Persépolis (Tomos 3-4)

Persépolis (Tomos 3-4) Citas y Análisis

Es verdad lo que dicen de los iraníes. No tienen ninguna educación.

Monja de la residencia, Tomo 3, p. 26.

Esta frase, pronunciada por una de las monjas de la residencia, es la primera frase discriminatoria que sufre Marjane durante su estadía en Europa por su condición de ser extranjera.

Es un reflejo, además, del eurocentrismo que aparece constantemente en el tercer tomo de la obra. Los europeos desconocen totalmente al pueblo iraní y sus costumbres, y lo juzgan desde el estereotipo que maneja el inconsciente colectivo occidental. Si algo es realmente falso es que los iraníes carecen de educación. Por un lado, gran parte de la población iraní es muy culta (como Marjane), y, por otro lado, si se toma la educación en relación a los modales, la idiosincrasia iraní es sumamente correcta y formal al respecto.

Aún más, la monja le dice esa frase a Marjane porque ella está comiendo de la olla frente a la televisión. En Irán, sus padres le tenían totalmente prohibido que comiera frente a la televisión. Aquí las monjas mismas comen mirando su programa favorito. El problema, por lo tanto, no es ese, sino que es más ridículo: Marjane, en lugar de usar un plato, está usando la olla (y esto lo hace, solamente, porque tiene mucha hambre, no por haber perdido la educación repentinamente).

La vida es sufrimiento. Todo es la nada, por lo tanto, la vida es nada. Cuando un hombre toma conciencia de este vacío, solo puede vivir como los gusanos, inventando juegos de dirigentes y dirigidos para olvidar su fragilidad.

Momo, Tomo 3, p. 40.

Este discurso lo pronuncia Momo intentando aleccionar a Marjane, dado que ella le está cortando el pelo a los guardias de la escuela y eso, en teoría, la convierte en cómplice de la ley. El discurso de Momo es puramente existencialista. El existencialismo es una corriente filosófica europea que tiene a Jean Paul Sartre como su representante más importante. Uno de los puntos que sostiene esta corriente, precisamente, es que la vida en el fondo carece de sentido y que, por eso, las personas tienen disputas de poder, para olvidar el vacío de su existencia.

Ahora bien, Marjane en su infancia sufrió el asesinato de su tío a manos del régimen islamita. La lucha de su tío Anoush no era para distraerse del vacío de la existencia, sino para intentar que un pueblo dejara de estar oprimido por un gobierno tirano. Marjane, por supuesto, se indigna ante este discurso de Momo y le pregunta si su tío, entonces, murió simplemente para distraerse. Tanto Momo como los demás se quedan callados. Advierten que Marjane tiene una experiencia de vida que no solo contradice sus conocimientos teóricos culturales, sino que los anula.

Llevaba más de un año y medio en Austria. Había abandonado mi look punk. Ya no quería ser marginal.

Marjane, Tomo 3, p. 48.

Marjane tiene una primera etapa en Europa en la que hace un gran esfuerzo por ser parte de su grupo de amigos, y para ello, entre otras cosas, adopta un look punk que la hace ver como una marginal. La protagonista fue "adoptada" por Julie en su grupo de amigos por ser una chica tercermundista, que sufrió una guerra. Los europeos, desde su visión eurocéntrica, exigen de ella que sea una marginal. Esa es su particularidad.

En la búsqueda por pertenecer, Marjane siente que traiciona cada vez más a su cultura, a su educación, a sus padres, incluso. Tras la ruptura con sus amigos (en la que la protagonista grita que está orgullosa de ser iraní), Marjane abandona su look marginal y vuelve a vestirse como siempre, vuelve a ser quién realmente es.

No hay que exagerar. Waldheim fue elegido hace un año y medio. Si hubiesen habido cambios radicales, ya nos habríamos enterado.

Marjane, Tomo 3, p. 76.

Marjane viene de un país en donde las decisiones políticas que toman los gobiernos tienen un costo directo, que se ve en las calles día a día. La Revolución Iraní, desde que asume, cambia radicalmente la vida de los habitantes de Irán. Los militantes, que antes de la revolución se enfrentaban al sha, y luego de la revolución se enfrentan al régimen islámico, corren verdadero riesgo de perder la vida a cada momento.

En Europa, Marjane percibe una gran diferencia al respecto. Descubre que la vara con la que los europeos miden las situaciones es diferente a la suya. Sus amigos están horrorizados ya que, según ellos, Austria, desde la elección de Kurt Waldheim, ha regresado al nazismo. Esto a Marjane le parece una total exageración. Lo único que vivió la protagonista que puede relacionarse con pensamientos nazis o de extrema derecha fue la discriminación de un par de personas civiles, y no por parte del gobierno.

