propia sensación de miedo lo que parece perturbarlo.
Por otra parte, Lady Madeline, la hermana de Usher, se encuentra agonizante al inicio del relato y su muerte será uno de los momentos más importantes de todo el cuento. Este acontecimiento abre la incógnita en Roderick: ¿murió realmente su hermana? Cuando la colocan en la bóveda, el rubor de sus mejillas parece indicar lo contrario. Con la reaparición de Madeline, la incógnita se refuerza y la narración se mantiene en un plano ambiguo: aunque Usher clama: "¡La encerramos viva en la tumba!" (p. 336), el lector puede pensar también que se trata de una resurrección, de una aparición fantasmal o de un vampiro.
De esta forma, los hermanos Usher están estrechamente vinculados con la muerte, desde el inicio, cuando se presentan deteriorados y agónicos, hasta el final del relato, en el cual ambos mueren definitivamente.
El incesto
El incesto no recibe mención directa en el relato, pero es sugerido cuando el narrador cuenta que "toda la familia se limitaba a la línea de descendencia directa" (p. 319), implicando que es la norma constituyente del linaje Usher. Todo esto explicaría las enfermedades que padecen Roderick y Madeline, producto de vínculos endogámicos sostenidos a lo largo de generaciones. En este contexto, es comprensible que Roderick se refiera a las afecciones que él y su hermana padecen como "un mal constitucional y familiar" (p. 323). De esta forma, que Roderick y Madeline vivan juntos y no tengan cónyuges puede sugerir la existencia de una vinculación incestuosa entre ellos.