Emma urde un plan para vengar la muerte de su padre, pero, al final, es el ultraje al que se sometió como coartada lo que acaba convirtiéndose en la principal motivación para matar a Lowenthal.
Emma elabora un plan para vengar la muerte de su padre; este plan exige un gran sacrificio por parte de ella: debe tener relaciones sexuales con un marinero para darle verosimilitud a la acusación de abuso que arrojará sobre Lowenthal. Ahora bien, es tanto el asco y la tristeza que siente Emma al perder la virginidad con el marinero, que deja en un segundo plano el hecho de vengar la muerte de su padre y dispara contra su jefe impulsada por el odio que le provocó el ultraje sufrido por ello. Es irónico que una parte del plan de Emma para vengar la muerte de su padre se haya vuelto un móvil mucho más determinante que la muerte de Emanuel Zunz en sí.
Luego de dispararle, Emma comienza la acusación hacia Lowenthal, pero este ya está muerto.
Emma llega a la fábrica repitiendo como un rezo la acusación que arrojará sobre Lowenthal antes de dispararle. Sin embargo, cuando su jefe regresa a la habitación con el vaso de agua, ella dispara directamente. Una vez que Lowenthal está tirado en el piso, Emma comienza su acusación, pero al notar que su jefe ya está muerto, se interrumpe. Es irónico que Emma comience a explicarle a Lowenthal por qué va a matarlo cuando él ya está muerto.