Kurt Waldheim asume el gobierno de Austria en 1986 y muy pronto sale a la luz una posible vinculación de él con el nazismo durante la Segunda Guerra Mundial. Sin embargo, lo cierto es que durante su gobierno, tal como afirma Marjane, no se impusieron medidas de represión ni se limitó la libertad de las personas. Aquí se puede retomar el concepto de eurocentrismo: los amigos de Marjane creen que están viviendo en un gobierno terriblemente represivo sin tener ni la mínima conciencia de que hay otros países en el mundo que sí están viviendo una catástrofe diariamente, y que vivir bajo un gobierno represivo es otra cosa. Por supuesto, esos países tercermundistas, como Irán, no son contemplados dentro de la visión eurocentrista en donde lo único que existe e interesa es, precisamente, Europa.

Ahora bien, es cierto que no carece de lógica que los austríacos progresistas estuvieran alarmados por un posible retorno de la derecha extrema. Sin embargo, Marjane descubre que ese “retorno de la derecha extrema” queda más en el plano teórico que real. Cuando asumió la Revolución Iraní, la represión comenzó al día siguiente, con medidas fácticas, tangibles, que afectaron inmediatamente a la población. En Europa, por el contrario, todos hablan acerca del crecimiento de la derecha, y teorizan sobre el mismo, pero, como hemos dicho, este no es perceptible en la vida diaria.

Escribo. La cultura y la educación son las armas definitivas contra cualquier integrismo. Hay que educar a la gente para que no vote más a los nazis.

Markus, Tomo 3, p. 78.

Tal como hemos visto en la cita anterior, para Marjane, los sucesos políticos que supuestamente están afectando la vida de los austríacos, en realidad, no se ven reflejados en la vida diaria, sino que más bien están siendo conversados, teorizados, discutidos en los cafés.

Esta frase de Markus, en definitiva, es la clara representación de la lucha teórica que Marjane percibe en gran parte de los europeos. La protagonista viene de un país en el que, además de tener discusiones políticas, la población sale a las calles a manifestarse en contra del gobierno, y sufre graves represiones. En Austria, si bien hay gente que sale a manifestarse (sin sufrir la represión del Estado), gran parte de los disidentes del gobierno consideran, como Markus, que la verdadera lucha contra el gobierno se lleva a cabo desde la reflexión intelectual. A Marjane esto le genera rechazo, y considera que esta posición de su novio, en realidad, es simplemente una justificación para su cobardía y su pereza.

Mi padre ya no tenía el Cadillac, sino un Renault 5. Aquel Cadillac en el que me avergonzaba sentarme porque resultaba difícil asumir ser más rica que los demás. Ahora que yo había pasado estrecheces, ya no me hacía ese tipo de planteamientos. De hecho, habría preferido que hubieran venido a buscarme con un coche mejor, como recuerdo del esplendor pasado.

Marjane, Tomo 4, p. 5.

Marjane, en su regreso a Irán, está totalmente cambiada. Ya no es la chica de catorce años que se fue rumbo a Viena. Esta cita, particularmente, tiene el poder de sintetizar ese cambio. Antes de partir a Viena, Marjane era una chica que ponía en primer lugar sus ideales de justicia e igualdad social. Era capaz de arriesgar su vida a los doce años yendo a una manifestación en contra del régimen. Sufría porque no comprendía cómo sus padres, que tenían tanta conciencia política, eran capaces de tener un auto de lujo y una criada en la casa.

Marjane, en su regreso, después de haber sufrido en primera persona la pobreza, de haber mendigado en las calles, se pone a ella misma en primer lugar. Incluso, durante gran parte del último tomo, la protagonista decide dejar de lado sus ideales de igualdad y justicia e intenta garantizar su bienestar, cueste lo que cueste. La escena de "El maquillaje" en la que hace arrestar a un inocente para no tener problemas con los Guardias de la revolución es un claro reflejo de ese individualismo que acompaña a Marjane en su regreso a su país natal.

La mayoría de las familias son tradicionalistas. Tan tiránicas como el Estado.

Reza, Tomo 4, p. 47.

En esta frase, Reza hace referencia al correlato que existe entre los mandatos del régimen islámico y la idiosincrasia de gran parte de la población civil iraní.

