El relato "Emma Zunz" es publicado originalmente en la revista Sur en 1948. Un año más tarde, Borges lo incluye en su libro de cuentos El Aleph. La historia se desarrolla a principios de 1922. Emma trabaja en una fábrica de tejidos. Un día recibe una carta en la que se le informa la muerte de su padre. A raíz de esto, trama un plan para vengarse de Lowenthal, el dueño de la fábrica y quien, en el pasado, acusó a su padre de ladrón.
La idea original del cuento se la propuso a Borges quien en ese momento era su novia: Cecilia Ingenieros. Más allá de que varios críticos consideran "Emma Zunz" uno de los mejores cuentos del autor, el propio Borges afirmaba que le parecía un relato menor y en el que se percibía una escritura "temerosa". En parte, esta suerte de reticencia hacia su propio texto quizás se debiera a que, en "Emma Zunz", Borges se aleja de los grandes temas y motivos de su obra (el laberinto, los espejos, la religión, el universo, la literatura) y pasa a un estilo narrativo más directo, incluso simple, en el mejor sentido de la palabra. Hasta cierto punto, podríamos decir que "Emma Zunz" es un relato policial.
En otro orden de cosas, es interesante observar ciertas características que presenta el narrador del relato. Si bien, en un comienzo, el punto de vista desde el que se narra la historia es el de un narrador omnisciente en tercera persona, hay algunos momentos en los que percibimos esa voz narrativa mucho más involucrada con los hechos, incurriendo, incluso, en la primera persona tanto del singular como del plural: "... yo tengo para mí que pensó una vez" (pp.72-73), "nos consta que esa tarde fue al puerto" (p.72). Estos sutiles cambios en el punto de vista complejizan la figura del narrador y, en buena medida, contribuyen a esa atmósfera de suspenso que se extiende a lo largo de todo el relato.
Por último, cabe señalar que "Emma Zunz" tiene varias versiones fílmicas, entre las que se destacan: Emma Zunz (1993), dirigida para televisión por Jacquot Benoit; Emma Zunz (1966), dirigida por Jesús Martínez León, y Días de odio (1954), dirigida por Leopoldo Torre Nilsson.