Clase social
La novela se desarrolla en un pueblo rural chileno en la década de 1950, y los personajes se dividen en dos clases sociales distintas: los terratenientes ricos, llamados "Los terratenientes", y los campesinos pobres.
Los terratenientes ricos son retratados como privilegiados y poderosos, con su riqueza y estatus que les da un inmenso poder sobre el campesinado. Se les presenta como arrogantes, ignorantes e indiferentes a la situación de los campesinos. El personaje de Don Anselmo, el dueño de la Casa de Campo, que ejerce su poder sobre los campesinos, los trata como sus sirvientes personales y les niega los derechos humanos básicos, es un ejemplo de ello. Los campesinos, por su parte, son retratados como impotentes y explotados. Están sometidos a los caprichos de sus empleadores y no pueden mejorar su posición en la vida, como se ve a través del personaje de Juan, el criado de Don Anselmo. A pesar de su esfuerzo y lealtad, Juan es incapaz de superar su posición y está atrapado en un ciclo de pobreza y opresión.
El relato también examina los efectos de la clase social en las relaciones e interacciones de los personajes. Los terratenientes ricos son presentados como distantes y desconectados de los campesinos, mientras que los campesinos son presentados como serviles y dependientes de los terratenientes. Esto conduce a un desequilibrio de poder, en el que los ricos son capaces de manipular y explotar a los pobres en su propio beneficio.
Aislamiento
La historia sigue la vida de una familia reclusa, que está aislada del mundo que la rodea, viviendo en su propia burbuja de existencia. La familia está formada por un anciano, su hija y sus cuatro hijos. Viven en una casa vieja y deteriorada en una zona rural de Chile.
El aislamiento de la familia se refleja en su forma de vida. Son muy reservados y apenas se relacionan con nadie fuera de la familia. Están completamente desconectados del mundo exterior, y el lector puede percibir sus sentimientos de soledad y alienación. Incluso cuando un extraño llega a su casa, es rechazado rápidamente.
El aislamiento de la familia también se aprecia en sus interacciones con los demás. Aunque están emparentados, la familia es incapaz de comunicarse y conectar emocionalmente. El padre se muestra distante y distanciado, mientras que la hija está atrapada en su mundo de fantasía. Los niños, por su parte, están desatendidos e ignorados. La falta de conexión emocional entre los miembros de la familia crea una atmósfera de alienación y desesperación. La propia casa se está desmoronando y deteriorando, lo que refleja el estado emocional y espiritual de la familia. El ambiente es lúgubre y deprimente, y el lector puede sentir la atmósfera asfixiante de la soledad y la desesperación. La exploración de Donoso del tema del aislamiento proporciona una poderosa visión de las vidas de aquellos que están aislados y olvidados por la sociedad.
Identidad
La novela comienza con el regreso de Pablo al hogar de su infancia, la Casa de Campo, en Chile. Es un extraño en el lugar, y su regreso es recibido con recelo por los lugareños. Este choque entre lo viejo y lo nuevo obliga a Pablo a examinar su propia identidad y su lugar en el mundo cambiante. A lo largo de la novela, Pablo lucha por saber quién es y qué quiere hacer. Está alejado de su familia y siente que no encaja en los valores conservadores del pueblo. Finalmente encuentra trabajo como profesor, pero esto sólo sirve para alienarlo aún más, ya que se ve obligado a enfrentarse a los valores anticuados de los alumnos y sus padres. Esta lucha interna le lleva a una crisis de identidad, ya que Pablo es incapaz de conciliar sus propias creencias y valores con los de la comunidad.
El tema de la identidad se explora aún más a través del personaje de Alicia, el interés amoroso de Pablo. Alicia es una joven de la ciudad que ha rechazado los valores conservadores de su familia y que, en su lugar, elige vivir una vida de su elección. Ella es un símbolo de los tiempos cambiantes y un recordatorio para Pablo de que aún está buscando su propia identidad. En conclusión, la novela analiza el choque entre tradición y modernidad, y la dificultad de conciliar estas dos fuerzas en la búsqueda de la propia identidad.
Pérdida
La pérdida de la inocencia, de la infancia, de la fe y la esperanza, e incluso la pérdida de la vida, son temas que se retratan en la novela. La pérdida de la inocencia y de la infancia es un tema importante en toda la novela. El protagonista, Jorge, se ve obligado a enfrentarse a las duras realidades de la vida a una edad temprana, cuando su familia se ve forzada a trasladarse a la finca Casa de Campo. Pierde la inocencia de su infancia al estar expuesto a la violencia, la pobreza y la desesperación de la vida en la finca. También pierde la conexión con su familia, que se aleja y lucha por encontrar su lugar en el mundo.
Otros personajes también experimentan la pérdida de la fe y la esperanza a través del padre de Jorge, Carlos, que pierde su fe en Dios y su esperanza en un futuro mejor al ser incapaz de mantener a su familia y verse superado por la desesperación. Su madre, Laura, también está llena de desesperación al ver cómo su marido se hunde en el alcoholismo y sus hijos luchan contra las duras realidades de la vida. Por último, personajes relevantes pierden la vida en la novela. El mejor amigo de Jorge, Manuel, es asesinado en una pelea entre bandas y su muerte es un duro recordatorio de la violencia y la desesperación de la vida en la finca. Su muerte es un recordatorio de la fragilidad de la vida y de la rapidez con la que puede ser arrebatada. La novela ofrece una poderosa exploración de la experiencia humana y la lucha por encontrar un sentido en un mundo lleno de sufrimiento y desesperación.