La casa (Símbolo)
La casa de Orgon y su familia representa simbólicamente el poder burgués. Este valor simbólico aparece ya en la escena inicial de la obra. Allí se comprende que el poder burgués de la familia está en riesgo, ya que ha entrado alguien en la casa que rompió la armonía; alguien de otra clase social que pretende regir la casa con su moral.
El conflicto de la trama se establece desde el principio de la obra en torno al dominio de la casa. Dicha primera escena habla acerca del control moral de la casa; un control que ya obtuvo Tartufo. Determinar cuáles son las costumbres correctas o incorrectas de los burgueses que habitan en la casa está plenamente en sus manos.
Más adelante, sobre el final del cuarto acto, Tartufo logra tener los papeles que lo acreditan como dueño de la casa. El poder moral, ahora también, es poder material. Mientras que la familia burguesa, al perder la casa, pierde su estatuto, Tartufo se convierte en un burgués al obtener la casa. Este cambio de posiciones sociales, finalmente, no se lleva a cabo gracias a la intervención del príncipe. Orgon y su familia se quedan con la casa y la estabilidad burguesa se mantiene.
El cilicio (Símbolo)
El cilicio es un accesorio religioso utilizado para provocar dolor e incomodidad, y así cumplir la penitencia por los pecados cometidos. Tartufo tiene uno. No aparece nunca utilizándolo en escena, sino que lo nombra para hacer gala de su devoción y piedad. El cilicio es, por lo tanto, símbolo de la falsa piedad de Tartufo; un elemento que, en teoría, él utiliza para purgar sus pecados, pero que nunca aparece en escena. Es decir, le sirve para mostrarse delante de los demás, al nombrarlo, como un hombre piadoso, aunque claramente no lo sea.
La caja con documentos (Símbolo)
La caja con documentos que Orgon guarda porque un amigo así se lo pidió es símbolo de la traición. Los documentos que allí se guardan demuestran que el amigo de Orgon traicionó al príncipe.
Ahora bien, en la obra, no se dice en qué consisten esos documentos. No hay especificidad porque, precisamente, se quiere utilizar la caja como símbolo. Aparece como un elemento disruptivo al final del cuarto acto. Cuando Tartufo tiene en su poder esta caja, lo que importa no es la caja en sí (que el público ni siquiera sabía que existía), sino que ahora Orgon está en riesgo, ya que su traición puede salir a la luz. De hecho, sale a la luz, pero el príncipe es tan bondadoso que la ignora y no lo castiga.
La carroza y los mil luises (Símbolo)
En el quinto acto, Valerio llega a la casa de Orgon con la mala noticia de que este debe huir porque el príncipe mandó a arrestarlo. Entonces, para facilitar dicha huida, le ofrece que utilice su carroza y le da mil luises. Orgon acepta, pero no llega ni siquiera a utilizar la carroza o el dinero, ya que, antes de emprender la huida, aparece Tartufo junto al oficial del príncipe.
La carroza y los mil luises de Valerio aparecen en la obra, entonces, no como factores que motorizan la trama (no se llegan a utilizar), sino como símbolos de lealtad. Valerio, a quien Orgon traicionó cuando decidió casar a Mariana con Tartufo, demuestra que, pese a esto, él es leal. Esta lealtad se puede pensar en términos de afecto, pero también de clase social: Valerio, un burgués, es leal con Orgon, otro burgués, frente a la amenaza de Tartufo, que es un hombre pobre. Esa lealtad burguesa, por supuesto, aparece simbolizada a través de elementos de gran valor económico.
El matrimonio entre Mariana y Valerio (Símbolo)
El matrimonio entre Mariana y Valerio simboliza la conservación del orden burgués. Lo que se pone en juego cuando Orgon decide casar a Mariana con Tartufo no es solamente la felicidad de Mariana, sino dicho orden. Que Tartufo, un hombre que no pertenece a la burguesía, ingrese a la familia es una gran amenaza, no solo porque es un hipócrita, sino por una cuestión de clase.
En ese sentido, es muy claro el final. El anuncio del casamiento entre Mariana y Valerio llega para confirmar que el orden burgués se ha restablecido: han eliminado a la amenaza y todo ha vuelto a su cauce normal.