Marjane, al retornar a su país, va descubriendo que, para poder ser libre y expresarse sin entrar en conflictos, no solo debe enfrentarse a las prohibiciones del régimen, sino al juicio de las demás personas. E incluso descubrirá que Reza, en algún punto, está equivocado: no solamente las familias o las personas tradicionalistas son tan tiránicas como el Estado, sino que también lo son aquellas personas que se oponen al régimen.

Por ejemplo, serán sus amigas quienes la tratarán de "puta" al enterarse de que tuvo relaciones sexuales con diferentes hombres en Europa. Las amigas ni siquiera pueden considerarse tradicionalistas. Se maquillan, se visten a la moda, desafiando así al régimen. Sin embargo, demuestran tener un juicio tan severo en relación a la sexualidad como el que impone el islamismo. Muy similar es lo que, luego, le ocurre a la protagonista con sus compañeras de universidad.

Otro ejemplo muy claro aparece con relación al tema del divorcio. En primer lugar, el régimen islámico impone que el derecho al divorcio es potestad del hombre y solo si este marca una cláusula especial al casarse, la mujer tiene derecho a pedirlo. Reza le da este derecho a Marjane. Ahora bien, cuando Marjane piensa en divorciarse, una amiga le avisa que si lo hace todos los hombres la tratarán de prostituta y le harán propuestas indecentes. Nuevamente, el correlato entre la tiranía del régimen y el comportamiento de la sociedad es evidente.

El exterior era peligroso, así que a menudo nos quedábamos en el interior, en su casa o en la mía. Aquella situación me asfixiaba.

Marjane, Tomo 4, p. 48.

La relación amorosa entre Marjane y Reza está, desde sus inicios, condicionada por el régimen. Incluso, puede afirmarse que el régimen marca el cauce de la relación.

En este caso, por ejemplo, se ve cómo, a causa de la prohibición del régimen a las parejas que no están casadas de mostrarse juntos en el exterior, Marjane y Reza deben, obligatoriamente, pasar todo el tiempo encerrados. La relación de Marjane y Reza había comenzado bien, pero las prohibiciones del régimen rápidamente los llevan a construir rutinas que atentan contra el desarrollo natural de la relación.

Por supuesto, la boda es el ejemplo más claro al respecto. Ni Marjane ni Reza están listos para asumir tal compromiso, pero al no estar casados no pueden viajar juntos, no pueden vivir juntos, no pueden conocerse realmente en la intimidad. Deben pasar el tiempo en la casa de los padres de ella o de él. Para conocerse, entonces, deciden casarse. Este matrimonio apresurado y, de algún modo, impuesto, termina lógicamente muy pronto y muy mal.

Al menos, las cosas evolucionaban… Año a año, las mujeres ganaban un centímetro de pelo y perdían uno de velo.

Marjane, Tomo 4, p. 52.

Cuando Marjane regresa a Irán, los actos de rebeldía contra el gobierno ya no son lo que eran. Antes de partir, todos los días, había grandes manifestaciones en contra del régimen islámico. Sin embargo, las matanzas masivas llevadas a cabo por el Estado terminaron por conseguir que esas manifestaciones públicas desaparecieran.

Lo que queda, entonces, son pequeños actos de rebeldía como el que aparece en la cita. Ganar un centímetro de pelo, mostrar las muñecas o utilizar un walkman son los nuevos modos que tiene la población de manifestar su libertad sin correr el riesgo de perder la vida a manos de un régimen tiránico que ha logrado, a base de una represión salvaje, tener un control total sobre la población.

¿Cómo es posible que yo, como mujer, no pueda sentir nada viendo a estos fornidos señores de arriba abajo, pero que ellos, como hombres, puedan excitarse por cinco centímetros menos de velo?.

Marjane, Tomo 4, p. 55.

Esta cita de Marjane evidencia que la represión del régimen islamita no recae sobre los hombres al igual que sobre las mujeres. Por supuesto, toda la población sufre sus prohibiciones (excepto aquellos que avalan el régimen y están de acuerdo con dichas prohibiciones), pero los hombres, entre otras cosas, tienen la ventaja de que pueden vestirse como quieran.

Además, Marjane le hace esta pregunta a un islamita que fue a dar una conferencia sobre moral y religión a la universidad. Es decir, arriesga su vida al hacerlo. Es el momento del último tomo en el que Marjane, tras cometer la injusticia de hacer arrestar a un inocente para salvar su pellejo, deja de lado ese individualismo que había adoptado desde su regreso a Irán, vuelve a ser activa políticamente y a demostrar su rebeldía y descontento ante la tiranía del régimen.

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